martes, 22 de septiembre de 2020

S O M B R A. de José Rivero Vivas

José Rivero Vivas

S O M B R A

Septiembre de 1989

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De este Escrito se hace mención

en el Prólogo del Profesor Pablo Quintana,

para el libro de José Rivero Vivas:

Cuentos de Aliento Santacrucero

Obra: .08 (a.08)

(ISBN: 84-85896-30-0 – D.L. 1681/91

Editorial Benchomo – Islas Canarias

Septiembre de 1991

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Del libro inédito: Escritos 1- Obra: E.01 (a.63)

José Rivero Vivas - Diversas fechas

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Visto ahora, tras la publicación:

ORLA DE FORZADOS – Obra: C.05 (a.05)


(ISBN: 978-84-18138-20-1) – D. L.: TF 278-2020

CAUTIVO – Obra: NC.10 (a.19)


(ISBN: 978-84-38138-25-6) – D. L.: 279-2020

José Rivero Vivas

Ediciones IDEA – Islas Canarias

Septiembre de 2020

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Tenerife

Islas Canarias

Septiembre de 2020

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José Rivero Vivas

SOMBRA

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El canario, hombre o mujer, intelectualmente, no suele portarse valiente a la hora de enjuiciar la obra de su paisano, él o ella. Tiene miedo de no saber frente a los demás, y, en especial, frente al propio canario o canaria. Es como si le queda­se un reducto de su ser escolar en pequeña competición con los otros compañeros de clase, y anda necesitado de que el profesor ratifique su aser­to, tesis, explicación, razón, crítica o comentario sobre esta exposición de pintura, aquella película de anoche o la recién publicada novela de Juan o Juana de la Equis. No comprende que uno no sabe más de lo que sabe, sea ello mucho o poco, y suponga mayor o menor bagaje del que henchido ostenta nuestro vecino, o la señora de enfrente.

Con frecuencia derrocha gran esfuerzo en expresar su vasto y profundo conocimiento acerca de la Antigüedad, del Renacimiento y aun de la más extrema Vanguardia. Recorre cómodamente la historia de Grecia y de Roma, y se adentra sin titubeos en el mundo de Europa, de Asia, de África y de América; navega por el Pacífico, desdeña visitar los Polos y, sin conmoción perceptible, regresa a su tierra amada. Le ocurre adelantarse a Madrid y Barcelona, y en época pretérita supo acompasar su ritmo con lo acaecido en París, Londres y Berlín. Impregnado de inquietud se traslada a Rusia y Escandinavia, atraviesa Centroeuropa, desciende a Italia, y, en pirueta prodigiosa, cruza el Atlántico; desembarca en Méjico, y galopa por los Andes hacia Chile para luego descansar, d’aller en vadrouille. al arribar a Buenos Aires. Diserta ampliamente sobre Ciencias, Filosofía, Historia, Literatura, Música y Arte en general. Es una enciclopedia viviente que alcanza los más recónditos recovecos del saber humano, y, tanto en ensayos como en conferencias, resalta maravillosamente la substancia de su discurso.

Ahora bien: ¿Por qué este hombre, o mujer, de extenso saber, no osa decir bien o mal, peor o regular, de cuanto se produce en su entorno? ¿Precisa acaso de un maestro que apruebe su lección y subraye su ejercicio? ¿Existe algún motivo oculto que le impida manifestar su opinión? ¿Rehúye la sinceridad? ¿Evita el compromiso? ¿Qué le mueve a silenciar su juicio? Algo grave debe de ser cuando tan poco prodiga su dictamen. Tal vez por ello recurre a la asistencia de un invitado foráneo, que corrobore sus palabras y dé fe a su concesión del premio, científico o literario, cuyo acto de entrega tendrá lugar en un Centro Oficial, bien en Santa Cruz de Tenerife, bien en Las Palmas de Gran Canaria.

A este tenor, deja de ser laudable ignorar el patrimonio cultural de todo un país. Hemos de comprender que el hombre es el mismo aquí y en cualquier lugar del planeta, con la diferencia de mentalidad establecida a través de educación, vivencias y talante adquirido merced al entorno social en que se desenvuelve; en el fondo, ninguno semeja ser tan dispar. Así, en el país más abierto y acostumbra­do a lidiar con elementos raros y exóticos, encontramos seres intolerantes en grado sumo; mientras, en predios pequeños, estrechos, envarados y pacatos, se tropieza individuos afables, comprensivos y dispuestos a admitir cualquier cambio de opinión, contraste de parecer, tema o argumento susceptible de derruir su arcano.

No es cuestión, sin embargo, de detenerse en época alguna como inicio de todo. Olvidemos la pretensión de comienzo con la llegada de tropas en pos de invasión y conquista, al tiempo de obviar la idílica versión del maltrecho mundo guanche, acerca del cual parece esotérica, por restringida, la escasa documentación disponible. Claro es que, al alcanzar cierta edad, el nativo puede bucear en busca de orientación inédita. Luego… There is no excuse!, exclama afectivo Míster Rosenthal, personaje de mi novela CAUTIVO, haciendo referencia al poeta grancanario que dijo: ”¡No vale!”

Hemos pues de entender que, el acontecer de las Islas, pese a su mínima expresión, es pletórico en sí; sucede que, por argucias o malentendidos, este pueblo, ebrio de los bienes proclamados, desconoce, o mira de soslayo, la veraz esencia de su ser. De aquí la sospecha de la aviesa intencionalidad, de quien domine la acción, en desestimar el cúmulo de aportes que entroniza la Historia del Archipiélago. Respecto de esta premisa, cabe sugerir que la Asociación de unos pocos, con frontis Luz Canaria, parece estar siempre en necesidad de un elefante que suene su cacharrería; de aquí que, sus responsables, sin reserva alguna, procuren invitar, a presidir sus magnos eventos, al preclaro individuo de mayor renombre en la escena global.

Canarias, por nobleza, debería reconocer, sin ambages, a sus creadores, sus deportistas en diversas modalidades y categorías, así como a los miembros de plural actividad, de menor y mayor fuste, llevada a cabo en este Archipiélago. Ello nos elevaría por encima de sornas y minucias; así, de igual modo que otros pueblos y regiones acreditan la valía de sus hijos, se lograría, aquí también, izar su enseña con sensa­tez, lo cual permitiría que pudieran encaramarse a las altas cimas de sus montañas, para que brillen, al menos, dentro del ámbito insular. Claro es que, han de ser aupados todos, sin discriminación ni favor, puesto que todos, con su dedicación: pesca, agricultura, construcción, servicios, burocracia, docencia, eminente profesión, amplio y sucinto empresariado, tanto como le même fainéant, contribuyen al reverdecimiento del cardón y la tabaiba, la frescura de sus montes y el albeo de sus fachadas.

Una vez trepados en su atalaya, puede que alguno desprenda inusitado fulgor. Si el destello deja de ser efímero, se reflejará en la distancia, y, al tiempo, alguien advertirá su resplandor, faro que habrá de conducirle hasta el Hecho Cultural que con mesura enaltece a oriundos, afines y simpatizantes de estas entrañables Islas, por insólita belleza, Afortunadas.

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José Rivero Vivas

S O M B R A

Septiembre de 1989

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De este Escrito se hace mención

en el Prólogo del Profesor Pablo Quintana,

para el libro de José Rivero Vivas:

Cuentos de Aliento Santacrucero

Obra: .08 (a.08)

(ISBN: 84-85896-30-0 – D.L. 1681/91

Editorial Benchomo – Islas Canarias

Septiembre de 1991

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Del libro inédito: Escritos 1- Obra: E.01 (a.63)

José Rivero Vivas - Diversas fechas

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Visto ahora, tras la publicación:

ORLA DE FORZADOS – Obra: C.05 (a.05)

(ISBN: 978-84-18138-20-1) – D. L.: TF 278-2020

CAUTIVO – Obra: NC.10 (a.19)

(ISBN: 978-84-38138-25-6) – D. L.: 279-2020

José Rivero Vivas

Ediciones IDEA – Islas Canarias

Septiembre de 2020

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Tenerife

Islas Canarias

Septiembre de 2020

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