YA NO ES NOTICIA QUE UNA MUJER SEA ASESINADA
“¿Qué nos pasa? ¿Por qué estos asesinatos no provocan una reacción
general?”, se pregunta en Marea Violeta de Jerez, que reflexiona sobre el
asunto.
Cabecera de una marcha
contra la violencia machista.
MAREA VIOLETA DE JEREZ // El que una mujer
sea asesinada es una noticia a la que nos acostumbramos por su frecuencia a
coexistir con ella en lugar de escandalizarnos. ¿Qué nos pasa? ¿Por
qué estos asesinatos no provocan una reacción general?
¿Por qué no reaccionamos las mujeres?
Creemos que por falta de empatía con la
víctima: se les presupone cierta culpa a la víctima porque eligió a este hombre
como pareja. Pensamos que cada persona tiene unas características
psicológicas, afectivas, sociológicas… que influyen en las decisiones que
tomamos en la vida y no sabemos si en esas circunstancias reaccionaríamos
igual. Otras mujeres piensan que es un poco exagerado lo que dicen las feministas,
porque en su propia vida tienen un buen trabajo, una buena familia, una buena
pareja y han tenido acceso a una educación.
Estas mujeres creen que ya se ha
conseguido la plena igualdad de género y obvian los micromachismos, la brecha
salarial contra las mujeres y los machismos imperantes en la sociedad
patriarcal en la que vivimos.
¿Por qué no reaccionan los hombres?
Para empezar se sienten “diferentes” a los
agresores. Saben que ellos nunca harían algo así, porque no se creen agresores,
los ven como casos aislados y casi enfermizos. No son conscientes de que
“estos asesinatos machistas “son el último eslabón de una cadena de tratos
machistas hacia la mujer en la sociedad. No detectan los múltiples casos
de micromachismos en los que se ven envueltos todos los días y en los que son
partícipes de alguna forma, voluntaria o involuntariamente.
Otra frase socorrida en boca de los
hombres es “hay hombres que también sufren maltrato”. Esto es cierto, pero
estadísticamente son un dato insignificante en relación con las
mujeres. Hay hombres que por el sistema patriarcal son también
víctimas y no lo denuncian por sentir vergüenza.
¿Por qué no reacciona la sociedad?
La sociedad en general, como mucho,
comenta compasivamente al oír la noticia: “Otra mujer más ¡qué horror!”. Y
luego la socorrida frase “hay que educar en la escuela”. Por supuesto hay que
educar en valores de igualdad y coeducación, pero se da el hecho de que el niño
o la niña no viven solo en la escuela.
Mientras en la escuela se enseña a no decir
tacos, cuando acuden a un partido de fútbol, ¿qué escuchan? Mientras en la
escuela se enseña a ser igualitarios, en la casa ¿quién conduce el coche más
grande? Mientras en la escuela se enseña a respetar a las compañeras, sean
cuales sean sus características físicas, en los medios de comunicación a la
mujer se la cosifica como un objeto de comprar, usar y tirar, es decir, sólo
valen las guapas y a ser posibles tontas.
Mientras la escuela dota a las alumnas y a
los alumnos a desarrollar sus capacidades, la sociedad te estereotipa. La mujer
ha salido de lo privado conquistando lo público, y el hombre aún no ha entrado
en lo privado. Esto limita mucho las metas de las mujeres y dificulta la
conciliación familiar impidiendo a muchas mujeres conseguir sus aspiraciones
profesionales.
Mientras la escuela fomenta la relación
mixta e igualitaria, la sociedad sigue funcionando con estereotipos
machistas. El hombre triunfador es el que liga y copula con muchas mujeres. Por
el contrario, a la mujer que hace esto mismo ya sabemos cómo se la define…
Un ejemplo claro lo hemos visto en la reciente fiesta de San
Fermín, donde las mujeres, por divertirse, tienen que pagar un precio
extra, que es el riesgo a ser violada, tanto si estaban desinhibidas, como si
iban camino de su casa.
¿Y las instituciones? ¿Y la clase
política? ¿Por qué no reaccionan?
El Estado, aun teniendo
datos de la magnitud del problema de la violencia machista que
sufren no sólo mujeres, sino hijas e hijos y familias enteras, sin
olvidarnos del colectivo LGTBI y muchas prostitutas, ¿cómo es que no
organizan campañas para alertar a la población e intentar
combatirla? Si la clase política en vez de recortar en sanidad, educación
y prevención de la violencia machista recortase en pensiones y dietas de
diputados, senadores o exigiese la devolución íntegra de los dineros robados
por corrupción, habría presupuesto para cubrir estas necesidades básicas de la
sociedad.
Es cierto que se han dado algunos pasos
creando unidades de atención a las víctimas en la Policía, en equipos de
psicólogos y abogados, en servicios sociales, en los centros médicos, en los
juzgados… pero a estos grupos de profesionales no se les dota de presupuestos
suficientes y se ven desbordados e impotentes ante tanto trabajo por hacer
y ante esta lacra violenta en aumento. En lo que va de julio de 2016 han
sido asesinadas 10 mujeres.
A la mujer, desde las instituciones se las
anima a denunciar pero ¿se las acompaña con todas las garantías? ¿Se siente
segura en este proceso?
Mientras los medios de comunicación sigan
dando las noticias de manera sesgadas llamándole “muertas a manos de su
marido”, en vez de “MUJERES ASESINADAS”, seguiremos sentadas en el sofá y
culpabilizando a las víctimas, pensando que eso es un asunto en el que no
hay que meterse y son problemas de puertas para adentro.
¿Para cuándo un PACTO DE ESTADO para
este TERRORISMO MACHISTA?
¿Cuándo nos
uniremos HOMBRES y MUJERES para acabar de raíz con esta
sinrazón?
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