LA HERMANDAD DE LOS CORRUPTOS
PABLO JOFRE LEAL
El corrupto se suele definir, como aquel que no respeta ni toma en cuenta los valores de una sociedad, que le da exactamente lo mismo robar, mentir y sacar beneficio de la explotación del resto de los seres humanos.
Por lo descrito, un corrupto, un deshonesto, suele tener rasgos sociopáticos en su naturaleza, donde la impunidad frente a sus acciones y el pensar que aquello que realiza nunca será castigado, suele favorecer el desarrollo de esta conducta. En el plano político, esta forma de actuar genera entidades, cuyos líderes y adherentes suelen violar los derechos humanos de las sociedades en las que actúan o contra los pueblos que agreden, haciendo de los crímenes de guerra y lesa humanidad un actuar crónico, parte componente del quebrantamiento del derecho internacional.
Este panorama es el
que se nos presenta al constatar, que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) junto al
régimen sionista, avanzan hacia la normalización de relaciones, un hecho en
esencia, absolutamente contradictorio. Esto, primero, porque no sólo porque la
constitución de los EAU establece en su artículo 12 que “La política exterior
de los Emiratos tiene como objetivo apoyar las causas e intereses árabes e
islámicos” y una de las causas principales del mundo árabe e islámico es
precisamente el logro de la autodeterminación del pueblo palestino sometido a
la colonización y ocupación de su territorio y sometimiento de su población por
parte del régimen sionista desde el año 1948 a la fecha.
En segundo lugar,
unimos a lo señalado, la esencia del sionismo respecto a considerar a todo
aquel que sea Goyim (es decir los no judíos) como seres carentes de humanidad y
por tanto sin derechos. Un sionismo que ha expresado su desprecio a los
palestinos. Por ello, resulta absolutamente antinatura e impropio, que un
Gobierno árabe establezca relaciones con aquella entidad que odia a un pueblo
árabe y que busca su destrucción.
Recordemos las palabras de la exdiputada y exministra de Justicia Ayelet
Shaked al sostener “Tienen que morir – los palestinos - y sus casas deben ser
demolidas. Ellos son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar
manchadas de su sangre. Esto también se aplica a las madres de los terroristas
fallecidos" o el ex ministro de defensa Avigdor Lieberman al sostener
frente a los detenidos palestinos "Hay que ahogar a los prisioneros
palestinos en el Mar Muerto que es el punto más bajo del planeta". ¿Qué
beneficio tiene para el mundo árabe que los EAU firmen un pacto con este tipo
de régimen criminal llamado sionismo?
El pacto
diplomático, denominado Pacto Abraham, entre el sionismo y el régimen
monárquico emiratí fue establecido en un triple llamado, entre el primer
ministro israelí Benjamín Netanyahu, el Príncipe heredero de Abu Dhabi (uno de
los siete emiratos que conforman esta Federación) quien es responsable de la
política exterior de Emiratos y además vicecomandante supremo de las fuerzas
Armadas, Muhammed bin Zayed Al Nahyan. Todo ello con el aval, el beneplácito y
la bendición de Donald Trump. Con esta
decisión de normalización, los EAU se convierte en el tercer país árabe (de un
total de 27) que reestablecería relaciones diplomáticas con el régimen
sionista. Esto, tras Egipto el año 1979 y Jordania el año 1994. Unos EAU convertido
en el único país árabe que ha acompañado a Washington en todas las
intervenciones generadas tras la caída del campo socialista: la invasión de
Irak el año 1991, Somalia, Kosovo, Afganistán, Irak, agresión a Siria
facilitando además apoyo logístico a las fuerzas militares occidentales,
convirtiéndose en base del centro de combate aéreo conjunto. Un verdadero
portaviones terrestre junto a Israel. ¿Qué beneficios tiene esta conducta para
el mundo árabe?
Los medios de
información occidentales y sus filiales
satélites en el mundo árabe dieron a conocer que este Pacto Abraham había
logrado que Israel, como una especie de logro político para la causa palestina,
suspendía la implementación de su plan (que se supone entraba en vigor el
pasado 1 de julio) de anexionar el 30 por ciento de tierras Cisjordanas bajo el
autodenominado “acuerdo del siglo” plan inconsulto a los palestinos y destinado
a concretar la imposibilidad de la autodeterminación, para el pueblo
palestino. La idea de supuestamente
poner freno a la anexión es absolutamente falsa, no sólo porque es anexión es
un hecho desde el año 1967 a la fecha. En los asentamientos sionistas en
territorio cisjordano rigen las leyes israelíes, existe la ocupación efectiva
del 60 por ciento de este territorio, por tanto, supuestamente frenar algo que
se concreta día a día, es parte de la crónica Hasbara sionista y una clara
desinformación y manipulación de los hechos.
No nos equivoquemos
respecto a esta idea de normalización de relaciones entre Israel y los EAU presentándolo
como una especie de concesión de no anexar el 30 por ciento de Cisjordania.
Para el director Ejecutivo de la comunidad palestina de Chile, Anuar Majluf, la
anexión no es algo nuevo ni menos una reciente estrategia del denominado
“Acuerdo del Siglo”, sino que es un componente invariable del proyecto colonial
israelí desde sus inicios. “Lo cierto es que la anexión ya se ha consumado casi
por completo, y una ocupación que se suponía ser temporal, se ha vuelto
permanente. Para entender Palestina hay que situarla en un contexto continuo de
colonización, la que comienza el año 1948 y sigue manifestándose hoy en sus
diferentes formas: ocupación, expulsión, represión y segregación. La anexión no
se produce de un día para otro, es un proceso” El propio Netanyahu con su
incontinencia verbal se encargó de aclarar el asunto al sostener que “solamente
se postergaba la anexión”
Los Emiratos Árabes
Unidos, con 10 millones de habitantes (donde sólo el 20 por ciento son
emiratíes) una superficie que no supera los 90.000 kilómetros cuadrados,
conformado por siete emiratos, que dan forma a esta federación, es un Estado
pequeño, con escasa influencia política, pero dotado de enorme poder económico
derivado de sus reservas de petróleo, gas y las inversiones que han logrado
colocar en países occidentales. Agreguemos que además es el tercer comprador de
armas en el mundo lo que ha significado participación en las guerras de
agresión contra Yemen, su apoyo al Jalifa Haftar en Libia y el financiamiento
de grupos terroristas que han generado la destrucción en Irak, en Siria y en
Yemen. Es un verdadero peón de los intereses de Estados Unidos en la zona, una
herramienta en manos sionistas “un brazo criminal de la entidad colonial
israelí”. Una monarquía que además tiene intereses económicos, que marcarán la
ruta de lo que está siendo el papel del sionismo en materia energética como lo
sostuve en un video de opinión en segundopaso.es
Los EAU han
traicionado a los pueblos árabes e islámicos del mundo. Es hoy una simple
marioneta junto a la Casa al Saud para implementar el proyecto colonial
occidental en Asia occidental. De nada vale sostener que se ha apoyado a
palestina en años anteriores y hoy se le apuñala. ¿La ganancia para los EAU?
Seguir manteniendo un poder autocrático que de otra manera reventaría por los
aires sin ese poderío económico, militar y de protección otorgado por
Washington? Es el precio del sometimiento y la escasa dignidad. Los EAU sirven
hoy para agredir a los propios pueblos árabes, para conspirar en Túnez, apoyar
las milicias de Haftar y su deseo de fragmentar a Libia, seguir apoyando a un
Egipto dominado por la casta militar, recordemos que fue EAU quien financió el
derrocamiento del presidente Mohamed Mursi para dar paso al gobierno de
Abdelfatah al Sisi.
¿Qué impulsa a la
dirigencia emiratí, avalado por Estados Unidos a este acercamiento con el
sionismo? Son varios los puntos que se puede mencionar. Entre ellos, el interés
estadounidense en materia de afianzar las relaciones con una Federación, que es
el tercer comprador mundial de armas del complejo militar industrial
estadounidense. Temas económicos relacionados con el petróleo y el gas (EAU es
el séptimo país en reserva de ambos recursos) que serviría para estrechar lazos
económicos con Israel que está explotando los yacimientos de gas frente a las
costas de la Palestina histórica ocupada, lo que, eventualmente, posibilitaría la construcción de gasoductos y
oleoductos en competencia con el gas ruso. Así, Estados Unidos usaría a EAU
como punta de lanza en la competencia contra la Federación Rusa y China,
otorgando protección a la casta dirigente en EAU.
Washington ha
presionado fuertemente para que el heredero Muhammed bin Zayed Al Nahyan, logre
una política de alianzas con su protegido sionista, que unido a Arabia saudí le
permitan al imperialismo y al régimen sionista pensar en tejer una red de
apoyos, bases militares, navales, aéreas, en la idea de seguir cercando a la
República Islámica de Irán, invisibilizar los anhelos de autodeterminación del
pueblo palestino. Eliminar la amenaza que significa el Eje de la resistencia y
erigir una muralla defensiva al sionismo. Resulta evidente que se está tejiendo
un manto de impunidad al régimen corrupto israelí, aupado por la monarquía
emiratí, en esencia corrupta y corruptora.
Al mismo tiempo, que ad portas de las elecciones presidenciales en
Estados Unidos se pretende ofrecer una imagen de estadista, de facilitador de
acuerdos de paz a alguien como Trump, que ha tenido caída tras caída en el
plano de la política internacional. Por ello no es casual la gira efectuada por
Mike Pompeo por Asia occidental, destinado a lograr que más regímenes árabes
logren normalizar relaciones con los sionistas, previo a las elecciones de
noviembre en Estados Unidos.
No hay dudas que
este panorama de acercamiento entre los EAU y el régimen israelí será un
tremendo desafío para las facciones, movimientos y organizaciones palestinas en
función de superar sus diferencias, plantearse la unidad como una obligación y
buscar, en el seno del mundo árabe en particular y del mundo islámico en
general el apoyo para plantear que esto se trata de una operación diseñada
entre el imperialismo estadounidense y el sionismo israelí destinado a socavar
las bases, que han sustentado la política exterior árabe por años, como es la
causa palestina y el foco de critica a la conducta colonizadora y ocupante de
Israel.
Los EAU situado en
una zona de indudable valor geopolítico no sólo se ha limitado a invertir
pensando en un futuro donde no contará con recursos hidrocarburíferos, sino que
en alas de su alianza con Washington y el sionismo se ha convertido en socio
clave de ambos regímenes y ha devenido, junto a Arabia saudí en uno de los
países más intervencionistas del mundo árabe, con influencias en Libia, Sudán,
Mozambique (donde fuerzas takfirí están desestabilizando la zona norte del
país), Senegal, Yibutí, Yemen, Siria,
entre otros. Todo ello al amparo de su empresa de servicios portuarios, ferries
y logística DP World con intereses también en América, Asia y Europa y 100.000
empleados repartidos en todo el mundo.
En ese panorama de
“pequeña potencia militar y económica” las autoridades de los EAU, para
encubrir su relación traicionera con el sionismo, hablan de haber ejecutado
este paso de conciliación con Israel por razones de tolerancia. Esto es una
excusa intolerable y de una escasa imaginación. La tolerancia que dice tener
Muhammed bin Zayed Al Nahyan, no se corresponde con establecer relaciones
normales con quien agrede a un pueblo árabe. No se puede hablar de tolerancia
cuando el camino de entendimiento es con quien agrede a gran parte de las
naciones del Levante mediterráneo, que ha hecho de los asesinatos selectivos su
sello, que bombardea a pueblos árabes, que genera desestabilización en Asia
Occidental y el Magreb, que apoya la política imperial de Washington y sus
socios europeos contra los pueblos árabes y contra el mundo islámico.
Lo mencionado es
contrario a los más básicos derechos de los pueblos de la región, ser flexible
no significa aceptar al sionismo y darle un espacio entre las naciones. No es
posible normalizar nada con quien pretende el dominio territorial y político de
Asia occidental como es Israel y menos con regímenes monárquicos que suelen
servir a sus intereses financieros en lugar de servir a sus pueblos y a las
transnacionales a las cuales se asocian, generando una telaraña de vínculos usados
como excusas, posteriormente, para lo que llaman la defensa de sus intereses y
su seguridad nacional. La hermandad de los corruptos debe enfrentar la unión de
los pueblos árabes y la comunidad del islam.
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