DESDE AQUÍ...
DUNIA SÁNCHEZ
Desde aquí, desde
estas ventanas mojadas observo el estrangulamiento del oleaje. Un techo gris se desploma ante nosotros. No
lo entiendo. Ya se ha ido la estación de las flores y ahora cuando el astro con
cuello de león debería ser nuestro norte se extingue. Mis ojos siguen esa ola
muerta, ida ya en el espacio de la espuma que deja cuando es estampida contra
los temores que se nos asoman. Y no para…no para de llover, evaporados senderos
que hemos de seguir, un cuerpo semidesnudo en una playa vacía, calles arrojadas
al atracón de los transeúntes. Desde aquí, desde esta cierta altitud los miro y
mi mano tiembla, se le antoja serpentear por hojas blancas que me llevan, que
llevan ha desfigurados rostros, a seres que se trazan con el acoso de la
serenidad. Alguien tras de mí con ojos
perdidos me pisa ¡Qué haces¡, me dice y yo continuo. Sí, continuar con los
eternos ecos insonoros de pétalos nacidos bajo la lumbre de una vela. Otra vez
dirijo mis ojos a la ventana, sigue lloviendo. No…no me gustan estos días sombreados
de amargos labios, de amargas palabras. Una lágrima, dos lágrimas, tres
lágrimas…un etc de lágrimas. Por qué de esta calma con su gemido evocando el
canto de aves carroñeras en las pisadas que voy dejando. No es mortificación,
es la herida. Sí, un cierto dolor que nos
reprocha las jornadas mudas, las jornadas ausentes de tu brío. Desde aquí, desde estas
ventanas…
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