jueves, 14 de enero de 2021

ME LO DIJO UN PAJARITO

 

ME LO DIJO UN PAJARITO

      QUICOPURRIÑOs

Me lo dijo un pajarito. Eso le dije a la que me pone café cada mañana. La que al trabajo llega con sus pantalones y su camiseta negra. A la que te da los buenos días con una sonrisa. A la que aparca enfrente y se baja de esa “Honda”, de esa pequeña moto roja.

         Me dijo un pajarito le comenté, que están muy contentos con tu forma de trabajar, de cómo tratas a los clientes, del interés que pones porque el negocio camine cada día mejor. Me lo dijo un pajarito y por eso te lo cuento, pero ojo, no te lo he dicho yo, te lo ha dicho un pajarito. Porque lo normal es que, los pajarracos, las malas lenguas, que de esas por la zona muchas hay, hablen y hablen mal de ti, de mí o del otro. Y entonces ese comentario envenenado corre como la pólvora. Sin embargo, qué cosas, cuando de alguien se habla bien, en esos casos, ese comentario agradable, sincero y elogioso sólo queda en el oído de la persona con la que se comentó, la que lo oyó y no circula ni tiene tanta difusión como el de las malas hierbas. Pero, cosas de la vida. Yo pasaba por allí, pasaba por allí y sin quererlo lo escuché y, aunque ningún teléfono sonara, ahora lo quiero compartir. Y es que sabía de quien estaban hablando y pensé: ¡qué bonito! Qué bien por fin escuchar a alguien hablar bien de alguien, cuando lo habitual es todo lo contrario. Eso sí que es un “cotilleo sano” y a esos cotilleos me apunto, ahora seré yo el cotilla mayor del barrio, porque a ese cotilleo a ese de…”¡¡¡ qué contentos estamos de lo bien que lo hace la que sirve los cafés, cañas y bocadillos cuando le toca trabajar!!!, a esos, esos cotilleos, por supuesto que sí que los voy a difundir, para que se enteren todos.

 

         Contenta quedó la de la moto roja al comentarle lo que el pajarito me soplara al oído. Orgullosa e inflada ella como un pavo real y con la bandeja en la mano entró rápida, como “Speedy González”, desde la terraza al interior de la cafetería en busca del siguiente pedido para atender a otra mesa. Pero, también le dije, oye, que el piropo no implica que te subirán el sueldo. Y girándose me miró y me dijo, soy feliz, muy feliz ahora. Lo soy sólo con mantener el que tengo.

                                                                      quicopurriños,12/01/2021


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