BESO ROCAS
DUNIA SÁNCHEZ
Beso rocas rajadas
que se estiran en medio de la nada. Un mar rugoso asciende hasta mi rostro de
ojos cenizos esperando las hogueras de algún faro que en vertical avance hacia
cumbres virginales. Miro debajo de mí, a ras de una colina perdida en el
refugio de almas flotantes y un viejo árbol eclosiona lágrimas que se quiebran
cuando andan en la destrucción, en el desequilibrio humano. Me pierdo. Me
eclipso. Me embarro de gargantas cortadas al son que una melancólica sonata
transmite el aliento acabado de esta madre tierra. Un niño llora. Una niña
llora. Una mujer llora. Un hombre llora. Vestidos de negro se nutren de grises
esperanzas. Ven volar a un mirlo hacía un destino incierto bajo una bóveda
azul. Tal vez, quizás están a tiempo para que nuevas generaciones puedan
navegar al unísono de la belleza de esta esfera. Todos iguales. Todos humanos.
Todos bajo el viento de la paz.
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