POLÍTICOS, PARTIDOS… “NO EN MI NOMBRE“
“POR LQSOMOS
Considero que nadie, ningún ciudadano que pretenda la república y la independencia de Catalunya pero por encima de todo la justicia social, la supresión de las desigualdades, en una palabra, la Paz, debería dejarse enredar, ni por los partidos ni por los políticos. Los conoceréis porque cuando les conviene son amigos entre ellos, pero si les conviene también se difaman; son corruptos y a veces se denuncian entre ellos, pero con frecuencia también callan la corrupción, la callan cuando les afecta o les puede afectar también a ellos; son los que nos mienten, los que nos quieren a todos con “Alzheimer político”, para que no recordemos afirmaciones, compromisos, pactos, promesas…
A ellos les va el
bolsillo en ello, la poltrona y el poder, en cambio a nosotros nos va la
dignidad y el orgullo de haber luchado por la república y la independencia y
por los presos políticos y los exiliados. Y, aunque después de lo que hemos
visto durante estos últimos cinco años, quizá estos personajes no se lo
merecían, había que denunciar la represión del Estado y la “Injusticia”
española. Pero ya hemos tenido suficiente paciencia, ya basta de sentirnos
culpables por si sube la derecha, de salvarles los muebles, de esperar lo que
sabemos que no sucederá.
Debemos rebelarnos,
“caiga quien caiga”. Por ello os propongo que os imprimáis la papeleta del
referéndum del 1 de octubre, para introducirla en el sobre de las votaciones
del 28 de mayo y sumaros así al voto nulo.
A quien tenga dudas
sobre la conveniencia o no del voto nulo, le diré que el sistema electoral,
aunque de diferentes maneras, siempre se acaba aprovechando de los votos en
blanco, de las abstenciones y de los votos nulos.
La prueba es que,
por ejemplo, los 350 escaños del Congreso o los 135 del Parlament de Catalunya,
por muchas abstenciones, votos en blanco y votos nulos que haya, siempre se
cubren, nunca queda ninguno vacío. No obstante, hay que tener en cuenta que
estas tres opciones no tienen el mismo significado y, mientras que la opción de
la abstención la podemos entender como un “ya os apañaréis”, la opción del voto
en blanco como un “ningún político ni ningún partido me convencen”, la opción,
consciente, del voto nulo, hay que entenderla como un “no en mi nombre”.
¿Que es
testimonial? Sí, pero a diferencia de la abstención, ejerzo mi derecho, no
renuncio a él y, a diferencia del voto en blanco, lo hago rebelde, desobediente
y no-cooperador con el sistema, porque me salgo de su norma, por eso lo
declaran nulo, cuando, en todo caso, podrían entenderlo como un voto
disconforme o antisistema, pero nunca como voto nulo (y a estas alturas, no
confundamos antisistema con CUP ni Comuns, por favor, que a ellos el sistema
también les viene de “pelas”, perdón, quiero decir de “perlas”).
Está claro que la
única opción coherente sería que la ley previera tantos escaños vacíos como la
suma de las abstenciones, los votos en blanco y los votos nulos y si no se
llegara al 50% más uno de participación, pues a repetir las elecciones.
Pero eso nunca lo
permitirán y ellos (todos) por desgracia seguirán aferrados escandalosamente y
sin vergüenza, a un sistema que les permite incluso gobernar y cubrir todos los
escaños, aunque sea con un 5% de votos. Eso sí, podrán hacerlo, pero nunca en
nuestro nombre si nuestro voto es nulo. Salud y fuerza.
Por Lluís-Ignasi
Pastrana Icart, doctor en Derecho Penal y activista social.
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