HIMNOS, TOROS, FÚTBOL
POR LORENZO SORIANO
Los que me conocen
bien saben que mi desafección por el futbol, no es hacia el noble deporte del
balompié tan británico el, sino porque ha devenido en instrumento de circo
controlador de masas, donde los peores elementos lo controlan y lo usan para
variar en sistema de prioridades y valores. Lo de "todos Mesi", me
han dado arcadas, y lo del Barcelona es ya insoportable. Sin embargo, en el
partido Francia-Portugal, que por supuesto no vi sino después de enterarme del
milagro acaecido, presenciar como la hinchada francesa cantaba su Marsellesa
para unir, animar y motivar a su equipo, llego a emocionarme de verdad.
Qué envidia. Luego
ya, en la calle, el poso del fútbol se vio hasta la madrugada con los
disturbios y destrozos de los del "jurgo", que tanto denosto. ¿Se
imaginan en esta España que alguien se lance a entonar nuestro himno para
"aglutinar" a cualquier hinchada? Desde Estados Unidos hasta
Thailandia, desde Australia a Francia, desde Inglaterra a Uruguay, desde Rusia
a Guinea, el himno, la bandera, la pertenencia a un país aunque sea a Cuba, la
gente lo siente y lo vive. En España no. "la triste pachanga fachosa"
que definió Iglesias, avergüenza a muchísimos y atemoriza a los que nos
gustaría pertenecer al los que se sienten representados por sus símbolos. Si
eso hemos conseguido, si eso es un merito de alguien, que se entregue,
confiese, y se le solicite inmediato reconocimiento.
En cuanto a Toros,
creo que la raza del toro bravo se extinguiría si se prohibiesen en todo el
mundo. La fuerza que tiene desde Francia a América no lo permitirá, pero antes
pasarían por los zoológicos y luego a los libros de historia. Como arte y
tradición tiene su razón y como maltrato animal, tiene sus contradicciones. La
muerte reciente de un torero joven ha puesto el dedo en la llaga. Para mí, lo
que ha demostrado una vez más, es que, en los ecologistas mortales, entre los
pacifistas criminales, y entre los buenistas sobornados, se infiltran muchos o
casi todos, los peores especímenes de seres humanos. Odiadores irredentos que
igual podrían odiar a lo contrario. Capaces de vomitar bilis y rencor sin
límite, aun sin conocer su origen.
Me emociono y
entusiasmo cuando visito países donde se rinde homenaje a sus símbolos y
banderas, tradiciones y rituales. Me asquea cada día este país donde se quema
nuestra constitución, se patea y quema nuestro símbolo, se pita al himno y se
defecan en las tradiciones. Solo por llegar más lejos en la provocación sin
destino concreto esta, ya que, ni ellos saben contra quien están, pero viven
mejor contra alguien o algo.
Esperemos que
nuestros nietos corrijan esto y que la rectificación sea duradera, ya que todo
está basado en una gran falacia de lo que ha ocurrido realmente en nuestra
historia.
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