FAMOSOS DE LA NADA
Por
Eduardo Sanguinetti,
filósofo,
poeta y performer
"La publicidad, tendencia degenerada de la revelación, ha prostituido los modos de vida de la humanidad, la única que puede concebir el pensamiento mercantil. Luego, la masturbación que ofrece la publicidad cual práctica cotidiana, convertida en método se ha extendido a todos los espacios del acontecer de nuestra civilización, en proceso de demolición." (Fragmento de mi libro Morbi Dei, Ed. Corregidor)
Si eres talentoso, esconde tus ideas brillantes, ya no interesan; no muestres tú carisma, pues carece de público alguno, las máquinas de usinas de inteligencia se ocuparán de invisibilizarte… Tú talento, virtuosismo, destreza para cualquier disciplina no asombran, ni fascinan: la sombra de la mediocridad obscena acecha dando espacio a las Celebrities, sin nada que exhibir, sólo mostrar la formidable destreza del poder de la incompetencia, que dicta y rige en el planeta.
¡Qué pena!, ¡Qué
horror!… Realmente, ¿Qué pena, ¿Qué horror?... Para cientos de millones de
"selfitis" que transitan este planeta, elevando a los nuevos dioses
del Olimpo streaming, a las denominadas "Celebrities", los comúnmente
llamados por las masas con patología erotomaníaca: "Famosos",
cortesanos del Imperio de la mediocridad, donde el mundo construye su futuro,
sin talento ni habilidad que ostentar…
Admirados por una
humanidad que desea asimilarse a lo que está a su alcance, y quién más cercano
que los mediocres Famosos o Celebrities, soberbios ignorantes, expuestos en
cuánto espacio existe, público como privado ahí están, por todos lados, los
sitios de noticias, las imágenes alaban a una “personalidad” que nadie sabe por
qué, pero está en los trendig topic del día… Pululan por los estudios de medios
mercenarios circenses, manipuladores de realidades, que no cesan de mostrar a
estas piezas de museo escatológico, cual modelo a seguir.
Cualquiera, todos,
ninguno puede llegar al podio de Celebrity, cumpliendo la tarea de jamás
ostentar coeficiente intelectual elevado y no dejar de sonreír ante propuestas
rentables, pues llegó a esa función que el sistema le otorgó, simplemente por
tener el contacto exacto para ser elevado a deidad.
Estas Celebrities
que reinan desde las pantallas son entre sus semejantes, los más respetados, no
se le exige que no sean lo que ya son: un ‘everyman’, un personaje
absolutamente medio, en quién el espectador de la vida, ve retratada y
condecorada su mediocridad obscena.
Estas Celebrities
utilizan las metáforas, ya absorbidas por el léxico común. Su lenguaje básico,
que roza lo erótico, es referencial. No hay que hacer ningún esfuerzo para
comprenderlos. Cualquier espectador advierte que podría ser más elocuente que
ellos.
Jamás aceptan que
para una pregunta puede haber más que una respuesta. Miran con recelo las
variantes. Escapan a la naturaleza de la paradoja, pues ellos mismos lo son,
detrás de una verdad que esconde a todas luces, lo escabroso de sus vidas,
preñadas de desencuentros con la realidad, donde la máscara esconde el
verdadero rostro de la farsa de este tiempo, donde se ha anulado la tensión
entre ser y deber ser.
Pertenecen
definitivamente al pasado, se han muerto sin dejar descendencia, fenómenos
tales como el desarrollo paulatino de los talentos, su lenta maduración
natural… Los nombres de grandes hombres y mujeres del pasado, ricos en ideas e
ideales, ya no son más que sonidos vacíos de significado.
Así son las cosas…
Indigna pensar como todo ser que rebosa de intuiciones, premoniciones,
sensibilidad y coraje del instante, resulta ser “molesto” y “peligroso”, para
esta comunidad ignorante, cotidiana y previsible, llana y ordinaria, frívola y
cobarde, arrodillados ante el altar virtual de Celebrities, dioses de un
milenio distópico, donde no hay ámbito libre de mediocridad: académico,
político, jurídico, económico, mediático o cultural.
Así pasan los días
y las horas se convierten en asuntos negociables, todo tiene valor en moneda,
sobre todo las Celebrities. El mercantilismo impuso su substancia, ante el
amparo de la ley, cual contragolpe constitutivo de discontinuidad al denominado
orden vigente.
En mi ensayo “El
Pedestal Vacío” (Ed. Catari, 1994) amplío mis certezas acerca del simulacro y
la mentira, convoco a la vez los espectros, a los que se refirieron tantos
notables intelectuales destructores de las farsas que instalaron los poderes a
lo largo de la historia, que hoy reaparecen por todas partes a modo de mentiras
de ninguna verdad, encarnados en los tan promocionados y mentados Celebrities,
simuladores del simulacro, devenidos en deidades de una humanidad huérfana de
espejos, paria y exiliada de la vida.
Celebrities,
explotadas y publicitadas subversivamente, utilizando desde los poderes la
“Inteligencia Artificial” (IA) como un arma bélica instalada en el aparato
comunicacional del milenio, que manipula a miles de millones de seres,
devenidos en ‘conejillos de indias’, a través de interacciones muy bien
estructuradas, aplicando lo más avanzado en la ciencia en el comportamiento
humano.
Con la instalación
de las Celebrities, el sistema imperante en este milenio, fue construyendo,
paso a paso, una relación afectiva y de confianza con el fin de manipular a la
humanidad célibe en sus actos de vida, programadas por la “Inteligencia
Artificial” (IA), utilizando la empatía, la complicidad y la confianza de los
pueblos y generando un fuerte vínculo emocional con estas Celebrities… De ese
modo se destruye la individualidad y capacidad de elegir libremente de las
personas, sobre su ser y estar, evitando críticas o plantear soluciones
originales o arriesgadas.
Pues ya no importa
"la relevancia espiritual de las propuestas" del ser humano, quién ya
no contradice y, por tanto, no se enfrenta a nada ni a nadie. No enjuicia y,
por tanto, obedece con sonrisa dibujada, al modo Celebrity, esclavo del Imperio
de la simulación y la mediocridad.
El desarrollo de
las tecnologías y las telecomunicaciones provoca la apertura a un espacio de
una realidad fantasmal. No tengo dudas de que la tecnología de punta, en lugar
de alejar fantasmas, abre el campo a una experiencia en la que la imagen no es
ni visible ni invisible, ni perceptible ni imperceptible, simple y trágicamente
un recuerdo escindido.
El demonismo
convierte a esta suerte de nihilismo y escepticismo en fe, y puede definirse
como la mentira de ninguna verdad convertida en la verdad de ninguna mentira…
Conformada por máquinas de producción de espectros: las Celebrities.
La realidad se
transformó en sujeto del destino, mientras el sujeto es apenas su objeto
"Celebrity": absoluta crisis de lo absoluto. Paralizados en la
anarquía de la página, el origen cierra sus puertas, y la tierra de nadie
recoge el desperdicio de restos humanos, que respiran la atmósfera podrida de
este tercer milenio.
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