¿QUIÉN PAGARÁ LOS PLATOS ROTOS DE MILEI?
ATILIO
BORON
Las sombrías
fantasías de Milei en torno a ese inexistente capitalismo sin estado que
proponen los burdos hechiceros de la Escuela Austríaca
Javier Milei acaba
de insultar groseramente, una vez más, al presidente colombiano Gustavo Petro.
Desencajado, el presidente argentino persiste en sus ataques a propios y
ajenos.
Días atrás calificó a los miembros del Congreso de la Argentina como un “nido de ratas” (elegidas por la ciudadanía, conste); o a uno de sus ex compinches, Ricardo López Murphy como “traidor y basura”; y a su actual Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a quien en la campaña electoral la fulminó por ser una “montonera asesina”. Los insultos al papa Francisco I fueron de una bajeza poquísimas veces vista en la historia
Y así podríamos
seguir elaborando una interminable compilación de las excrecencias verbales de
un personaje alucinado, que habita una realidad paralela, que habla con su perro
muerto (en cuyos consejos se inspira) y que no tiene la más pálida idea de la
responsabilidad institucional que le cabe como presidente de la Argentina y que
debería inhibirle de decir la primera barbaridad que se le pasa por la cabeza,
teniendo en cuenta que sus palabras y sus gestos destemplados e irrespetuosos
comprometen las relaciones internacionales de nuestro país.
Ahora en el marco
de la conferencia de Acción Política Conservadora celebrada en Maryland, EEUU,
-un show propio de Las Vegas montado para apuntalar las ambiciones electorales
de Trump- acaba de decir que el presidente Petro “está hundiendo a los
colombianos, y que es una plaga letal” para los habitantes de ese gran país.
Antes había declarado que era un “asesino colombiano que está hundiendo a
Colombia.”
Petro, un personaje
íntegro y de una ejemplar coherencia, no tiene necesidad que nadie lo defienda
de los vómitos verbales del impresentable presidente argentino. Sobre todo
cuando se tiene en cuenta que éste sí está hundiendo a este atribulado país en
una crisis integral, la cual día a día alimenta una “tormenta perfecta” que
probablemente -insisto en lo probabilístico del pronóstico- termine por arrojar
al energúmeno de la Casa Rosada a los basurales de la historia.
No está demás afirmar
que si hubiera un debate entre ambos presidentes sobre cuestiones económicas,
sociales o internacionales Milei no resistiría más allá del segundo round, si
se me permite la metáfora boxística, al ataque de Petro. Sería una fenomenal
paliza la que sufriría el argentino.
La absoluta
irresponsabilidad de Milei en los asuntos internacionales lo impulsa a proferir
insultos a diestra y siniestra contra los presidentes de Colombia, Brasil, Cuba
y Venezuela, para quedarnos sólo en la región; o la que también se manifiesta
en el rechazo al ingreso al BRICS, el grupo más dinámico y promisorio de la
economía mundial, lo que revela la supina ignorancia del personaje y de su
Canciller en estas materias.
A éstas habría que
añadir el veto a la construcción del Canal Magdalena que otorgaría un acceso
soberano de los graneleros trasatlánticos desde los ríos argentinos al
Atlántico, sin pasar por Montevideo, hasta la política de indigna capitulación
en el tema Malvinas, que tantas vidas costó a la juventud argentina.
Exabruptos verbales
que se traducen en gravísimos yerros políticos que este país deberá pagar por
largos años, producto de las sombrías fantasías de Milei en torno a ese
inexistente capitalismo sin estado que proponen los burdos hechiceros de la
Escuela Austríaca y al hecho, crucial desde mi modesto punto de vista, que para
el presidente ni la soberanía ni la nación son cuestiones de importancia.
Sobre todo para
quien, como él, cree que la nación no existe y que no pasa de ser una molesta
entelequia urdida por los colectivistas con el objeto de dar basamento al
Estado, el verdugo de los mercados.
----
Texto completo en:
https://www.lahaine.org/mundo.php/quien-pagara-los-platos-rotos
No hay comentarios:
Publicar un comentario