viernes, 26 de mayo de 2023

DIGNIDAD MORADA

 

DIGNIDAD MORADA

JUAN CARLOS MONEDERO - CANAL RED

No hay ningún partido en Europa que haya sufrido tantas imputaciones judiciales que, además, después se hayan archivado, imputaciones que invariablemente abrían los informativos el día que algún juez generoso aceptaba la denuncia y se ocultaban el día que se cerraban.

Nadie que vaya a votar al PSOE o al PP o a VOX se junta con dos compañeras de trabajo en la empresa en la que limpian y ponen entre todas 25 euros para financiar la campaña de un partido.

 

Ningún abuelo, desde los tiempos de la Transición, se había ido de este mundo tranquilo pensando que todo lo que había peleado contra el franquismo tenía continuidad porque había surgido una fuerza política que les mostraba el máximo respeto a ellos y ellas y a sus ideas.

 

Ninguna televisión había ignorado en sus informativos a una fuerza política con presencia en el parlamento, ignorándola en las encuestas, en los debates y “olvidándose” sistemáticamente de incluirla junto a los demás partidos.

Twitter no le cierra las cuentas a ningún otro partido ni en programas de máxima audiencia insultan a sus candidatos por alguna discapacidad o por sus orientaciones sexuales.

 

A ningún otro partido le han acusado con mentiras repetidas en las principales tertulias de la televisión donde todos los tertulianos, incluida siempre la presentadora o el presentador, formaban parte del pelotón de fusilamiento, sin faltar esas y esos periodistas que, supuestamente, están ahí para representar a la izquierda pero que callan y aceptan los temas y los marcos que imponen los que les pagan la colaboración y les hacen conocidos.

 

No hay ningún partido en Europa que haya sufrido tantas imputaciones judiciales que, además, después se hayan archivado, imputaciones que invariablemente abrían los informativos el día que algún juez generoso aceptaba la denuncia y se ocultaban el día que se cerraban e, incluso, presentaban el archivo de la causa como otro elemento de sospecha.

 

En España se ha roto el Estado de derecho contra formaciones políticas que habían quebrado la ley, demostrando la justicia y la policía española que tiene aún mucho trecho pendiente para ser un país democrático, pero a ningún otro partido se han dirigido las cloacas sin siquiera haber tenido ningún comportamiento ilegal, sino por simplemente reclamar el cumplimiento de la Constitución.

 

«En España se ha roto el Estado de derecho contra formaciones políticas que habían quebrado la ley, demostrando la justicia y la policía española que tiene aún mucho trecho pendiente para ser un país democrático, pero a ningún otro partido se han dirigido las cloacas sin siquiera haber tenido ningún comportamiento ilegal, sino por simplemente reclamar el cumplimiento de la Constitución.»

A ningún otro partido se han dirigido los medios de comunicación con tanto empeño para que se dividiera, para que miembros relevantes del partido rompieran y formaran nuevos partidos arropados, siempre, por encuestas y programas en prime time.

En ningún partido han acusado sistemáticamente a sus principales líderes, mujeres, de haber llegado a donde están por acostarse con alguien, ocultando o negando su valía personal y política.

 

Sobre ningún partido ha habido reuniones especiales del Ibex 35 y de las patronales donde se planteara la necesidad de financiar partidos de derechas que no lo parecieran para frenar el auge del partido sobre el que se convocaba la reunión especial, pudiéndose escuchar también en esas reuniones propuestas de comportamientos ilegales para regresar al bipartidismo.

 

En ningún otro partido sus líderes han sufrido presiones para que les echaran de sus trabajos, amenazas de despidos, endurecimiento de las condiciones laborales y señalamientos para que dejaran la política o cambiaran de trabajo.

Ningún líder de ningún otro partido ha visto la puerta de su casa acosada durante un año por dementes con altavoces, cacerolas y gritos estando, además, sus hijos dentro.

Con ningún otro partido ha habido menos solidaridad de los demás partidos cuando por su actividad política, sus dirigentes, militantes y votantes han sufrido acoso.

 

Ningún otro partido ha sufrido directamente la cacería directa de otros partidos, de palabra, de hecho o con silencios estruendosos, cuando se pretendía sacarles del juego político matándoles civilmente.

 

Ningún otro partido ha sufrido tantos ataques sexistas, con el silencio con demasiada frecuencia de las líderes de otros partidos, incluidos los que se reclaman de izquierdas.

 

Ningún otro partido ha sufrido tantos ataques racistas, con la petición incluso de deportación de un diputado por el hecho de ser negro y de militar en ese partido.

 

Ningún otro partido ha sufrido la censura mediática, tanto de medios privados como públicos, apoyada, además, por otros partidos de izquierda que pretendían sacar algún provecho de esa censura.

 

A ningún partido se le han inventado sistemáticamente pruebas falsas, autorizadas por jueces, creadas por policías, aireadas por periodistas, usando los aparatos del Estado, mintiendo, desde Hacienda al Ministerio del Interior, que han influido claramente en los resultados electorales sin que el Rey -supuesto árbitro del buen funcionamiento de las instituciones- ni el presidente del Gobierno hayan dicho nunca ni una sola palabra sobre ese atentado a la democracia en España.

 

Por todo esto, votar a la franja morada, votar a Podemos, es una decisión de decencia, es una manera no solamente de apoyar al partido que ha logrado que la política en España cambie, sino también apoyar a la fuerza política que ha logrado que la izquierda desobediente, a la que no se le autorizaba gobernar en ningún lugar del Estado, sea tomada por primera vez desde que recuperamos la democracia, en cuenta.

 

Votar en tu pueblo, en tu ciudad, en tu comunidad a Podemos es decirle a todos los tramposos, los de los 40 años de dictadura y de los 40 años de propina, que se vayan al demonio y es decirte a ti mismo, a ti misma, que en tu voto mandas tú y que votar dignidad te llena a ti mismo, a ti misma, también de dignidad.

 

Dignidad democrática, dignidad morada.

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