sábado, 19 de noviembre de 2022

CÓMO QATAR LOGRÓ HACERSE CON EL MUNDIAL DE 2022

 

CÓMO QATAR LOGRÓ HACERSE CON

EL MUNDIAL DE 2022

En la FIFA sabían que la decisión iba a levantar polvareda, como lo sabían también los mandatarios de Qatar. Conocían las debilidades de su candidatura, pero contaban con una herramienta muy valiosa para contrarrestarlas: un presupuesto inagotable.

XABIER RODRÍGUEZ

Cuenta el periodista argentino Ernesto Cherquis Bialo que, en 2011, en pleno congreso de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), el vicepresidente Julio Grondona tomó la palabra para reprender a los representantes de la federación inglesa por las acusaciones de soborno vertidas sobre él mismo, el presidente Joseph Blatter y Ángel María Villar, entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol y también vicepresidente de la FIFA. “Ustedes le están diciendo a sus periodistas que a mí me pagaron 72 millones de dólares de coima para que vote a Rusia y a Qatar. Traigan las pruebas; vengan y aprovechen este Congreso. Todo el mundo está aquí, traigan las pruebas, traigan a una persona para que lo diga. Ustedes son unos piratas, eso es lo que son, mentirosos y piratas”, les espetó don Julio. “¡Y devuélvannos las Malvinas, piratas!”, concluyó. “¡Y a nosotros Gibraltar!”, añadió Villar.

 

No era la primera vez que se lanzaban acusaciones alrededor de la elección de Qatar y tampoco sería la última. El propio Grondona le había augurado a Bialo, tras serle concedido el Mundial al país árabe: “Están todos locos. Van a ir todos presos. Pero, ¿qué querés que te diga? Yo no voy a vivir en el 2022, que se arreglen”.

 

En la FIFA sabían que la decisión iba a levantar polvareda, como lo sabían también los mandatarios del país árabe. Conocían las debilidades de su candidatura, pero contaban con una herramienta muy valiosa para contrarrestarlas: un presupuesto inagotable.

 

La idea de organizar una Copa del Mundo de fútbol se encuadraba dentro del plan Qatar National Vision 2030, lanzado en 2008 por el Gobierno catarí y en el que se detallaba la estrategia para “asegurar una gestión eficiente de la economía nacional, adoptar un enfoque responsable hacia la gestión de los recursos naturales y trabajar para desarrollar una economía basada en el conocimiento”. Dicho de otra manera, crear nuevas fuentes de ingresos para reducir la dependencia del gas y el petróleo y anticiparse a una futura escasez de las reservas.

 

Dentro de este plan, el deporte figura como uno de los sectores estratégicos, por su capacidad para generar ingresos y también por las posibilidades propagandísticas que ofrece. Así se entiende la creación del Gran Premio de Qatar de Moto GP, la celebración del campeonato del mundo de balonmano en 2015, el de ciclismo en 2016 o la candidatura de Doha para los Juegos Olímpicos de 2020, que finalmente fueron concedidos a Tokyo.

 

Para hacerse con la Copa del Mundo de fútbol, Qatar contaba con la influencia de Mohammed bin Hammam, empresario que había hecho fortuna durante el primer boom inmobiliario del país, en la década de los 70, y que presidía la Confederación Asiática de Fútbol desde 2002

Para hacerse con la Copa del Mundo de fútbol, Qatar contaba con la influencia de Mohammed bin Hammam, empresario que había hecho fortuna durante el primer boom inmobiliario del país, en la década de los 70, y que presidía la Confederación Asiática de Fútbol desde 2002. No debió de ser casualidad que, en abril de 2010, en una visita a Qatar, Blatter declarara que “el mundo árabe merece tener una Copa del Mundo, y lo digo públicamente”.

 

Unos meses más tarde, el comité de inspección de la FIFA visitaba el país para conocer de cerca su candidatura. El informe posterior la definió como de “alto riesgo”, por las altas temperaturas, por las reducidas dimensiones del país y por la falta de infraestructuras para un evento tan grande. Qatar, sin embargo, siguió adelante con su campaña. Contrató a Guardiola y Zidane como embajadores de la candidatura y, en noviembre, organizó un amistoso entre las selecciones de Brasil y Argentina; millones de dólares con el objetivo de que se identificara a Ronaldinho, Messi y compañía con Qatar.

 

En paralelo a esta campaña de propaganda, recurrió también a la vía diplomática. Dos meses después de la visita del comité de inspección y unos días antes de la votación final, se juntaron en el Palacio del Elíseo, residencia del presidente de la República francesa, el propio presidente francés Nicolas Sarkozy; el príncipe heredero de Qatar; Michel Platini, presidente de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA); y Sebastián Bazin, propietario del PSG, en una reunión secreta, destapada en 2013 por la revista France Football. En aquel encuentro se negoció la compra del PSG, además de una participación en el grupo empresarial Lagardere por parte del fondo de inversión qatarí y la creación de una cadena deportiva para competir con Canal+, que terminaría siendo BeIN Sports. Todo a cambio del apoyo de Platini a la candidatura de Qatar para el Mundial 2022.

 

Aquella reunión fue clave para el resultado final de la votación. En pocos meses Qatar pasó de no ser tenido en cuenta a dejar atrás a los Estados Unidos y ser elegida como sede del Mundial 2022. No tardaron en sucederse las acusaciones.

 

En 2011 se filtró un e-mail del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, en el que mostraba su sorpresa por el anuncio del qatarí bin Hammam de presentarse a la presidencia de la FIFA. “Pensaba que podía comprar la FIFA como compraron el Mundial”, escribió Valcke. Más tarde diría que sus palabras se habían sacado de contexto, pero Hammam fue temporalmente apartado por la FIFA y sería finalmente suspendido de por vida por habar pagado sobornos a cambio del apoyo a su candidatura a la presidencia de la FIFA. Gracias a esa inhabilitación, Blatter se encontró con el camino desierto para su reelección.

 

En 2014 el Sunday Times anunció que contaban con documentos que demostraban pagos a diferentes miembros de la FIFA para apoyar la candidatura de Qatar al Mundial. Una nueva acusación que minaba la credibilidad de Qatar y que volvía a poner sobre la mesa la posibilidad de un cambio de sede.

 

El momento más crítico llegó en 2015, cuando el FBI destapó el llamado FIFAgate, que implicaba pagos ilegales y sobornos en la elección de Rusia y Qatar como sedes de los próximos mundiales

El momento más crítico llegó en 2015, cuando el FBI destapó el llamado FIFAgate, que implicaba pagos ilegales y sobornos en la elección de Rusia y Qatar como sedes de los próximos mundiales. Tras la investigación posterior, en 2020, la Fiscalía federal de los Estados Unidos acusó formalmente de soborno a varios miembros de la FIFA.

 

Desde el máximo órgano del fútbol habían tratado de protegerse contratando en 2012 al antiguo fiscal general de los Estados Unidos, Michael García, como presidente de la Comisión de Ética. En 2014 entregó un informe de más de 400 páginas alrededor de las acusaciones sobre Qatar y Rusia, en el que identificaba “problemas serios y de gran envergadura” en la elección de ambas sedes. Aquel informe fue archivado por la FIFA y solo vio la luz una versión reducida que no resolvía ninguna de las dudas. Años más tarde y después de que el diario Bild publicara un avance, el llamado Informe García vio finalmente la luz. En él se habla del pacto, prohibido por la FIFA, entre las federaciones de Qatar y España para intercambiarse los votos en la elección de las ediciones de 2018 y 2022, del papel de la catarí Academia Aspire para decantar el voto de los miembros del comité ejecutivo de la FIFA o del papel de Sandro Rosell como intermediario entre la candidatura de Qatar y el presidente de la Confederación Brasileña, Ricardo Teixeira, a la cuenta de cuya hija de diez años Rosell hizo un ingreso de dos millones de dólares seis meses después de la elección de Qatar como sede del Mundial.

 

Ante cada una de estas acusaciones, Qatar respondió negando los hechos y reafirmando la legitimidad de su elección. Hassan Al-Thawadi, secretario general del comité organizador, explicó que “siempre hemos cumplido con las normas y regulaciones de la FIFA para alcanzar este éxito. La explicación más simple y no lo digo con arrogancia, es que éramos la mejor candidatura”. Por si acaso, no cejaron en la vía diplomática, que incluía la organización de nuevos amistosos, como el que enfrentó a Uruguay y España, supuestamente incluido en el acuerdo electoral con la federación presidida por Ángel María Villar. Varios clubes de la Bundesliga, entre ellos el Bayern Munich, fueron invitados varias veces a realizar sus concentraciones en las instalaciones de la Aspire Academy. Esas visitas y los dos relojes con los que obsequiaron al alemán Karl-Heinz Rummenigge, por entonces director general del Bayern, influirían para que este declarara que “hay que tener cuidado con exagerar las críticas. No hay que olvidar que la industria alemana tiene allí contratos millonarios”.

 

Sistema ‘kafala’

Pero, además de las acusaciones de corrupción, Qatar ha tenido que responder también a las numerosas denuncias por violaciones de los derechos humanos, por un sistema laboral casi esclavista o por el trato dado en el país a mujeres y homosexuales. Aspectos que eran bien conocidos cuando la FIFA lo eligió como sede del Mundial.

 

Hablamos de una candidatura que ha debido construir una nueva red de metro, aeropuerto, carreteras, así como nueve estadios y una nueva ciudad; precisamente la que acogerá la final del torneo. Todas estas obras se han llevado a cabo con mano de obra procedente, principalmente, de países asiáticos. Obreros contratados bajo el sistema kafala, habitual en los países del Golfo Pérsico. Un sistema que tiene sus raíces en el periodo colonial, cuando la escasa presencia de oficiales británicos les llevó a delegar funciones en las empresas locales. Por este sistema los trabajadores entregan sus pasaportes a la empresa y necesitan de un permiso de esta para cambiar de trabajo o salir del país.

 

Desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha denunciado numerosas veces el sistema kafala, así como los prolongados impagos, la dificultad de acceso a la justicia laboral o la ausencia de sindicatos para los trabajadores extranjeros

Desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha denunciado numerosas veces el sistema kafala, así como los prolongados impagos, la dificultad de acceso a la justicia laboral o la ausencia de sindicatos para los trabajadores extranjeros. Amnistía Internacional y otras organizaciones añaden a sus denuncias las precarias condiciones en las que viven los trabajadores o las jornadas de hasta 18 horas y 124 días sin descanso.

 

Qatar aprobó una primera reforma laboral en 2014 y una segunda en 2016, ambas consideradas insuficientes por la OIT. En 2020 se aprobó una nueva reforma que eliminaba el permiso de la empresa para salir del país y establecía un salario mínimo de 275 euros más techo y comida. Estos cambios han permitido sortear las críticas al comité organizador y a la FIFA, aunque numerosas asociaciones internacionales vienen denunciando que las medidas no están siendo efectivas.

 

En febrero de 2021 el diario The Guardian denunció la muerte de 6.500 trabajadores desde que se le concedió el Mundial a Qatar, así como la falta de transparencia en los datos. En muchos casos los fallecimientos son registrados como “muerte natural” sin que se haya realizado una autopsia. Desde el Gobierno catarí se explicó que esta cifra correspondía a todas las muertes de extranjeros ocurridas en el país y reconocieron, únicamente, tres casos relacionados directamente con el Mundial. No incluyeron en esta cifra las registradas como muertes naturales, ni los fallecimientos ocurridos en la construcción de carreteras, aeropuerto u otras obras vinculadas a la Copa del Mundo; porque, en los últimos años, prácticamente todo lo que se construye en el país tiene relación con el torneo.

 

LGTBIfobia

La situación de las mujeres y de los homosexuales ha sido, desde el primer día, otra de las causas principales de protesta. En 2020, la agencia Associated Press aseguró que la organización permitiría la exhibición de símbolos LGTBI y despertó cierta ilusión dentro del colectivo. Sin embargo, un año más tarde, el portavoz de la organización del Mundial, Nasser Al Khater, recordó que “las muestras públicas de afecto no están bien vistas y eso incluye a todo el mundo. Qatar es un país conservador y es todo lo que hay que respetar”. Desde el comité organizador se recordó que los símbolos del colectivo LGTBI podrían ser requisados. “No será para insultarlos, más bien para protegerlos”, añadieron.

 

La selección de Dinamarca ya ha anunciado que mostrará mensajes en defensa de los derechos humanos durante el Mundial y las de Alemania, Noruega y los Países Bajos protagonizaron actos de protesta en diferentes partidos de clasificación. El futbolista finlandés Riku Riski ha sido, hasta ahora, el único que ha dado un paso más y se negó a disputar el partido amistoso que su selección iba a disputar en Qatar “por las razones éticas y los valores que defiendo”.

 

Xavi Hernández fue nombrado embajador global del Mundial de Qatar en el año 2018, tras lo que declaró que “son todo ventajas para que se vea un mundial histórico” o que “Qatar no es un país democrático, pero su sistema funciona mejor”

Desde el Gobierno y los medios de comunicación cataríes se viene denunciando una campaña desde occidente contra el país y han tratado de contrarrestarla con otra campaña que incluye entrevistas y reportajes en numerosos medios, así como el apoyo de figuras relevantes del mundo del fútbol. Xavi Hernández fue nombrado embajador global del Mundial de Qatar en el año 2018, tras lo que declaró que “son todo ventajas para que se vea un mundial histórico” o que “Qatar no es un país democrático, pero su sistema funciona mejor”. En años posteriores han incluido en la nómina de embajadores al francés Desailly, el brasileño Cafú, el alemán Matthaüs o el inglés Beckham, todos abiertos a promocionar las virtudes del país y de la Copa del Mundo.

 

En su momento, toda esta tarea diplomática resultó fundamental para que las diferentes federaciones nacionales que conforman la FIFA aceptaran el cambio de fechas que la organización catarí había previsto para la disputa del Mundial. Las principales ligas del mundo han debido modificar su calendario para dar cabida a la Copa del Mundo entre noviembre y diciembre y lo han hecho sin poner grandes dificultades.

 

Lisa Klaveness, exfutbolista y presidenta de la federación noruega, denunció el pasado marzo en el congreso de la FIFA que “en 2010 las Copas del Mundo fueron concedidas por la FIFA de una manera inaceptable, con consecuencias inaceptables. Los derechos humanos, la igualdad, la democracia, los intereses fundamentales del fútbol, no estuvieron en el once inicial hasta muchos años después. Estos derechos básicos saltaron al campo como suplentes, principalmente a través de voces externas. La FIFA ha tomado nota, pero todavía hay mucho camino por recorrer […]. Temo que nuestros estadios puedan quedar vacíos en el futuro si ignoramos la urgencia del momento y el momento de actuar es ahora”.

 

Han pasado muchos años desde que Qatar fue elegida como sede del Mundial y Grondona terminó teniendo razón porque los escándalos que siguieron a esa votación se han llevado por delante a los Blatter, Platini, Villar y compañía, toda una generación de dirigentes del fútbol. Mientras tanto, Qatar capeó el temporal y los ojos del mundo se posarán sobre el país para ver a los mejores futbolistas enfrentarse por el trofeo más preciado, en los flamantes nuevos estadios. El mismo país que nadie imaginaba como sede de un gran evento inaugurará su Mundial el próximo 20 de noviembre

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