jueves, 19 de diciembre de 2019

LA COPA VACÍA


LA COPA VACÍA
CAMILO KATARI
El compromiso militante no debe ocultar la necesaria crítica, en momentos de duda y desasosiego. Estamos convencidos que el momento actual es un momento de unidad a toda prueba, este mismo convencimiento nos obliga a observar ciertos comportamientos que no contribuyen a mantener la fuerza unitaria como requisito de la resistencia.



Uno de nuestros peores olvidos fue el fortalecimiento ideológico de los militantes revolucionarios, que en un primer momento puede tener un carácter intuitivo, por las condiciones objetivas de vida, este hecho ha sido característica de las luchas de los pueblos originarios, que en el siglo XX dieron el salto de la lucha reivindicativa sindical hacia la política basada en la identidad.

Este salto cualitativo de las organizaciones de pueblos originarios, no tuvo su correlato de la necesaria complementariedad con el pensamiento político teórico-ideológico, que en el caso de las clases medias había sido muy fuerte y permanente.

La clase media progresista tenía como base teórica e ideológica el marxismo, en todas sus vertientes (socialistas, socialdemócratas, comunistas) y a través de este bagaje ideológico encasilló o más bien trató de encasillar la cosmovisión andino amazónica, que terminó acuñando la frase “socialismo comunitario”, con lo cual se daba por cumplida la tarea de la consolidación de un pensamiento-guía del proceso de cambio, desechando el Suma Qamaña (Vivir Bien) como la apuesta de cambio civilizatorio).

La falta de esa tarea de análisis y permanente debate en la acción revolucionaria, generó un vació que poco a poco fue llenado con las dudas y luego con marcados cuestionamientos que determinaron el paulatino abandono de sectores de la clase media del proyecto revolucionario; por otra parte la funcionalización de las organizaciones de pueblos originarios respecto a la maquinaria burocrática estatal, que se fagocitó a potenciales líderes ideológicos, devino en la ausencia de procesos de fortalecimiento ideológico.

Los recientes desencuentros surgidos en el bloque parlamentario del MAS, son el reflejo de esa falta de formación ideológica. La política está siguiendo el curso que los golpistas han agendado, no existen iniciativas parlamentarias, que sin perder el marco constitucional devuelvan al pueblo la posibilidad de mantener el protagonismo principal en las definiciones políticas.

Las disputas personales han reemplazado al proyecto común, el personalismo-individualismo se ha impuesto al espíritu colectivo de la comunidad, estamos asistiendo a la metamorfosis de un instrumento político revolucionario a una maquinaria funcional del golpismo.

Son momentos de controversia, de auto convencimientos, de autocrítica, esto no significa adoptar la mentalidad liberal del “dejar hacer y dejar pasar” por el contrario la reflexión debe ser paralelamente acompañada por la acción. Estamos en un virtual estado de sitio y tenemos que asumir las mejores estrategias para derrocar una vez más, a una dictadura de nuevo tipo que ya ha logrado perforar la capa política parlamentaria del MAS.

Las elecciones no deben ser horizonte de nuestras acciones, porque perdemos la perspectiva de la realidad que es el desmantelamiento de las bases cimentadas en el proceso de cambio y de anular el potencial revolucionario del Instrumento Político, que como estamos viendo ya ha comenzado.

*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino

La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación

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