POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
La elección de las
prioridades determina lo que es posible. Hoy se inclina en Argentina hacia el
juego del azar constante, las especulaciones estériles que solo interesan a una
banda de autodenominados “políticos” aprovechados. A estos una política oligárquica
y una ideología totalitaria les ha permitido, en un clima de silencio, dar
preponderancia “condicionando los espíritus” al rechazo de la realidad, a una
conducción de gobierno económica, social, cultural y política que lejos de
buscar el “deber ser”, conduce a un caos determinante en la decadencia en que
nuestras vidas se debaten.
El nomadismo, no lo
olvidemos, se impone como norma y forma de vida, ante el espectáculo dantesco,
que nos obligan a visualizar y soportar, “en carne propia”, funcionarios y prostitutas
“todo terreno”, rentados, para eliminar la realidad histórica… la vida sigue
sin valer un centavo, solo tiene más publicidad, la fraguada en los hornos de
los campos de concentración, del presente…
No olvidar los
acontecimientos, impensables hace unos meses, que se sucedieron en semanas
pasadas, nada más y nada menos: el 24 de marzo Macri, invita a Obama, en el
aniversario del Golpe de Estado de 1976, ¿homenaje a los miles de
desaparecidos, torturados y asesinados en dictadura cívico-militar, asimilada
al Plan Cóndor I?… el 9 de julio, en ocasión de celebrarse el Bicentenario de
la Independencia, invita a su “querido rey” Juan Carlos “El Cazador”, para
quien desfilaron los Falcon verdes de la dictadura… al día siguiente Rico
“Tipo”, desfila por Avda. Libertador, ¿por invitación de nadie?, deviniendo en
día siguientes en ser invitado de “honor”, en cuando programa “reallity”, de
las corporaciones mediáticas existen, funcionales al régimen, donde este
milico, interpretando el único papel que sabe jugar, el de un “rambito malote”,
lanza sus eternas frases altisonantes, psicopáticas y obtusas, ante el silencio
de paneles de alcahuetes…
Como broche, la
presencia de representantes de un grupejo de neonazis en la Casa Rosada,
sentada con funcionarios del gabinete del gobierno de Macri… ante estas
noticias, ni una columna de opinión en los medios cómplices de dictaduras,
¿adónde se fueron los denominados periodistas de investigación?, ¿dónde están
los que deberían dar un “alerta”, ante estas aberraciones que se suceden día a
día en Argentina?, solo informantes, alcahuetes, bocones y alguna señora mayor,
manifestándose enardecida, a favor de un gobierno, que está destruyendo la
libertad de expresión, reprimiendo el disenso, inoculando temor a un pueblo con
bronca e ira manifiesta, ante el estado de las cosas, en que la desmesura y el
delirio de las bacanales, oligarcas y burguesas, han instalado en territorio
argentino.
Creo es hora de
comenzar a caminar un sendero de comprensión y de fundar una clase política hoy
inexistente. La autodenominada oposición no existe, solo es un juego articulado
por mediocres funcionarios, pacatos, mezquinos y resentidos, en espejos
cóncavos y convexos, donde proyectan sus propias miserias sin saber quién mira
a quién. La historia de la corrupción en nuestros gobiernos comienza desde el
origen de la fundación de esta República, en franca caída. No seamos obtusos,
es de larga data, la corrupción y la traición, en tierras argentinas.
La ausencia de
capacidad, idoneidad, en nuestros políticos de barricada no transita acorde a
lo que Argentina merecía y merece, creo ¿no?
Creemos que podemos
por milagro llegar a conquistar un espacio de privilegio, sin persistir, con
voluntad y austeridad, dando sitio a los talentos que ya han emigrado de esta
tierra… algunos, ya muertos.
No dejemos pasar
más generaciones de jóvenes con síndromes de parias en el mundo, sufriendo las
consecuencias de anteriores decisiones e indecisiones de un sistema genocida,
ávido, mezquino y sin sentido vital alguno. Démosle espacio, insisto, a la
diferencia. No somos ya un país joven, somos un pobre país inmaduro, donde el
sentido de pertenencia y libertad se perdió, cediendo el espacio de privilegio,
es ocupado hoy, por la acumulación de bienes materiales y los ritos fúnebres a
un pasado abolido.
La mentira tomó un
sitio de honor y los peores gobiernan, elegidos en elecciones ¿democráticas?,
donde la alternativa la alteridad, que nos presentaban, eran dos candidatos
patéticamente similares, en sus maneras, modos y tránsitos, en vidas vacuas y
de una chatura abismal: una trampa mortal.
Sardou, hace dos
siglos, definía los matices que hay que distinguir entre los sinónimos: engaño,
falacia, impostura, insidia, seducción, y que en conjunto constituyen hoy en
día una paleta con los colores adecuados para un breve y lastimero relato de la
historia Argentina, degradada y manchada, por los personeros de la estafa, del
mercadeo y de la entrega.
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