LA CORRUPCIÓN DEL PP ANDALUZ
LLEGA A GÉNOVA
DAVID BOLLERO
El presidente de la
Junta, Juanma Moreno, junto a la alcaldesa de Marbella, María Ángeles Muñoz,
durante el homenaje a Manolo Santana.- EUROPA PRESS
El PP no consigue sacudirse el problema estructural que tiene con la corrupción política. La mudanza -más que liderazgo- de Alberto Núñez Feijóo a Génova no ha cambiado sustancialmente la estrategia del malogrado Pablo Casado de pensar que no hablar del tema haría que desapareciera. El último escándalo de Marbella vuelve a poner a los populares en los focos con nuevas tramas que se suman a las que ya en el pasado le valieron el calificativo de banda criminal por parte de la judicatura.
La alcaldesa de
Marbella, María Ángeles Muñoz, ha resucitado en el PP los fantasmas de la
corrupción institucionalizada en el partido. Si bien es cierto que en un
principio parecía que únicamente salpicaría a su hijastro, procesado por
narcotráfico, la mancha de las prácticas mafiosas ha terminado por emponzoñar
al PP. Las adjudicaciones que ahora salen a la luz por valor de más de 600.000
euros al testaferro del hijastro desprenden un hedor a corrupción que recuerda
a otras tramas por las que dirigentes populares dieron con sus huesos entre
rejas y por las que aún existen causas abiertas.
De nuevo, el
ladrillo como telón de fondo, ese que a la mínima de cambio los conservadores
quieren revitalizar, quizás, porque es la vía más rápida para enriquecerse bajo
cuerda. Si lamentable es este nuevo caso de corrupción, aún peor es el silencio
del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, que tras conocerse la
ratificación del Tribunal Supremo de la sentencia de los ERE afirmó que sería
la última vez que Andalucía volviera a sonar por la corrupción.
Evidentemente, se
equivocó, porque aunque él calle, los hechos están ahí y resuenan al norte de
Despeñaperros. De hecho, ya antes de que afirmara tal cosa en un vano intento
de sacudirse las actividades delictivas de los populares la corrupción era un
hecho en Andalucía. El pasado de mes de julio era detenido el alcalde de
Igualeja, Francisco Escalona (PP), como presunto autor de los delitos de
malversación, prevaricación, cohecho y falsedad documental.
Moreno Bonilla no
quiere agitar el avispero a unos pocos meses de las elecciones municipales en
Andalucía, pero su silencio empeora gravemente la situación. Los hechos,
además, salpican a Génova directamente, no sólo por la dimensión del delito
sino porque Elías Bendodo, coordinador general del PP Nacional, ha sido durante
14 años el presidente del PP en Málaga -cedió el testigo a finales de
septiembre-, es decir, que fue durante su mandato cuando se produjo la presunta
corrupción.
Para quienes
conocen al personaje, no sorprende en absoluto, pues Bendodo siempre ha
defendido que el fin justifica los medios y así lo ha transmitido al resto de
dirigentes populares que tenía bajo su paraguas, promoviendo oscuros pactos de
gobiernos municipales o manteniendo en el poder, incluso, a un concejal
condenado por malos tratos a una ciudadana en Rincón de la Victoria.
Mientras Isabel
Díaz Ayuso y el propio Feijóo en Latinoamérica se aferran a las peores
prácticas trumpistas de dinamitar nuestra democracia, calificándola de
dictadura y acusando al presidente de querer "matar a la oposición",
en las filas del PP parece que no pierden el gusto de llenarse los bolsillos a
costa del erario público. Taparlo con el silencio o, como hace la presidenta de
Madrid, generando más ruido con acusaciones infundadas no resuelve el problema
de una ciudadanía empobrecida que ve cómo el dinero de sus impuestos no recala
en los servicios públicos, sino en las cuentas de los servidores públicos.
El PP no ha
conseguido extraer de su ADN la corrupción; la opacidad y el negacionismo no
hacen más que fijarlo aún más en su seno, en una clara invitación a las nuevas
generaciones a mamar corruptelas desde sus más tiernos inicios, primeramente
enchufando al personal en plantillas de refuerzo o servicios subcontratados y,
posteriormente, disfrutando de jugosas mordidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario