FILMAR UN CRIMEN
NO ES DELITO
Manifestaciones contra la violencia policial han sacudido Estados Unidos tras
el reciente asesinato por parte de la Policía de dos hombres
afroestadounidenses: Alton Sterling en Louisiana y Philando Castile en
Minnesota. Las imágenes en vídeo de sus asesinatos, registradas por ocasionales
testigos y publicadas en Internet, provocaron el espanto de millones de
personas en todo el mundo. Sin embargo, quienes filman la violencia policial
afrontan cada vez más persecución, acoso, detención e, incluso, la cárcel.
El 5 de julio de 2016, Alton Sterling
estaba vendiendo CDs frente a la tienda de un amigo en Baton Rouge, Louisiana,
cuando la policía lo embistió y lo mató de un disparo. El propietario de la
tienda, Abdullah Muflahi, filmó lo ocurrido con su teléfono celular y contó lo
que vio ese día en el programaDemocracy Now!:
“Él no sabía lo que
estaba sucediendo. [Alton] se veía confundido. Les decía todo el tiempo: ‘¿Qué
hice? ¿Qué está sucediendo? No hice nada malo’. Cuando salí de la tienda ya lo
estaban golpeando encima de un automóvil y le estaban disparando con una
pistola Taser. En ese momento, otro oficial corre y lo tira al suelo. Y a
continuación ambos policías comienzan a golpearlo en el suelo”.
Alton Sterling estaba tirado de espaldas sobre la acera mientras dos
oficiales de policía de Baton Rouge, ambos blancos y corpulentos, lo sujetaban
contra el suelo. En cuestión de segundos, los oficiales le dispararon a Alton
Sterling a quemarropa y lo mataron.
Abdullah Muflahi añadió: “Después de que
le dispararon, no estoy seguro de lo que dijo uno de los policías que estaba
allí, pero el otro oficial, el que estaba cerca de mí, le respondió: ‘Que se joda. Déjalo ahí tirado’, en referencia a
Sterling. En ese momento me metieron en el asiento trasero del patrullero”.
Abdullah Muflahi estuvo detenido durante seis horas, confiscaron su teléfono
y, sin una orden judicial, la Policía confiscó la cámara de seguridad de la
tienda, además del equipo de grabación. Muflahi entabló una demanda contra la
Policía.
Una pareja que se encontraba en un
automóvil a metros de donde estaba Sterling también grabó lo sucedido. El vídeo
llegó a manos de Chris LeDay, un oficial retirado de la Fuerza Aérea de Baton
Rouge que ahora vive en Atlanta, que inmediatamente lo publicó en Internet.
LeDay es un músico que tiene muchos seguidores en las redes sociales. “Cuando
obtuve el vídeo, lo primero que quería hacer era difundirlo porque fue un caso
de asesinato a sangre fría. Quería publicar el vídeo para
que todo el mundo pudiera verlo, para que los policías dejen de
cometer estas atrocidades impunemente”.
El vídeo se volvió viral y, poco
después, Chris LeDay fue detenido. LeDay trabaja en un centro de la Reserva de
la Fuera Aérea de Estados Unidos en Dunwoody, Georgia. Lo detuvieron cuando
estaba ingresando a la base. Cuando preguntó por qué lo estaban arrestando le
dijeron que: “encajaba con el perfil”. Cuando preguntó con qué perfil, no le
respondieron. Este exoficial afroestadounidense de la Fuerza Aérea que mide
1,90 metros y pesa 120 kilos se asustó. Dijo en Democracy
Now!:
“Al cabo de media hora
vi que venían más oficiales. Cada vez había más oficiales, así que decidí
actuar y publicarlo en Facebook. Etiqueté a mi madre y a mi padre para que
supieran lo que estaba ocurriendo. Escribí: ‘En este momento estoy rodeado de
oficiales de la Policía metropolitana y militar. No sé qué está sucediendo,
pero quiero que sepan que si sucede algo no me resistiré’”.
Chris LeDay fue esposado, encadenado, lo
obligaron a ponerse un overol naranja y lo detuvieron durante 26 horas. ¿La acusación? No haber pagado multas de tránsito.
Esta semana se cumplen dos años del asesinato por parte de la policía de
Eric Garner en Staten Island, Nueva York. El 17 de julio de 2014, después de
que un oficial de policía le aplicara una llave de estrangulamiento y otros
oficiales se pusieran encima de él, Eric Garner logró decir: “No puedo
respirar” once veces antes de morir. Sabemos esto únicamente porque un testigo,
Ramsey Orta, filmó la agresión con su teléfono celular. El vídeo tuvo amplia
difusión. Ninguno de los oficiales del Departamento de Policía de Nueva York
fue acusado del asesinato de Eric Garner.
Ramsey Orta nos dijo que la Policía lo persiguió y acosó inmediatamente
después de que se publicara el vídeo. Una de las veces que lo detuvieron, Orta
declaró que le dijeron: “Nos filmaste, ahora te estamos filmando”. Ramsey Orta
acaba de llegar a un acuerdo mediante el cual cumplirá una pena de prisión de
cuatro años por otras acusaciones no relacionadas con el caso, por lo que es la
única persona presente en el momento de la muerte de Garner que irá a prisión.
Filmar un crimen no es
un delito, es un servicio a la comunidad. La Policía debe dejar de acosar a los
ciudadanos que facilitan pruebas de vídeo de la brutalidad policial.
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