ILKA OLIVA CORADO
Se convirtió en
referencia para direcciones: a dos cuadras del pinito, del pinito para arriba,
del pinito para abajo, en las casas frente al pinito, las casas que están cerca
del pinito. En la parada del pinito, en el pinito me apeo. El pinito es un árbol
que sobrevivió a la lotificación de la nueva colonia que a finales de los años 80, deshizo las llanuras cercanas a la aldea El
Calvario, La Ceiba y la colonia residencial Las Terrazas, misma que fue
nombrada Ciudad Peronia y que en lugar de calles y avenidas tenía ríos: río Usumacinta lote
2, Río Danubio lote 10, Río Éufrates lote 5.
El pinito está en la esquina de la calle Danubio y el
bulevar principal, a mano derecha yendo hacia la aldea La Ceiba; es un árbol de
pino alto, alto, alto al cual le fueron cortando las ramas con el paso de los
años y ya para finales de la década del noventa tenía solo el copete. Está ubicado en una cuchilla: un pedazo de
terreno que nadie toca porque le
pertenece a El pinito, por naturaleza.
Del pinito para
arriba se llega a la colonia Jerusalén, que antes fue una enorme arada con
zacatales donde abundaban las hojas de dormilonas, los escobillos y las flores
de mayo que siempre nacen con el primer aguacero. A media cuadra del pinito
para arriba, a mano izquierda está el
cruce para el río Colorado.
En el río Colorado
a mano derecha, yendo hacia la bomba de agua, se encuentra la tienda de doña
Irene, que ha alimentado familias completas durante años, una de las primeras
tiendas tipo abarrotería en Ciudad Peronia, también se encuentra el molino de
masa donde Juanito desde la madrugada molía nixtamal y recados para tamales,
hasta que se fue pal norte de indocumentado. Eso, en la década del noventa.
Del pinito guardo
recuerdos imborrables, su sombra nos permitía descansar unos minutos en nuestro trayendo al mercado,
en la jornada diaria de vender helados.
El pinito debería
ser declarado Patrimonio de Ciudad Peronia y ser cuidado con sumo interés,
porque ha sido testigo del paso de generaciones enteras y guarda en su corteza
la memoria colectiva de Ciudad Peronia y lo que hubo ahí antes de que llegaran
las máquinas a lotificar el zacatal que se convirtió en uno de los arrabales
más poblados de Guatemala.
Blog de la autora:
https://cronicasdeunainquilina.com
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