jueves, 5 de diciembre de 2019

ALTRUISMO PATERNO


ALTRUISMO PATERNO
Rafael ZAMORA MÉNDEZ **
Tras el dormir y el soñar está lo que más importa: DESPERTAR.

Cuando tenemos la inmensa fortuna  de poder refrescar determinadas diferentes viejas ilusiones o distintas caducadas memorias, todas ellas, acopladas, nos suponen el poder  inesperadamente encontrarnos con algo completamente receptivo y totalmente nuevo.
La pátina del Tiempo es una secreta quincalla que nos lleva de un lugar a otro, con apremiante holgura,  sin el gravoso acuciamiento de tener que abonar oneroso pasaje alguno.

Durante toda la gestada existencia de  la cambiante HUMANIDAD, sus incontables nativos han puesto de relieve las diversas aficiones adquiridas, santas virtudes desempeñadas y pecadoras bajezas ultrajantes.
Los hay, o habremos, que nos desbordamos por el entronizado  FÚTBOL; otros,a granel,  por la educacional buena LECTURA, SANA ALIMENTACIÓN, MEDICINA, BIOLOGÍA, INGENIERÍA,  INSPIRADA POESÍA, ALTA LITERATURA, SONORA MÚSICA y… sin lugar a vanas incertidumbres, la generalidad, con todos los demás aludidos  títulos y profesiones susodichas, por EL CINE.
Aquí, se apunta un servidor, sin dispararse ni una sola descarga y con los repetidos fogonazos de una muy temprana afición, adquirida a la limitada edad de los ocho años.

Resulta que en una concurrida Pensión  que mis padre tenían instalada en la calle de “Bravo Murillo 18”, en Las Palmas de Gran Canaria, hasta la misma, un buen día nos llegó la imprevista visita un solitario octogenario señor, cubano él, de nombre AGUSTÍN DEL ROSARIO CASTRO, caballero de exquisita benevolencia, atractiva seducción e hidalga  presencia, “solicitando FAMILIAR HOSPEDAJE”, motivo por el cual, se le adjudicó una exclusiva y holgada selecta  habitación que, por entero, colmó sus amables pretensiones..
Fueron muchos los años que con nosotros conviviera, como un afectivo emparentado  más de la casa.
Además de sus extendidos ahorros, contaba con los espléndidos entrantes monetarios mensuales  que le proporcionaba el alquiler de una vieja vivienda terrena, ubicada entre la calle de “León y Castillo”, vertical a la de  Murga y con horizontal salida a la de Venega, religiosamente abonada por la Empresa que regentaba el renombrado cine “ROYAL”, notorialmente contratada para permitir poner en la fachada de su extenso muro, los cartelones de las películas programada a proyectar.
Debido a su avanzada edad, me escogió a mí de “lazarillo” y todas las tardes le acompañaba al citado cinema, al que penetrábamos gratuitamente, de tal forma y suerte, que... ¡altas fueron las veces que, en solitario, lo llevaba yo  a cabo, bajo el total consentimiento del serio portero que, siempre vio en mí “ al afectuoso nieto de Don AGUSTÍN”!
Madre mía...¡ año tras año, día tras día, atiborándome de enlatados rollos, repitiendo sin cesar, aquellos que más éxito tuvieron que, ¡hasta ya me sabía  de corrido, los diálogos enteros de cuantos intérpretes entraban  en el amplio elenco del argumento!
Una aciaga mañana, el bueno de Don Agustín, no se levantó de la cama.
Se le pronosticó una repentina y peligrosa apoplejía, de la cual, de ningún modo, despertó.

Ante mis propios ojos, observé cómo el médico le colocaba sedientas  sanguijuelas y ampollados vasos calientes sobre sus espaldas, a la esperanzadora expectativa de una milagrosa reacción.
Nos acompañaba uno de sus más cercanos amigos, caribeños él y preclaro Notario de profesión, el cual, le dijera a mi padre:
-.- DON AURELIO:Este solitario hombre no tiene ninguna familia.¡Ha llevado muchos años viviendo con ustedes y es muy  justo el que ustedes ahora, hereden sus diversos  bienes!
No tiene conocimiento ni conciencia.
Le preparó el adecuado documento legal, le tomamos la mano y estampamos su firma.
-.- ¡DE NINGUNA MANERA! SIN SU TOTALES RAZONES EN FUNCIÓN, EN ABSOLUTO, ACEPTO SU TAN TENTADOR OFRECIMIENTO!
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Y,¡ahí, durante copiosos años y años, estuvo arrinconado ese habitáculo, al desventurado pairo, desaliñado y continuando prestando sus funciones programadoras, hasta la desaparición de los que fueran contemplados “MULTICINES ROYAL”
Con toda seguridad que el mismo Estado sea quien se haya quedado con los millonarios beneficios de una vieja vivienda, en la que, actualmente, se han elevado millonarios pisos de primera categoría arquitectónica.
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Elogiable es la honradez,
y la inocencia también,
pero resulta idiotez,
si alguna que otra vez,
no se quiebra para bien.

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