domingo, 17 de julio de 2016

“VÓTESE A SI MISMO”

“VÓTESE A SI MISMO”
 EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO Y POETA ARGENTINO

La Argentina, mi país, como nadie ignora en el mundo, es una de las tierras más ricas del planeta, en recursos naturales, en climas y paisajes de los más diversas, rico en recursos humanos con un pueblo que siempre ha luchado, soportado estoicamente a la más diversa fauna de dirigentes políticos, empresariales, sindicales y culturales, siempre ha defendido la nación desde su nacimiento contra sus detractores, con valentía y voluntad propia, en sangre y en vida, a pesar de que como epílogo, las negociaciones terminaban en una coima y un negociado usurero, en beneficio de estos personeros del caos.

Los ejemplos son vastos. Guerra con el Imperio del Brasil en 1827, la traición de Urquiza a Rosas en la batalla de Caseros, deviniendo en la aparición de personajes nefastos, como ejemplo basta mencionar a Mitre, quien condujo a la Argentina a un enfrentamiento, en alianza con Brasil y Uruguay a la guerra denominada de la Triple Alianza contra un país hermano: Paraguay, un “crimen de lesa humanidad”, sin antecedentes en nuestra historia continental.

¿Por qué entonces, con tanta riqueza de todo tipo, solamente para mencionar algunos problemas, la Argentina es un país con desocupación, pobreza e indigencia?, ¿por qué hay zonas como las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, y tantas otras, donde más del 65% de la población vive en pobreza absoluta?

Este viejo Estado argentino no sirve para solucionar las necesidades del pueblo, se sustenta con elecciones, que actúan como medio de dominación de las burguesías feudales dominantes, un estado esclerótico y degenerado de pocos y para pocos, está en crisis ética, económica y de educación hace tiempo, y ha entrado en proceso de descomposición; es controlado por un régimen neoliberal al extremo, de una burguesía “infecta” e ignorante snob y epidérmica… un régimen que emplea un control subliminalmente policíaco y claramente judicializado.

Un “estado de cosas”, que tiene sus chivos expiatorios, los individuos que no negocian, no transigen y no aceptan la manipulación sistemática de autoridades deslegitimadas por sus actos degradantes y que legitiman el estado de inseguridad en garantías y derechos que ya no puede ejercer el habitante puro y en oposición de ideas al régimen imperante.

Esto ocurre en las ciudades y en las zonas rurales, una corporativización de informantes sindicales autárquicos, un neofascismo adaptado a combatir la libertad de expresión; un régimen que busca legitimar toda su represión y sus persecuciones, con “combatir el terrorismo de los medios corporativos denominados de ¿información?”… no nos engañemos más, ya no es creíble nada, de lo que nos presentan como fábula de una realidad obtusa e inexistente.

Este régimen, ha demostrado que pese a todo lo que ha hecho ha sido capaz de instalar la tristeza en un pueblo, el argentino, hoy, acorralado por tarifazos, control policial ante todo lo que pueda ser libertad de expresarse en paz y armonía, pero “desestabiliza la imágen dequie´n dice gobernar”… una comunidad, anestesiada con el festival prostibulario, que desde los medios procura relativizar, por el contrario los efectos de una pandemia de frivolidad, pornografía y anticultura, que hoy es moneda corriente, a pesar de la mesura, que piden algunos personajes devenidos en políticos y funcionarios de nuevo cuño, paradójicamente dentro del estado de hambruna y degradación, en que se debate el pueblo.

Avanzar persistentemente y con voluntad de modificar el estado de las cosas, en un continente real donde se instale una nueva comunidad, en la cual se aplique una nueva política, acorde a las necesidades del presente no serializando situaciones que nos hacen estar unidos a un pasado perimido, nuevas actitudes para nuevas circunstancias, una nueva economía y una nueva cultura, que renazca de los orígenes y no importada de un mundo agotado en sus procesos creativos mercantilistas, con un mercado, al servicio de intereses que nada tienen que ver con la cultura y en manos de burguesías parásitas que esconden sus estafas, bajo el tamiz de Centros Culturales, Museos y Universidades donde presentan a los intelectuales genuflexos y esclavos de estos asesinos de todo lo que tiene de transparente y nítido el acto creador.

Sin dudas no podemos olvidar jamás, el problema de fondo de esta historia amarga y sin fin, radica en el poder de la dictadura oligarca, paleo y neo-burguesa, que no deja de estar en el centro del accionar del poder sometido a sus caprichos y modos tan “chic”, que marcan las tendencias por las que infelices corren tras la senda del perdedor, pues jamás serán asimilados a sus filas, solo a lo trazado que convierte al pueblo trabajador e incluso al pobre lumpen proletario, de origen, en un idiota en un Fan de las maneras “Simpáticas” y “Perfumadas” de esta clase híbrida, que pretende y lo ha logrado desde hace décadas, marcar el estilo de una comunidad.

No importa si el “representante” que este instalado en la Casa Rosada sea Macri, Tinelli o Rico; la dictadura burguesa no va a cambiar en lo esencial, las clases que dominan el país van a continuar haciéndolo. Tampoco importa si será un sujeto que se haga llamar “revolucionario”, este solamente será un chancho más de esos que venden los intereses del proletariado y el pueblo para ser fieles esclavos de los poderes de las corporaciones mundiales.

El único camino que puede traer libertad real para el pueblo, que puede resolver los problemas y necesidades del pueblo, es la conformación de un Frente Nacional y Popular con una tierra para todos, conformado por individuos sin pertenencia política fanática y anteponiendo la sustancia del pensamiento y la idoneidad ante los grandes temas en un sistema colegiado sin privilegios y sin amistades y perversidades; porque este giro de 180° es la única forma que el pueblo, bajo la supervisión de esta aristocracia de pensamiento en acto, legitimado en vida, puede, ganando en las urnas terminar con este vil sistema que vive de la farsa y la tracción a sangre de una comunidad.

Tal como lo concebía nuestro prohombre Ernesto Che Guevara, en su búsqueda de la liberación de las naciones conformadas por pueblos explotados y de un hombre nuevo en una América del Sur unida, no al estilo de las Organizaciones existentes como Mercosur, Unasur, dedicadas al flujo de capitales, hago extensivo lo manifestado en este editorial a los pueblos de Latinoamérica, tierra donde el fraude, la explotación y la superchería, hoy en manos de gerentes explotadores neoliberales, que cuentan con la anuencia de las burguesías capitalistas al servicio y orden de las naciones del primer mundo, victimizan a nuestros pueblos hambreados y jaqueados en su voluntad de acción, y no le dan otra posibilidad ante instancias electorales, que optar como alternativa válida, la que instalé en elecciones de 1996: “Vótese a sí mismo”.

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