MULTA A LA GUARDIA CIVIL
ANÍBAL MALVAR
Nuestra derecha mediática goza de una capacidad de análisis que roza el infantilismo. Basta leer el titular de portada de hoy en La Razón, el periódico cloaquero de Planeta: El coste de los presupuestos: 2.000 millones a los socios. Se refieren, claro, a los márgenes de las cuentas públicas que se dedican a Euskadi y Catalunya. Los socios son los bilduetarras y los rufianes (no sé cómo no usan este chascarrillo fácil para referirse a los votantes y electos de ERC). Nos viene a decir La Razón que si uno quiere ser buen español, ha de dejar a Euskadi y Catalunya sin inversión, pasando hambre y sin luz, como hace el PP desde hace dos años en la Cañada Real madrileña. Lo demás son concesiones.
En su editorial, titulado muy patrióticamente La Guardia Civil no es moneda de cambio, el periódico de Planeta nos clarifica su idea de democracia: "Cabe preguntarse, aunque parezca ocioso, si es legítimo que las cuentas del Estado, el instrumento más importante en el desarrollo de la gestión de un país, se conviertan en un cajón de sastre o patio de Monipodio en el que se reparten los dineros públicos o se ajustan leyes variopintas sin otro criterio que el mayor o menor número de escaños parlamentarios que ostentan los demandantes".
O sea, que las
inversiones no deben estar ligadas a los resultados electorales, al "mayor
o menor número de escaños parlamentarios". Lo que dice el pueblo, como
sugería Mario Vargas Llosa, suele estar equivocado. Y hay que repartir los
dineros al margen de la democracia. A ver, señoros: unos presupuestos aprobados
por 187 diputados de 350 son democráticos, aunque dediquen equis millones a
repartir piruletas o satisfyers entre los presos etarras. El Congreso continúa
siendo la voz del pueblo, por mucho que ciertos parlamentarios sigan empeñados
en corromper y violentar esa voz. Por mucho que La Razón se empeñe en impugnar
las mayorías con su puerilidad antivasca y anticatalana.
El resto de
nuestros periódicos carpetovetónicos sigue la misma línea. En El Mundo se
alarman de la supresión en Navarra de las competencias de tráfico a la Guardia
Civil, una medida constitucional que refrendó José María Aznar hace unos veinte
años. "La Guardia Civil dejará de vigilar el tráfico en Navarra --se
escandaliza el periódico de Joaquín Manso--. Con ello el Gobierno resta
competencias a aquellos miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado que
fueron persistentemente amenazados y asesinados por ETA en la Comunidad foral
mientras defendían las libertades de todos los ciudadanos".
Nos viene a decir
este sesudo editorial que la manera de premiar a nuestros beneméritos, por
haber muerto a los pies de ETA, es dejarlos poniendo multas por aparcar en
doble fila en Navarra. He aquí la profundidad del debate. Calificarlo de naïf
es darle rango de pensamiento, lo cual me parece excesivo.
Para ABC, quitar de
poner multas a los guardias navarros supone "la entrega de un símbolo que
el independentismo y el nacionalismo identifica como un instrumento represivo
español a cambio de que Pedro Sánchez culmine la legislatura con el triunfo
político que supone sacar adelante unos nuevos Presupuestos". La pregunta
del millón: ¿después de estos presupuestos, Pedro Sánchez va a permitir a los
etarras que ya no existen adelantar en carretera con línea continua? Pues
parece que sí, a juzgar por las reacciones políticas y mediáticas de nuestra
sacrosanta e incorruptible (de bolsillo para arriba) derecha.
Si hacer el
ridículo da votos, como en el trumpismo o en el ayusismo, andaos con cuidado,
que esta gente puede arrasar.
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