CATALUNYA: MILES CONTRA EL TERROR ALIMENTADO POR RAJOY, EL REY Y LA OTAN
CARLOS AZNAREZ
Algunos de los que marcharon en las
primeras filas de la multitudinaria manifestación en Barcelona no deberían
haber estado allí ni con sus uniformes ni con sus cargos de gobierno. Ellos son
partícipes de imponer otro terror parecido al que esta movilización repudiaba.
El terror que imprime un Estado como el español con sus policías y guardias
civiles, con su Rey y con sus ministros, con sus leyes opresoras y sus
amenazas. Nada tenían que hacer alli ni Rajoy ni Felipe VI ni la calaña de
funcionarios que los acompañaba, enemigos acérrimos de los pueblos catalán y
vasco, halcones amenazantes contra el referendum que Catalunya hará el 1 de
octubre precisamente para “irse de España”. Pero en estos tiempos en el que
“todo vale” en función de una paz poco creíble y de falsas reconciliaciones que
llevan a mezclar el agua con el aceite, allí estaban ellos buscando blanquearse
con el dolor de todo un pueblo que aún no puede recuperarse del ataque sufrido.
Ellos precisamente, que armaron y pagaron a los mercenarios que matan millones
de hombres y mujeres en el Medio Oriente, que coinciden con Israel para seguir
masacrando al pueblo palestino, o que se vanaglorian (como Aznar y Felipe
González) de haber destruido Iraq y Libia, de seguir acosando a Siria junto a
Israel y Arabia Saudí o de querer derrocar junto a sus amos de Washington, al
gobierno revolucionario venezolano.
Por supuesto que detrás de esos
personajes, iban hombres y mujeres del pueblo hartos de tanta violencia sin
sentido, o con el sentido que generan las guerras de invasión, a las que España
y otros países de la OTAN inflaman a diario. Esa multitud proclamaba en
carteles hechos a mano que la paz no se hace vendiendo armas o alimentando la
criminalidad de ejércitos criminales.
Junto al “No tenemos miedo” (el lema que
presidió la marcha) otros carteles artesanales decían a su manera: “Basta de
guerras contra los pueblos”, “Basta de muertes producidas por la invasión de
ejércitos imperiales”, “Basta de trasnacionales europeas que provocan hambre y
miseria en el Tercer Mundo”. Eran muchos y muchas los que repudiaban a quienes,
por ser leales al capitalismo que les llena sus bolsillos, ordenan asesinar a
pueblos lejanos de la península y casi siempre salvan sus osamentas cuando la
violencia por ellos engendrada, vuelve como un boomerang y golpea a los que
encuentra a su paso, generalmente gente inocente.
En ese marco, el independentismo catalán
se distingue por su conciencia y su rebeldía frente a quienes tratan de
confundir a las mayorías. Abucheando a Rajoy y al Rey, cuestionando su
presencia y extendiendo sus críticas a quienes se arrodillan ante las órdenes
de Madrid, marcan un camino esclarecedor sobre el momento que se vive en
Europa. “Sus guerras, nuestros muertos” gritaron este sábado miles de
manifestantes, poniendo las cosas en su lugar a pesar de los que insisten en
aprovecharse del terror para seguir impulsando políticas que terminan
alimentándolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario