LA DIMENSIÓN
Novela
Obra: NL.12 (a.73)
José
Rivero Vivas
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________José
Rivero Vivas
LA DIMENSIÓN – Obra: NL.12 (a.73) – Novela –
Ilustración de la cubierta: Noche
de invierno con luna, 1919.
Cromoxilografía de Ernst Ludwig Kirchner.
(ISBN 978-84-8382-094-0)
D.L. TF – 1348 – 2007 –
Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2007)
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José Rivero Vivas
LA DIMENSIÓN
Otra Lectura
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(Cap. 27 – Página 202 – Fragmento)
Aquí no sucederá nada ni nadie podrá
nunca venir porque está todo de hace tiempo arreglado. Nosotros, componentes
del género humano, somos seres malditos, que ellos mismos, como castigo,
depositaron en este planeta; el tiempo se encargaría de mostrarnos lo malo que
somos, pecando en exceso de ruindad, carentes de sano juicio y ajenos a
propósito de enmienda. Ello nos llevará un día a la destrucción total, sin
contar con apocalipsis ni telúrico cataclismo; se va a pique la Tierra, y ya
está.
*
-No fastidies,
Orabia, ni seas boba. Cuando uno no entiende la propuesta del tema, se calla
sin añadir más.
-Mi entendimiento
va más allá de lo que piensas. No vengas con aires de sabio, que nadie sabe lo
que se cuece en el ámbito de las estrellas.
-No te ofendas, que
mis palabras carecen de dardo emponzoñado.
-Estoy triste y
disgustada, Cipriano. Tu mal acrecienta y no hallo remedio a mano.
-¿Por qué te
empeñas en creer que estoy enfermo?
-Por tu encierro.
-Medito de día
cuanto de noche observo.
-Pero, si no sales
a investigar, ¿quién mueve la agencia?
-El espíritu de don
Güldtrein.
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(Cap. 7 – Páginas 59,
60 – Fragmento)
-Don Güldtrein, ¿cómo le fue a usted
en la Wehrmacht?
El alemán lo miró de reojo, bajó la
cabeza y respondió:
-Yo ya no estaba en Frankfurt.
Y le sonaron las consonantes con la
exactitud del tableteo de una ametralladora.
Don Güldtrein lo recomendó a su
amigo, aquel señor que estuvo a punto de caer arrollado en el paso de cebra,
quien, a su vez, tenía gran amistad con el terrateniente, amante de la guapa
que encandiló al consejero, por cuya voluntad obtuvo Cipriano plaza de
seguridad en el hospital.
*
Orabia quedó interesada en la
conversación de Cipriano, y, poco a poco, se fue acostumbrando a desayunar
junto con él; todos los días tomaban su cortado, hasta que se enredaron de
forma que pronto prepararon los papeles y en seguida tuvo lugar el casorio.
Fueron
a vivir con sus padres, en la casa de Las Torres, que Santiago estaba ya casado
con Jesusa, quien se enamoró de él en una sensacional actuación que tuvo una
noche en el Puerto de la Cruz: la trompeta se oyó en solo prodigioso, con
sonido explosivo y melodiosa cadencia de jazz; ella fue acompañando a su
hermano Aurelio y Aurorita, su novia, y aquel rapto gigante la dejó extasiada
hasta el amanecer.
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(Cap. 22 –
Página 169 – Fragmento)
Como sabía inglés y alemán,
aprovechó cuanto libro dejó don Güldtrein detrás y empapó sobre el tema
espacial hasta hacerse experto ufólogo, sin que nadie le diese aprobación ni le
propinase espaldarazo que lo armase caballero en la nueva andadura que a pasos
agigantados se aproxima. De este modo creció en pretensión expansiva, se hizo
por su cuenta socio de un conjunto que atiende a cuanto sucede en el espacio
visible y dice haber sido señalado por el Consejo de los Nueve, sin especificar
a nadie, por secreto de organización, en qué consiste y cuál es el fin que
persigue dicha asociación.
*
Al final de este cuento, Aurelio se traslada a Santa Cruz con
objeto de hacer una visita a Cipriano, ensimismado en su guineo, después de
haber leído unas líneas suyas que le hubo dejado Santiago. Sus escritos,
referidos a economía, calaron en la fantasía de Cipriano, que los trabucó con
aspectos del espacio exterior que él mismo sintió proyectados sobre el Valle de
La Orotava. Con el fin de esclarecerle determinados puntos, exclusivos de su
investigación personal, Aurelio se acercó a su casa, que no está en Taco ni en
La Cuesta, aunque desde allí puede Cipriano contemplar el ancho brazo de mar
entre Tenerife y Gran Canaria.
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(Cap. 33 – Página 251 –
Fragmento)
-Para mí continúa siendo extraño.
-Todo el proceso lo es. ¿Cómo, si
no, explicas la varada de aquel chisme gigante que se posó en el Valle de
Ucanca?
-Lo siento, Cipriano; no entiendo
nada.
-Espera a que llegue Aurelio.
*
Esto es lo malo de
ponerse a reflexionar sobre los acontecimientos del tiempo presente: sufre uno
al comprobar que la versión oficial dista de aproximarse a la verdad, que, a su
vez, permanece oculta en el vacío histórico, creado aposta para incitar plural
objeción en el conjunto de opiniones, vertidas a granel, aunque seleccionadas
con palillos y arropadas, luego, bajo el dardo de la eficiencia, al darlas a
conocer a través de los medios de comunicación, públicos y privados, que se vanaglorian
de lucir un frontispicio en el que figura, bien alto, el lema de su
independencia y su arbitrio.
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(Cap. 38 – Página 284 –
Fragmento)
-Los manuscritos carecen de valor
mientras su autor no pase a ser ídolo.
-Don Güldtrein sigue en anonimato.
-Pero, hay sospechas de su afición
al estudio de los enigmas que sugiere el ocultismo.
-¿Qué significación tiene?
*
-De cuanto hablaron
Emma y Heinrich, se infiere que, en el curso de un severo escrutinio, realizado
para comprobar la veracidad de la tesis expuesta por el gabinete de gobierno,
un alto cargo, de atormentada conciencia, filtró al detective conocimientos
secretos de estado, sobre experimentación de armas, junto con datos de un mapa
donde aparecen marcadas las rutas de las estrellas.
-¡Ja! Aquí caen
todos. Hasta Aurelio piensa ahora que don Güldtrein era una fuente de misterio.
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(Cap. 39 – Página 294 –
Fragmento)
La nave de sondeo, posada junto a la
costa en fecha remota, hubo de alzar vuelo y emprender precipitado regreso a su
galaxia de procedencia, porque el omnímodo jefe de la suprema potencia
terrestre, miró a sus tripulantes de soslayo, con aire amenazador y ademán
autoritario, conminándolos, con sonrisa amable, a borrar su huella de la faz de
la Tierra, antes de verse envueltos en conflicto armado.
*
-¿Es cierto,
Cipriano, lo que mascullas?
-Son notas, Orabia,
recogidas en la Libreta, que he sido capaz de descifrar, sin ayuda de don
Güldtrein.
-Lo de la guerra es
un cuento, pues todavía no se han suscitado ninguna de las características que
presupones.
-Veremos lo que
pueda ocurrir de aquí a fin de año.
-Te habrán dado de
baja por absentismo total.
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José Rivero Vivas
LA DIMENSIÓN
CONTRAPORTADA
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Lejos de recurso a
sinopsis, la novela habla de la inquietud y angustia de Cipriano, que cambia de
empleo hasta llegar a detective privado, en una agencia, bajo auspicios de don
Güldtrein, alemán residente en Canarias, a quien molestó al principio que tradujeran
tan mal el Herr; después entendió que dirigirse a él como Señor Güldtrein
menguaba su categoría, y quedó encantado con el Don.
De aquí que, en la
primera ocasión, hundido en pura lejanía, fuera a sentarse en el pretil, para
atisbar el firmamento, que se enciende de noche, y las estrellas aparecen
empolvadas, a base de brillo exterior, sin virtud consecuente ni base suprema
que una ambos extremos, en el paseo abigarrado de almas, tras un cielo
escondido bajo la bruma, singular denuedo de gran trabajo, aun carente de
eficacia y práctico objetivo.
Sin embargo,
Cipriano, en su ansiedad, no enjuicia el momento presente; antes al contrario,
comenta lo ocurrido hace tiempo, que le da pie a reinsertar, lo escrito
entonces, con cuanto sucede en la actualidad, hecho que cada uno interpreta a
su manera, según condición, fundamento y concepción de su particular universo.
*
Ciertas lecturas,
en revistas especializadas sobre motivo espacial, han despertado su interés
acerca del tema. De modo que, basa su visión, en zona intermedia, entre Santa
Cruz y La Laguna. Así, durante la noche, se sienta en el balcón de su casa a
contemplar fijo la bóveda celeste, donde observa las estrellas titilando,
mientras aguarda el paso fugaz de las naves en su viaje de inspección, tras
sospecha de congénita agresividad, característica principal de los habitantes
de este planeta.
Cuando alguna vez
Orabia hace alusión a su nula huella en su obstinada porfía, Cipriano, sin
amilanarse, responde:
-Mujer, de tener la
allure de gran maestro en esta lid, al par que Asimov y Vonnegut, ten por
seguro que estos cuadernos tendrían otro valor, y más de un presumido, sin
importar su empleo, iría detrás de mis apuntes, mis escarceos literarios y mis
charlas, reputadas furtivas.
-¡Ay, Cipriano; qué
ganas de mantenerte en tu obviedad!
*
Cipriano, a veces
desvaría, y este batiburrillo parece ser consecuencia de la propia incoherencia
que el hombre muestra en su repertorio de notas, que en lugar de datos,
detalles y anécdotas, se pone a redactar lo que le viene a la mente, desprovisto
de soporte y de ilación, lo que al cabo se torna en sumo desacierto de su
parangón vital. Por lo cual, sus reseñas de guerra, librada a mitad de distinto
siglo tal vez, señalan al país poderoso que, en isla del Pacífico Sur, arrasó
vidas y haciendas, con objeto de dar escarmiento a quien osara oponerse a sus
designios en cualquier punto de la Tierra.
*
Cipriano, en sus
cábalas acerca de su experiencia en el tema espacial, las naves, la
experimentación, y todas esas cosas que le ocurre imaginar, no llega a
comprender que todo es mera fantasía de su ingenio, sin afianzamiento alguno ni
emocional ponderación. No obstante el superficial desliz en su discurso, existe
un contingente de curiosos que insistente se pregunta si es posible el
excepcional hallazgo, por causa de haber sido contactado, luego virtualmente abducido
durante su inmersión en sonámbulo estado.
A este respecto, el
exégeta podrá discernir esta inextricable cuita, tras fructífera criba de la gran
elusiva propensión.
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LA DIMENSIÓN
CONTRAPORTADA
José Rivero Vivas
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José Rivero Vivas
LA DIMENSIÓN – Obra: NL.12 (a.73) – Novela –
Ilustración de la cubierta: Noche de invierno con luna, 1919.
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(ISBN 978-84-8382-094-0) D.L. TF – 1348 – 2007 –
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