EL PROBLEMA NO ES VINICIUS
El problema se
llama racismo y tiene mucho que ver con la agenda mediática de la ultraderecha
y con los intereses de determinados grupos políticos y empresariales que
permiten que el fascismo y el racismo campen a sus anchas.
DINA BOUSSELHAM - CANAL RED
No es la primera vez que cánticos racistas y fascistas se cuelan en el deporte, y por desgracia algunas hinchadas vinculadas precisamente a la extrema derecha en España, han protagonizado varios capitulos desagradables en los últimos años. Hasta el punto que alguna que otra afición ultraderechista estuvo vinculada a actos criminales, precisamente por motivos ideológicos. ¿Os acordáis de Jimmy? El problema que hemos vivido este pasado fin de semana en el estadio de Valencia con las burlas a Vinicius, jugador del Real Madrid, se resume en que hay mucha impunidad por parte de las autoridades deportivas, y aquí quiero señalar abiertamente a dos: La Liga y la Federación Española de Fútbol.
¿Pero cuándo a
estas dos grandes instituciones – que no les mueve precisamente la ética
deportiva sino los negocios – les ha importado el racismo? Nunca. Pero el
problema no es sólo la impunidad de esas dos instituciones, sino también la que
ejerce a diario el poder mediático blanqueando y normalizando actitudes
xenófobas y “quitándole hierro al asunto”. Total, solo se trata de llamarle a
un moro, moro de mierda, o a un sudaca, mono de mierda. A nadie debería
importarle eso. Salvo a los pocos moros y sudacas que hay.
Y aquí es donde
creo que se equivocan quienes permiten que el fascismo campe a sus anchas.
«Lo grave no es que
el fútbol se vea salpicado por actitudes racistas, sino que haya una tolerancia
con estas actitudes dentro de nuestra sociedad»
Por eso es
importante visibilizar esto, y señalar a los culpables. A los que insultan en
los campos de fútbol y a los que permiten que eso ocurra, dentro y fuera del
fútbol.
Lo que hay en juego
es el tipo de sociedad que queremos construir. Una sociedad plural, respetuosa
y democrático o una sociedad que se mueve ideológicamente en los parámetros de
una extrema derecha racista y que atenta contra los derechos y libertades de
nuestra democracia. El problema no es si Vinicius es majo o no, si va
provocando o dejando de provocar. El problema se llama racismo y tiene mucho
que ver con la agenda mediática de la ultraderecha y con los intereses de
determinados grupos políticos y empresariales que permiten que campe a sus
anchas.
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