Rey orco Milei
Por Eduardo Sanguinetti
(*), especial para NOVA
“Los orcos son universalmente descritos como criaturas atrapadas en un odio constante hacia todo lo vivo, empezando por sí mismos, y siendo esclavos del miedo. La violencia era uno de sus impulsos naturales, y la ejercían en todo momento, produciendo ocasionales reyertas y enfrentamientos incluso entre sus propias filas… Odian todo lo existente, incluso a ellos mismos y a sus amos, a quienes sirven por temor. Aunque no hacen nada hermoso ni artístico, tienen una cierta tecnología que emplean principalmente para la destrucción. Aborrecen la luz del Sol y no soportan estar bajo ella”. (The Unnatural History of Tolkien’s Orcs)
Debemos admitir, como inicio de este
editorial que el término orco aplicado por el dodecafónico Mauricio
Macri al pueblo, que se expresa en libertad en las calles, haciendo
uso de un derecho constitucional inalienable, es erróneo, racista y
oportunista… De todos modos, los que aún no aceptamos el simulacro como forma
de vida, que en este tiempo de cambios en el relacionamiento, donde lo falaz se
ha asimilado a la deconstrucción de la misma, que un fugador serial blindado
por poderes espectrales se manifieste a favor de la sociedad en estado de
indigencia no es novedoso, todo lo contrario ¿Qué esperar de un odiador serial
hacia todo lo que se asimile al pueblo y su circunstancia.
Los individuos se relacionan a través de
las imágenes que se construyen en la virtualidad, tal el caso del rey
orco Javier Milei, que se proyecta como el superhéroe de un film
que no se ha producido aún... Desea vendernos una imagen del Marlon
Brando en "The Wild One", disfrazado de rebelde, disidente,
en ocasiones vistiendo agrietada campera de cuero (que no oculta sus
adiposidades corporales, asimiladas a las mentales) utilizando de modo
pornográfico, todo lo que el sistema neoliberal genocida nos ofrece, cual
bagatelas de ocasión, la banda bola de cebo libertaria y anexos, pretende
consumamos con fruición su bizarro comic, sólo para trepadores de la pirámide
de internet profundo.
Con la inestimable ayuda brindada por
las monopólicas corporaciones económico-mediáticas y no de la experiencia viva,
es la forma en que las comunidades consumen un menú de "fast-food" de
la matrix y aceptan una construcción artificial y dirigida del sentido del
mundo como si fuese nuestro medio natural.
El espectáculo, como está planteado hoy,
cumple en este sistema anacrónico y en esencia genocida, una función
equivalente a la que cumplía la religión en las civilizaciones de todos los
tiempos o el arte en la formación del capitalismo, cual justificación de ser y
estar ante el vacío existencial que producía la ausencia de emociones y
sensibilidad del instante, a quienes se negaban a ser explotados y sojuzgados.
La lógica paradojal del rey orco Milei
consiste, como en el “porno”, hacer de la representación que muestra algo más
real que la experiencia vivida, más real que nuestras propias necesidades,
reduciendo al individuo a la condición de espectador en la política, la cultura,
en el acontecer del mundo… En la producción y el consumo, en la aceptación del
estado de cosas existente, por cierto pudibundo y procaz, como la imagen del
megalómano rey orco Milei, vetusto y bienvenido por las fuerzas del averno, que
aplauden el festín que se llevará a cabo con la fagocitación de Argentina y sus
habitantes.
La única manera de combatir ese sesgo es
tener un sistema en paralelo para concederse una cierta excepcionalidad porque
el sistema, por nuestro comportamiento gregario y por la igualdad democrática,
jamás aplicada, tiende a premiar la conducta adaptativa, la que jamás disiente,
cristalizada en los legisladores que nos ofrecieron el deprimente show el otro
día de votar en mayoría por la ley ómnibus, degradante, sin sentido vital y móvil:
sedimento de deposiciones pesadillescas... Incluso un legislador, a quién no
mencionaré, antepuso la traición a la irrelevancia, elevando a la primera casi
como ejemplo a seguir, ausencia de dignidad, ética, incluso devenida en
delictiva, nadie lanzó la palabra cual contragolpe constitutivo a la aberración
expresada por ese geronte legislador... Y la irrelevancia es irrelevante, hasta
que pueda meditarse y trascender quizás en algún acto heroico. Los serviles
mediocres, cobardes, oportunistas, ignorantes que conforman el Club de la
Obsecuencia del rey orco Milei, para ayudarse unos a otros, de ese modo se
aseguran devolverse favores, por las dudas se modifique el rumbo de sus vidas,
experimentadas a distancia de sí mismos, e irán cimentando el poder del ghetto,
que va creciendo, sin resistencia alguna, y atrayendo a sus pares, que se
cuentan por cientos de miles en esta Argentina que no alcanza a ser redimida,
por seres plenos de conocimiento, experiencia de vida en movimiento,
sensibilidad innata por ser y estar en este mundo.
Ante la prisa del momento que no admite
esfumados ni críticas, la opción sería la construcción de culturas paralelas en
los márgenes del sistema: crear una situación en acto pleno de enfrentamiento y
“doble poder”… Construir la “obra de arte total”, que habría de ser la
transformación del sistema, la creación de situaciones que incluyan a los que
transitamos nuestro propio sendero de vida, libres de adoctrinamientos
delictivos, que el neoliberalismo a destiempo impone, por obra y gracia de
mediocres, tan competentes a la hora de traicionar, de dejar muertos en el
camino.
Apocalipsis metaforizado por miserables
ignorantes, elegidos al azar y la épica queda amarrada a lo vacuo. Olvidar lo
esencial esclaviza. El lenguaje es base de la narrativa de suma utilidad para
construir una propuesta plural, política y antiautoritaria... Equidad y unión
siempre, en antípodas al régimen de Milei...
Javier Milei, personalidad con rasgos
narcisistas, sin descartar signos histriónicos, con total ausencia de
conocimiento y pensamiento propio acerca de la cultura de todos los tiempos,
simplemente remitido a una pueril teoría regurgitada de economía del pasado
eliminado. Una comorbilidad franca que se expresa en una persona seriamente
disfuncional a nivel social. Quienes ven franqueza en este sujeto, no son más
que carencias de alguien con ideas fijas espectrales, conflictos de larga data
que devienen en tomar venganza con un chivo expiatorio que lo eligió como
presidente, pues la casta es el pueblo, insisto... ¿Hay dudas?
La situación de la sociedad argentina,
en medio de la confusión de leyes, jamás aplicadas, hábitos taciturnos,, deseos
jamás legitimados, impulsos reprimidos, instintos sofocados, se ha hecho tan
azarosa, arbitraria , trágica, grotesca, que nunca ha tenido la literatura
tanta facilidad para inventar construir una realidad obtusa, como en este
tiempo de seres apócrifos, llegados de un mundo de espectros.
Estamos rodeados de feroces epizoóticos
a quienes el menor choque hunde en interminables convulsiones criminales
aplicadas a los más débiles, los hambreados, los indigentes.
En este tiempo donde los pregones de los
dictadores, travestidos de demócratas, tal el caso del rey orco Milei,
repercuten en todas direcciones, son promocionadas por las redes de la web,
como el gran hallazgo del milenio, alucinaciones de masas abigarradas tras el
lucro, el porno y la fama y se preguntan en acting guionado, desde los medios
que catapultaron a la bestia, ¡De qué manera ha tomado espacio la figura de
este orco por excelencia!, no se equivoquen en lanzar en espejo lacaniano este
término, responde a toda la banda que compone este gobierno de crueles
narcisistas, cocinados en laboratorios clandestinos de usinas de pastelerías al
paso.
Financistas Pro, radicales,
kirchneristas, marxistas, fascistas, peronistas en fuga, es decir todo el
espectro de la política argentina degradada, están de acuerdo en un solo punto:
"represión, muerte y esclavitud al pueblo, por la innoble
desigualdad", proclamada a viva voz por el violento rey orco Milei y su
maestro, el "pelagatos" Benegas Lynch, frustrado sembrador de ideas
fragmentadas de autores apócrifos, funestos destructores de ideas e ideales
fundacionales.
Ellos no sabrían qué hacer con una
ciudadanía genuinamente amante de la libertad y de la paz. Pues si el dictador
y los gobiernos del mundo hayan llegado a un acuerdo tácito de acción unificada
de tierra arrasada, es posible que, después de todo, la libido del hombre se
haya cristalizado en una forma de suicidio colectivo.
Tengo conciencia de que nos hace falta
una teoría de los sistemas auto organizadores y de los ecosistemas, mientras
estemos a tiempo, pues el planeta se derrumba y malogra, es decir, es necesario
desarrollar una bioantropología, una sociología básica y una ecología
generalizada... Ya no hay espacio para un juego de alusiones, ya no... Y que la
velocidad no consuma al invasor, pues es precisa la confrontación dialéctica,
para de una vez por todas dejar desnuda la batalla.
(*) Filósofo (Cambridge, Inglaterra), poeta,
performer, ecologista, artista y periodista argentino. Pionero en el arte
performativo. Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según
Jean Baudrillard. Sus libros fueron prologados por Adolfo Bioy Casares,
Lawrence Durrell, Oscar Hermes Villordo y otros trascendentes de la cultura
planetaria. Autor del "Manifiesto de los indignados contra el
neoliberalismo'' año 2011. Miembro-asesor de The World Literary Academy
(Cambridge, Inglaterra), "Biography of the year Award" Historical
Preservation of America (1986), "Man of the Year" IBC Cambridge
2004. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
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