MORIR EN MADRID 80
AÑOS DESPUÉS
EDUARDO ROTHE
1931, España: 503.061
kilómetros cuadrados. 24 millones de personas. La mitad de la población es
analfabeta. Hay 8 millones de pobres. Hay 2 millones de campesinos sin tierra.
20.000 personas poseen la mitad de España, provincias enteras son propiedad de
un solo hombre. Salario medio de un trabajador, de 1 a 3 pesetas por día; un
kilo de pan cuesta 1 peseta.
Morir en Madrid 80 años
después
20.000
monjes, 31.000 sacerdotes, 60.000 mil monjas y 5.000 conventos. 15 mil
oficiales, de ellos 800 generales: 1 oficial por cada 6 hombres, 1 general por
cada 100 soldados. Un rey, Alfonso 13, el decimocuarto soberano desde Isabel la
Católica.
LA
REPÚBLICA
El
2 de abril de 1931, los candidatos monárquicos son derrotados en las elecciones
municipales. Alfonso 13 abdica. Es la República por sorpresa. El pueblo
descubre que existe, tiene derecho a la palabra, tiene derecho al discurso.
Pero los campesinos siguen sin tierra, los obreros no tienen trabajo. Todo el
mundo pasa, al mismo tiempo, a la acción directa: los monárquicos contra la
República, los catalanes por la autonomía, los anarquistas contra el Estado,
los campesinos contra la Guardia Civil. La izquierda se organiza, la derecha se
endurece. José Antonio Primo de Rivera funda la Falange.
Octubre
1934. Es la sublevación de Asturias. Los mineros resisten 15 días en Oviedo y
Gijón. La represión es rápida: 1.500 muertos, 3.000 heridos, 50.000 obreros
presos. Un general se distingue, y Alcalá Zamora lo llama "salvador de la
República". Ese general es
Francisco Franco.
1936.
Elecciones Generales. Dos frentes, el Frente Popular y el Frente Nacional. El Frente Popular gana con 4 millones de
votos, contra los 3,5 millones de la derecha, y obtiene la mayoría absoluta en
el parlamento español, las Cortes. Por la primera vez en España, el Frente
Popular está en el poder.
Los
campesinos ocupan las tierras ociosas. Se libera a los mineros de Asturias.
Aumentan 15% todos los salarios. 200 iglesias destruidas, 300 asesinatos
políticos. 130 huelgas espontáneas. 10 periódicos saqueados. Los generales
protestas: se los exila. Franco a Canarias, Godet a Baleares.
LA
CONSPIRACIÓN
La
persona sagrada de España está en peligro. En nombre de la España Eterna, los
carlistas, los monárquicos, la Falange, unidos tras el estandarte de la
Iglesia, preparan la rebelión. Del ejército de África a los cuarteles de Burgos
circula la consigna del complot, la contraseña "Arriba España". El 16
de junio de 1936, en las Cortes, el líder de la derecha, Calvo Sotelo, amenaza
al gobierno: "Contra este Estado estéril, yo propongo el Estado integral.
Muchos lo llamarán fascista, pero si el Estado fascista es el final de las
huelgas, el final del desorden, el final de los abusos contra la propiedad,
entonces yo declaro con orgullo que soy fascista. Y declaro loco a todo soldado
que, frente a la eternidad, no se levante contra la anarquía, si fuera
necesario". Tres semanas más tarde Calvo Sotelo es asesinado. La rebelión
ha encontrado su pretexto y su mártir.
EL
GOLPE
Madrid,
18 de julio de 1936, huelga de mozos de café. De pronto, la noticia: la
víspera, las guarniciones de Marruecos se han sublevado contra la República.
Francisco Franco declara en Radio Tetuán: "Todos ustedes que sienten el
santo amor por España, que juraron defenderla de sus enemigos hasta perder la
vida, la Nación os llama a defenderla. El Ejército ha decidido restablecer el
orden en España".
Por
traición, por artimaña o por convicción, caen inmediatamente Sevilla,
Algeciras, Córdoba, Granada, Navarra, Oviedo y Zaragoza. Resisten
victoriosamente el País Vasco, Málaga, Barcelona, Madrid...y desarman el
modelo. Franco declara "España está salvada". El Presidente de la
República, Manuel Azaña proclama "La República continúa". De hecho, comienza
la guerra civil".
LA
GUERRA
Lo
anterior es el texto con que comienza el documental "Morir a Madrid"
(1963) del francés Frédéric Rossif. El resto de la película es la guerra, sus
batallas y episodios, Somosierra, el Alcázar, Teruel, Guadalajara, Guernica, el
Ebro... La aviación y voluntarios de Hitler y Mussolini apoyando a Franco, las
Brigadas Internacionales apoyando a la República. El triunfo del fascismo
gracias a un millón de muertos, la mitad en combate, la otra mitad asesinados
durante y después de la contienda; los 300.000 que se salvaron, fueron al
exilio. El fin de la guerra no fue el fin de la violencia: Franco nunca dejó de
matar: en 1975, a los 83 años, pre-agónico, firmó su última condena de muerte,
para 5 jóvenes revolucionarios.
La
España del triunfo del fascismo fue de penuria y represión. La destrucción de
los recursos económicos e infraestructuras hizo de los 40 los "años del
hambre". Se produjo un estancamiento económico durante toda una década, no
recuperándose el nivel de renta de 1935 hasta bien entrados los años 50. El
país quedó dividido: arriba los ciudadanos decentes, católicos y franquistas,
abajo los "rojos", sin derechos ni oportunidades, en una forma de
esclavitud contemporánea. Toda protesta era duramente reprimida: hasta 1963 por
los "Tribunales para la represión de la masonería y el comunismo" y
después por la Dirección General de Seguridad DGS.
Por
el apoyo militar e ideológico del régimen franquista a Hitler durante la
Segunda Guerra Mundial, España quedó aislada en el contexto internacional y
fuera del Plan Marshall. Sin embargo, durante la Guerra Fría y por la posición
estratégica de España, Estados Unidos normalizó sus relaciones. La alianza
militar se afianzó en el Pacto de Madrid de 1953 y en 1955 España entró en la
Naciones Unidas.
LA
TRANSICIÓN
A
partir de la muerte de Franco, las huelgas y las protestas obligaron a Estado
pasar de la dictadura militar a una Monarquía supra constitucional con
democracia representativa, en un proceso de liberalización (que no de
liberación) llamado " transición" en lo político, "destape"
en lo cultural. La izquierda volvió a la legalidad tras renunciar a sus
principios e ideales. Los hijos y los nietos de los fascistas se modernizaron
con el bipartidismo, y se reciclaron en la Unión Europea. Vinieron décadas de
auge económico con el turismo, la especulación inmobiliaria, y la
sobreexplotación neoliberal de algunos países latinoamericanos. Después vino la
crisis, que dura hasta nuestros días y que pagan los de siempre, los de abajo:
6 millones de desempleados y medio millón de personas arrojadas a la calle.
Ahora "morir a Madrid" tiene un nuevo significado.
El
franquismo sigue mandando: desde el fin de la guerra hasta nuestros días (77
años) España ha tenido 3 jefes de Estado a quienes nadie eligió: Franco, Juan
Carlos de Borbón y ahora Felipe VI. Viejas leyes impiden la independencia de
los pueblos dominados por el Estado Español, nuevas leyes limitan o castigan la
libertad de expresión. La corrupción de los partidos tradicionales es mayor que
nunca en el Reino de la cleptocrácia ibérica. Los bancos, dueños de los medios
de información, descalifican a las nuevas organizaciones sociales y políticas.
El fraude electoral es tan descarado como el de cualquier caricatura de republiqueta
bananera. Renacen los odios de clase, amamantados por la Iglesia Católica. La
vieja y españolísima misofilia, amor por el odio, envenena a las jóvenes
generaciones. La salida de la Monarquía y el regreso de la República están a la
orden del día.
Tal
y como se lo advirtió Unamuno, vencieron porque le sobraba la fuerza bruta,
pero no convencieron porque no tenían razón. Ni la tienen, ni la tendrán nunca.
80 años después, para los nietos de los que pelearon en la Guerra Civil, España
y su destino siguen siendo materia pendiente.
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