martes, 21 de mayo de 2019

GLORIOSOS LOS HUMANITARIOS


GLORIOSOS LOS HUMANITARIOS
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-**
La nobleza de un corazón se mide  por su sencillez y la libertad nos eleva mientras que el libertinaje, esclaviza y, sabiendo que el egoísmo siempre produce un agrio vacío, procuremos atesorarlo  con lo que más llena, LA CARIDAD, que es... ¡hacer obras  de clemencia  de forma y manera, que no lo parezcan!
Sobremanera, me exaltan todos los actos que de simples oídas, por las terciarias  expandida ondas   televisivas o ante mis propios ojos, tengo la boyante circunstancia de poder admirarlos.
No encuentro las frases oportunas para, adecuadamente, describirles lo que de veras siento cuando alcanzo a vislumbrar a esos renombrados y conocidos personajes, auténticos astros de la Ciencia, de la Cultura, del Cine, del Fútbol, de las Artes, de la Música o de lo que sean, divertidos payasos, agrupaciones musicales, hermosas divas, elocuentes disertadores,  realizando particulares visitas  a desconsolados enfermos, a candorosas criaturas padeciendo dolorosos achaques, muchos de ellos, martirizados con terminales dolencias, afincados en atiborrados hospitales, señaladas clínicas y núcleos de salubridad.

para, con su presencia, llevarles un esperanzador rayito de hechicera luz, capaz de hacerles olvidar por unos mágicos instantes todos sus agobios y pesares.
Unas merecida apología por las serviciales  inquietudes de nuestro muy Excmo Cabildo Insular, por el complicado mantenimiento de algunos moralizantes e indispensables  Alojamientos Residenciales para ansiosos seres de la Tercera Edad que, por unas u otras perentorias circunstancias, tienen que abandonar  sus bienquistos hogares, en los cuales, a pesar del constante cariño familiar, ya no es posible el poder custodiarles como tanto y tanto ellos desarían e imploran.
Justamente, hace unos pocos días, con motivo de los actos que a  cada instante se están celebrado en muchas de nuestras copiosas localidades, motivadas por las clásicas FIESTAS DE MAYO,
el “IASS”, organizó en su modélica Dependencia, sita en las inmediaciones de la PLAZA MILITAR, un bello acto musical a cargo de una nutrida Corporación Folclórica, de la cual, pude escuchar         el peculiar vals isleño, original del prolífero compositor, oriundo de la gentil ciudad de Arucas, VÍCTOR BATISTA, que hacía una porrada de años, tenía sepultado en el quimérico abecedario de la memoria: “CHIQUILLA MÍA”

¡Todavía, a estas alturas, con indescriptible deleite,  lo ando tarareando, a la par que en gran medida alabo y reconozco los indiscutibles méritos de quienes son capaces de tenderles de corazón una mano, a los débiles y acurrucados seres  que, gracias a ellos y a DIOS, amparados por la misericordiosa CARIDAD, afortunadamente, siguen sobreviviendo!

POR TU QUERER,YA ME TIENES LOQUITO PERDIDO...
¡SI TÚ TE VAS, QUIERO VOLVERLO A  ESCUCHAR REPETIDO!

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