LA CRUELDAD DEL PARTIDO POPULAR
No, el
problema y el peligro no es Vox. El lobo no es Vox. El problema y el peligro es
el PP. Vox solo es una prolongación de su proyecto de crueldad y falta de
escrúpulos en un momento de necesidad.
PEDRO HONRUBIA - CANAL RED
Hay, sin duda, un hilo común que nos sirve para tejer una visión de conjunto de la campaña electoral que están desarrollando estas semanas el Partido Popular y sus aliados mediáticos: la falta total de escrúpulos, la crueldad.
La campaña infame del “que te vote Txapote” y los ataques consecuentes a las víctimas de ETA que les han pedido que paren, llegando con ello a dividir y a enfrentar entre sí a tales víctimas.
Las declaraciones de Aznar sobre la necesidad de una vuelta al austericidio de 2012-2107 (“rigor económico”, lo llama) aunque eso suponga, según sus propias palabras, “pasar apuros”. La propuesta de jubilación a los 70 años del Círculo de empresarios.
La campaña de la
“sospecha” sobre la limpieza del proceso electoral con el voto por Correo, como
paso previo a la denuncia de un supuesto pucherazo en caso de que los
resultados no sean finalmente los que la derecha política y mediática esperan.
Llenar de fakenews, mentiras y calumnias el debate público y los debates
electorales. Confrontar agresivamente en directo con una periodista de RTVE que
se ha atrevido a cortarles y contradecirles mientras lanzaban una de esas
mentiras creyéndose impunes.
Todo responde, como
digo, a un mismo patrón: la falta total de escrúpulos, la crueldad. Y a un mismo
deseo: el de llegar al poder a cualquier precio, cueste lo que cueste y caiga
quien caiga. Creen que el estado es suyo y no soportan no estar en el Gobierno,
ni que el Gobierno se ponga de parte de las mayorías sociales y no solo de
parte de sus privilegios de clase.
Desgraciadamente,
pues, no podemos decir que nos sorprenda lo que están haciendo: es exactamente
lo que llevan haciendo desde el primer día de su existencia, tanto cuando
estuvieron en el Gobierno, como cuando han estado en la oposición porque
perdieron.
Los viernes negros
y sus políticas criminales de recortes y reformas neoliberales contra la
población. Las mentiras para justificar la presencia de España en la guerra de
Iraq. La gestión del 11M y sus posteriores teorías de la conspiración. El
asesinato civil de Pilar Manjón, el acoso al Doctor Montes o la gestión y el
trato a los familiares de la tragedia del Yak 42. Los 8000 muertos en las
residencias de Ayuso y sus protocolos de la muerte. La masacre del Tarajal. La
negación del Sovaldi a miles de enfermos de hepatitis C, provocando miles de
muertes que podrían haberse evitado con simplemente haber querido hacerlo. La
exclusión del sistema sanitario de cientos de miles de personas por no tener
papeles (entre 2012 y 2015 se produjo un aumento del 15% en los indices de
mortalidad de estas personas residentes en España).
«Vamos, pues, a ser
claros: lo que están haciendo ahora es exactamente lo que han hecho siempre y
lo que seguirán haciendo mientras existan. Porque son exactamente eso y no van
a cambiar. Porque son exactamente eso: crueles, sin escrúpulos y en muchos
casos, criminales. »
Crueldad, pura
crueldad
La policía
patriótica, la construcción de informes falsos contra sus adversarios políticos
y el falso cura secuestrando en su propia casa a la familia de Bárcenas para
tratar de destruir pruebas de sus casos de corrupción y así garantizar la
impunidad de sus delicuentes.
El boicot y la
campaña infame contra los contactos de Zapatero con ETA para tratar de poner
fin de manera dialogada a la violencia, aunque Aznar lo hubiera hecho pocos
años antes. El “Zapatero vete con tu abuelo”, antecesor directo del infame lema
actual antes citado.
Las peras y las
manzanas de Ana Botella. Las manifestaciones contra la Ley del aborto y la Ley
del matrimonio igualitario, tratando como asesinas a las mujeres y como
enfermos al colectivo LGTBI. La campaña sistemática contra la actual ley Trans
o el uso carroñero que están haciendo sus principales portavoces de las
decisiones patriarcales tomadas por una parte de la judicatura en relación a
los aspectos penales de la actual Ley del solo sí es sí.
El “que se hunda
España que ya la levantaremos nosotros” de Montoro. O lo de Casado y Feijóo
yendo a Bruselas a boicotear los fondos europeos y otras cuestiones como el
tope al gas para tratar de joder al Gobierno aunque ello supusiera joder a 48
millones de personas.
El “qué se jodan”
de Andrea Fabra. La liquidación de la hucha de las pensiones. Los 60000
millones regalados a la banca. Los copagos en sanidad y medicamentos para los y
las pensionistas. La reforma laboral del desastre que llevó el paro a casi el
30% en su primer año de aplicación y sembró en España el régimen del terror de
la precariedad, la amnistía fiscal a sus amigos ricos defraudadores (incluidos
algunos de ellos mismos) o las ayudas y rescates a gente como Florentino Pérez
en casos como el del proyecto Castor.
Todo ello sin citar
siquiera el 99% de sus casos de corrupción (no acabaríamos nunca) o sin entrar
al detalle de todo lo que han hecho en contra de los principales dirigentes de
Podemos tanto desde la propia acción de Gobierno del PP y sus cloacas, como
desde sus aliados del bloque reaccionario en los medios, los tribunales o con
sus escuadrones fascistas en las calles.
Vamos, pues, a ser
claros: lo que están haciendo ahora es exactamente lo que han hecho siempre y
lo que seguirán haciendo mientras existan. Porque son exactamente eso y no van
a cambiar. Porque son exactamente eso: crueles, sin escrúpulos y en muchos
casos, criminales.
No, el problema y
el peligro no es Vox. El lobo no es Vox. El problema y el peligro es el PP. Vox
solo es una prolongación de su proyecto de crueldad y falta de escrúpulos en un
momento de necesidad. Un complemento coyuntural que antes lo tenían dentro y
ahora al lado. Pero el peligro real es y será siempre el PP. El partido más
corrupto, más carente de escrúpulos y más criminal de toda la derecha europea.
Demostrado y demostrable con hechos.
Así que si los vas
a votar ahora pensando que van a hacer algo diferente, allá tú. Pero no será
porque no sepas qué es exactamente lo que van a hacer y el sufrimiento que eso
generará. Será, en todo caso, porque te da igual todo lo sabido, todo lo que han
hecho, todo lo que han dicho, y porque, en definitiva, o eres demasiado ingenuo
para creer que ahora será diferente o es que directamente tienes tan pocos
escrúpulos como ellos. No hay otra justificación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario