LA DESPIADADA BESTIA
DEL
COLONIALISMO
Movimiento por la Unidad
del
Pueblo Canario
Canarias es
una posesión colonial española desde el aciago año 1402 en el cual la
despiadada bestia colonial clavó sus garras en el Rubicón, Titerroygacat
(Lanzarote), lo que dio origen a la instauración, como no, del primer obispado
de Canarias lo que, lamentablemente, viene a demostrar, una vez más, la
estrecha relación que existe entre la espada y la cruz.
Seis cientos
catorce años después Canarias sigue siendo una colonia por la razón tan
sencilla como fácil de entender de que, hasta donde llega nuestro mejor
conocimiento, no ha habido ningún proceso de descolonización, por mucho que el
régimen monárquico y colonial español repita 25 horas al día si ello fuera
posible que Canarias no es una colonia, situación colonial que tratan de
ocultar conocedores, los muy ladinos, de que el colonialismo, acorde con el
ordenamiento jurídico internacional, es un crimen de lesa humanidad y, como
tal, no prescribe, estando obligados los países culpables de haber incurrido en
la lacra del colonialismo, en definición de las Naciones Unidas, a indemnizar a
los pueblos bajo dominio colonial por genocidio y saqueo de sus riquezas. Esto
lo sabe el colonialismo, por eso trata de ocultar sus crímenes.
Los
anticolonialistas del Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario reivindicamos
esa descolonización acorde con la Resolución 1514 (XV) de 14 de Diciembre de 1960 sobre la concesión de la
Independencia a los países y pueblos colonizados y jamás bajo la posterior e ingenua resolución 1541 (XV) de 1961
que contempla “La libre asociación con la Potencia administradora u otro Estado
independiente” o “La integración con la Potencia administradora u otro Estado
independiente”, pues ambas opciones no son otra cosa que el perverso
invento de los países colonialistas en respuesta a la Resolución 1514 (XV) de 1960 para seguir manteniendo cautivas a
sus colonias y evitar la indemnización de las mismas por crímenes de lesa
humanidad.
Los medios
con los que cuenta el colonialismo para perpetuar esta insoportable situación
son la cruz, como se dijo anteriormente, la que más terror infunde en el pueblo
envilecido a través de su ignorantación, a la que hay que añadir la espada y la aculturación de
nuestro pueblo, de la que presumen con el falsario argumento de que
nos trajeron su cultura, aunque nadie les haya pedido semejante acto de
“generosidad”, muy al contrario: destruyeron nuestro avanzado sistema
científico-tecnológico y progresista desarrollo social, imponiéndonos sus
bárbaras y depravadas costumbres, en un engranaje perfectamente diseñado para,
alienándonos, mantenernos cautivos.
Ese es el
motivo, junto con sus espúrios intereses económicos, objetivo primordial del
colonialismo, por el cual las primeras decisiones de la nueva administración
colonial llenó de bodegas y trapiches, en forma de monocultivos la, hasta ese
momento, florecientes agricultura en particular y economía en general,
situación que se mantiene en la actualidad y no sólo en el interior sino
también en la diáspora como demostraremos posteriormente.
Canarias
constituye el sitio donde es más fácil para los jóvenes acceder a las drogas
más que duras alcohol y tabaco, que se expenden en locales públicos, ahora
regentados por los nuevos colonos asiáticos, que se instalan sin devengar ni
siquiera impuestos a cambio de la adquisición por parte de su gobierno de deuda
española, que nadie quiere comprar, sin
control alguno y con la connivencia de las fuerzas de ocupación colonial así
como de los esbirros a su servicio. De esta forma nada sutil y con una elevada
plusvalía añadida el régimen impide la conscienciación de nuestra juventud y
que se implique en ninguna aventura libertaria. Lo podemos ver en el barrio más
insignificante en cuanto a proporción se refiere, que para nosotros son todos
igual de importantes, llenos hasta la bandera de banderines anunciando rones,
ginebras y cuantos porqueriatos se les ocurra para conseguir sus diabólicos
propósitos.
Estas malas
mañas del colonialismo se extienden incluso a la metrópoli nada arbitraria,
pues no da puntada sin hilo, en la que, semana tras semana, llena de cartelería
a todo color, en la que no faltan los perros lamiendo la corona borbónica,
faltaría más, especialmente la ciudad universitaria de Madrid, en la que es
numerosísima la población estudiantil canaria, anunciando “fiestones canarios”
, que no pretenden otra cosa que el aherrojamiento de nuestros jóvenes,
especialmente nuestras jóvenes, con envenenadas y alcoholizadas ofertas, muy del gusto del colonialismo y sus tácticas
de mantenimiento de la consumisión-sumisión colonial.
Desde el
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario hacemos un llamamiento a los
canarios y canarias que, por uno u otro motivo, vivan en España,
específicamente en su capital, para que, organizadamente, realicen actividades
conducentes a difundir nuestra cultura y nuestras señas de identidad no
solamente a los canarios de la diáspora sino entre los anticolonialistas
españoles en particular y su población en general, así como entre los
emigrantes procedentes de otros países.
Conminamos a
nuestros compatriotas a contactar con el Movimiento por la Unidad del Pueblo
Canario y establecer un planning de actuación exterior en defensa de nuestra
dignidad y de nuestros justos y legítimos derechos libertarios.
Movimiento por la Unidad
del
Pueblo Canario
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