GUINDOS EN PELOTAS
DAVID TORRES
Puesto que el
verano ha irrumpido con sus calores, sus sudores y sus termómetros, y que
Carmena ha autorizado el “día sin bañador” en las piscinas públicas de la
capital que lo soliciten, en este pequeño rincón también hemos decidido
despejar las dudas y exponer al aire las vergüenzas. También es verdad que el
gobierno en funciones lleva meses disparatando lo suficiente como para que
tampoco haya mucha diferencia. La noticia es que Guindos va a viajar a
Estrasburgo para rogar a los comisarios europeos que nos perdonen la multa que
piensan endiñarnos por incumplir el déficit.
Lo del déficit, al
parecer, es cuestión de economía, aunque es posible que los videos con los
grandes éxitos de Mariano (“un plato es un plato”, “es el vecino el que elige
al alcalde”, etc.) haya sido subtitulado a todos los idiomas del Eurogrupo.
Guindos debería ir con boina, para redondear el personaje de pedigueño y dar
más pena, y luego bajar humildemente la mirada ante los amos, al estilo de Alfredo
Landa en Los santos inocentes. “Las reglas deben ser respetadas” dijo Wolfgang
Schäuble, que ya criticó en su día la decisión de Juncker, el presidente de la
Comisión, de posponer las sanciones hasta que pasaran las elecciones en Gran
Bretaña y España. Cuando le preguntaron hace un mes por qué Francia había
evitado las sanciones, Juncker respondió sin cortarse un pelo: “Porque es
Francia”. Menos mal que no le llegaron a preguntar por qué no le aplican el
mismo descuento a España, porque podía haber dicho: “¿España? España es una
mierda”. No lo ha dicho pero lo piensa. Teniendo en cuenta cómo defendió
Mariano los intereses de los españoles la última vez que nos endilgaron un
tacto rectal, sería lógico que lo pensara.
La incómoda
sensación de ser el culo de Europa se agrava ante la posición negociadora de
Guindos, la cual tampoco dista mucho de los preparativos a un coito anal sin
vaselina: “No existe un fondo de reserva lo suficientemente grande que pueda
garantizar las pensiones si no hay crecimiento económico y creación de empleo”.
Lo ha dicho apenas unos días después de que Mariano perpertrara su enésimo
saqueo del Fondo de Reserva de las pensiones, lo cual tiene la misma lógica que
aquella observación científica de Johann Sebastian Mastropiero, cuando le
preguntaban si es cierto que el cisne canta antes de morir. “Por supuesto”
contestaba Mastropiero, “no va a cantar después”.
Guindos, uno de los
responsables de la catástrofe mundial de Lehman Brothers, ha vuelto a subir a
lo más alto del trampolín para intentar repetir el tripazo en una piscina
vacía. Los intestinos, eso sí, son todos nuestros. Carmena ha hecho bien en
adelantarse a los hechos porque el apocalipsis, como enseñan tantos grabados
medievales, es mejor recibirlo en pelotas. Lo único que podría retrasar nuestra
sentencia de muerte es que Guindos viajara con Vueling o que se pusiera una
barba postiza y lo confundieran con Bud Spencer.
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