LA MANO
JOSU AIZPURUA
En Irulegi,
cerquita de Iruña-Pamplona, apareció “la mano” que nos dice “ZORIONEKU” como lo
podíamos decir hoy en Euskera para desear una buena suerte. Tiene pinta de ser
un amuleto protector a los que somos tan aficionados los vascos que aún hoy
colocamos en nuestro pórtico el “eguzki-lore”, la flor del cardo que blinda
nuestra casa.
La terca e ignorante pretensión del navarrismo españolista, cae derrumbada por un euskera en Navarra del siglo I (AC), que ratifica lo expresado por los romanos que llamaron “lingua navarrorum” al euskera, y que dota de toda su amplitud al concepto Euskal Herria en el que nos incluimos todos los vascos.
No existía España,
pero ya vivían las tribus vascas, que escribían en el idioma Ibero como
soporte, pero era el euskera su idioma reflejado. Sus tribus lo hablaban en la
actual Euskal-Herria con territorios contiguos donde hoy ya se perdió el idioma
y el sentido nacional que conlleva.
La mano demuestra
que los vascos entonces no eran un pueblo analfabeto, que dominaban el
conocimiento correspondiente a la época, lejos del paradigma españolista que
pretende “colonizar” a los Pueblos diferentes sumidos en la incultura.
Risco Caido, dio el
primer golpe al españolismo, al demostrar que los Wanches eran doctos en
astronomía y civilización desarrollada y la mano de Irulegi da el remate al
paradigma godo que queda ridiculizado por la ciencia. Vascos y Wanches son
nacionales de civilizaciones antiguas en desarrollos diversos y anteriores a la
Castilla Imperial, godismo imperante aún hoy día en que la Realidad y la
Ciencia la desautorizan.
Pero tira más un
pesebre que cien pruebas y ahogados en su malla de falsedad, los “expertos”
seguirán con su matraca de la gran nación española, que ni es grande, ni es
nación.
La misma férula se
aplicó y se aplica a Vascos y Wanches, por lo que debemos alegrarnos de la mano
de Dios que como asistió a Maradona nos asiste hoy a nosotros.
De adolescente, en
grupos de mendigoizaleak (montañeros), oíamos a Aita Barandiaran relatarnos
estas historias ante cráneos excavados en los que el sabio de Ataun encontraba
las señas vascas etnográficas y mantenía que los vascos éramos de allí,
sin necesidad de provenir de ningún sitio distinto, y desde siempre.
Pero a los “constitucionalistas”,
texto revelado a Moisés, estas cosas les resbalan.
Franco ya puso las
cosas en orden y venir ahora con estas monsergas es destruir la patria que
tanto esfuerzo costó a los suyos embaucar. No va a quedar otro remedio que
fusilar a 26 millones como decía el patriota, antes de que se desvele la realidad
y se nos vean las vergüenzas.
¿Y que me dice M
Punto de su Gran Nación de 500 años, ante la vasco-navarra de más de 2.000?
Seguramente: ¡Viva
el vino!
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