martes, 12 de enero de 2021

¡UN DESEO! QUE EL PC (PERSONAL COMPUTER) NO ME CORRIJA

 

¡UN DESEO!

QUE EL PC (PERSONAL COMPUTER) NO ME CORRIJA

QUICOPURRIÑOS

Delante de la pantalla del ordenador estoy, del PC. Y yo que sólo venía a escribir pero, al intentar a comenzar a lo que quería, a lo que venía, me paro a mirar antes y veo descubro como la pantalla me informa, como que me dice muchas cosas. Y es que tiene un montón de cuadraditos donde lees cosas como “inicio, insertar, diseño de páginas, referencias, correspondencia, revisar, vista…” Eso solo en la línea de arriba.

Pero es que, a la izquierda debajo, salen unos cuadraditos con pegar, cortar (tijera incluida), copias, copiar formato (con una escobita incluida para tu información), portapapeles. Y luego, en otro renglón, al lado, que si una N, K,S, x, Aa… y yo que sé qué cosas más, un cuadradito con cambiar estilos, subtítulos, énfasis, buscar reemplazar….

 

Y siguiendo “pabajo” …..”portapapeles, fuente párrafo, estilos” y con una flechita cada una a su lado, pero que no se te ocurra abrir, porque te saldrá un montón de ¿información?. De información o de órdenes. Abrumadito estoy, con todo lo que está delante de mí, con todo lo que dice, o es que no te has dado cuenta de todo lo que te encuentras nada mas encender el ordenador.

 

Veamos, pantalla, que sólo venía a escribir, que no a pelear. Que el que relata o lo intenta soy yo, aunque veo que me quieres imponer normas. Viejo y caduco estoy pues recuerdo a esos, a los que también les gustaba escribir, y que lo hacían cogiendo un lápiz, un bolígrafo o una pluma y directamente, sobre el papel virgen y desnudo, plasmaban su historia. O, más adelante, quienes escribían insertando un folio, también blanco, virgen y desnudo, o dos al poner por medio un calco, con la ayuda de la “Hispano Oliveti” portátil, pero en ambos casos, dueños absolutos de sus relatos. Y es que entonces ni el papel, ni el bolígrafo o la pluma, ni la “ Hispano Oliveti”, mientras relataban, mientras escribían, se atreverían a decirles, eso está mal. Pues ahora no, el dichoso corrector “el inteligente” te corrige, te pone en rojo, lo que escribiste en negro como diciendo, pedazo bestia que eso va con “b”, no con “v” o te cambia la palabra, porque sí, porque a él le da la gana.

 

Pero es que el listo del corrector también se equivoca. Porque no conoce la palabra y entonces le tienes que enseñar tú, tocando una flechita que dice agregar al diccionario. Y eso sí, cuando ya la tiene agregada y, por tanto, ya se la sabe, no te vuelve a advertir, a corregir, ni a llamarte tonto el dichoso cerebro artificial que presume de haber nacido en Silicon Valley.

 

Es así, de esa manera tocando la flechita de incorporar, como al mío, a mi ordenador nacido y producido fuera de las islas, he ido educando. Porque es que un día me planté, y le dije en la cara a esa herramienta, a ese conjunto de cables, transistores, chips, o como se llamen, que fuera parido en un garaje cualquiera: “Chacho… esto no puede seguir así”.

 

Y sí, ahora sí, gracias a que aprendí a darle a esa flechita de “agregar o añadir al diccionario” es que mi “PC” ya conoce palabras o conceptos como “rebenque, totiso o totizo, tolete, totucho, cotufa, tonique o guachinche, que deberían, si es que no lo están, incorporarse al Real Diccionario de la Lengua Española. Al RAE. Y también palabras como cambuyonero, fonil, autodate o chinegua. Lo de “chibichanga” le costó, hay que decirlo, un poquito de entender porque mi “PC” ya es chicharrero y la palabra, la del miembro viril, viene de la isla de enfrente, pero tengo que reconocer que lo de “poyaboba” lo cogió a la primera. Sí, ahora, tras conocer esas palabras, tenemos más empatía, porque ya vamos hablando de la misma manera.

 

Quisiera irme ahora a dormir, tras escribir este cuentito, llegando a un pacto con el que tengo enfrente, con la pantalla de fondo azul cielo. El acuerdo es: que sea, que se comporte como el papel y el bolígrafo, como la Hispano Oliveti aquella, que deje que escriba y lo haga sin interrupciones, que no me corrija, aunque me equivoque, que equivocarse es de humanos, algo que él, como máquina que es, no va a entender nunca.

 

¡Qué! : Computadora, ¿firmamos ese acuerdo?

 

Post data: Dije computadora. No ¡con puta hora! ni ¡con puta ahora!  Que aclarado quede.

 

quicopurriños,  hoy que es 10 enero de 2021 en el que hace frio del carajo, un día más y mucho, mucho y además sigue lloviendo. El Teide está blanco, blanco y nevado como nunca.

          


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