LA COPA VACÍA
CAMILO KATARI
El compromiso
militante no debe ocultar la necesaria crítica, en momentos de duda y
desasosiego. Estamos convencidos que el momento actual es un momento de unidad
a toda prueba, este mismo convencimiento nos obliga a observar ciertos
comportamientos que no contribuyen a mantener la fuerza unitaria como requisito
de la resistencia.
Uno de nuestros
peores olvidos fue el fortalecimiento ideológico de los militantes
revolucionarios, que en un primer momento puede tener un carácter intuitivo,
por las condiciones objetivas de vida, este hecho ha sido característica de las
luchas de los pueblos originarios, que en el siglo XX dieron el salto de la
lucha reivindicativa sindical hacia la política basada en la identidad.
Este salto cualitativo
de las organizaciones de pueblos originarios, no tuvo su correlato de la
necesaria complementariedad con el pensamiento político teórico-ideológico, que
en el caso de las clases medias había sido muy fuerte y permanente.
La clase media
progresista tenía como base teórica e ideológica el marxismo, en todas sus
vertientes (socialistas, socialdemócratas, comunistas) y a través de este
bagaje ideológico encasilló o más bien trató de encasillar la cosmovisión
andino amazónica, que terminó acuñando la frase “socialismo comunitario”, con
lo cual se daba por cumplida la tarea de la consolidación de un
pensamiento-guía del proceso de cambio, desechando el Suma Qamaña (Vivir Bien)
como la apuesta de cambio civilizatorio).
La falta de esa
tarea de análisis y permanente debate en la acción revolucionaria, generó un
vació que poco a poco fue llenado con las dudas y luego con marcados
cuestionamientos que determinaron el paulatino abandono de sectores de la clase
media del proyecto revolucionario; por otra parte la funcionalización de las
organizaciones de pueblos originarios respecto a la maquinaria burocrática
estatal, que se fagocitó a potenciales líderes ideológicos, devino en la
ausencia de procesos de fortalecimiento ideológico.
Los recientes
desencuentros surgidos en el bloque parlamentario del MAS, son el reflejo de
esa falta de formación ideológica. La política está siguiendo el curso que los
golpistas han agendado, no existen iniciativas parlamentarias, que sin perder
el marco constitucional devuelvan al pueblo la posibilidad de mantener el
protagonismo principal en las definiciones políticas.
Las disputas
personales han reemplazado al proyecto común, el personalismo-individualismo se
ha impuesto al espíritu colectivo de la comunidad, estamos asistiendo a la
metamorfosis de un instrumento político revolucionario a una maquinaria
funcional del golpismo.
Son momentos de
controversia, de auto convencimientos, de autocrítica, esto no significa
adoptar la mentalidad liberal del “dejar hacer y dejar pasar” por el contrario
la reflexión debe ser paralelamente acompañada por la acción. Estamos en un
virtual estado de sitio y tenemos que asumir las mejores estrategias para
derrocar una vez más, a una dictadura de nuevo tipo que ya ha logrado perforar
la capa política parlamentaria del MAS.
Las elecciones no
deben ser horizonte de nuestras acciones, porque perdemos la perspectiva de la
realidad que es el desmantelamiento de las bases cimentadas en el proceso de
cambio y de anular el potencial revolucionario del Instrumento Político, que
como estamos viendo ya ha comenzado.
*Camilo Katari, es
escritor e historiador potosino
La opinión del
autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación
No hay comentarios:
Publicar un comentario