ALGO HUELE A PODRIDO EN LO
CONTRARIO A DINAMARCA
GUILLEM MARTÍNEZ
1- No se sabe lo
que pasa. De lo que se deduce que está pasando algo. O algo incluso más
dinámico y categórico: nada.
2. En las últimas
48 horas se han retomado las negociaciones para un gobierno de coalición,
aplazadas varios meses. Que se dice rápido. UP informa que, salvo buen rollete,
no hay nada. PSOE informa de perfil que la cosa va bien, y que hay una
vicepresidencia otorgada. Lo que puede ser cierto, o puede ser un titular para
declarar, posteriormente, que hasta se negaron a tener vicepresi.
3. Las
negociaciones, se supone, parten del único documento firmado por PSOE y UP. Los
presupuestos no aprobados. Por lo visto, UP quiere más. Y PSOE, menos.
4. Otros escollos:
a) el mal rollo que fluye por debajo del buen rollo –recordemos que el lunes
pasado, Sánchez aludió a Iglesias como la antiEsp, por lo que cerró las
negociaciones forever, y que el jueves, San Forever, las volvió a abrir, pero
vetando a Iglesias–. b) El mal rollo histórico: si bien UP ha tragado –ha
tragado lo de Cat, ha tragado lo de Iglesias–, proviene de una cultura que no
es la socialdemócrata. Y proviene de una cultura que no es el R'78. Es dudoso que
al R'78 le dé por suicidarse precisamente ahora, cuando ha adquirido un
discurso regenerador y cool –en la Esparta del siglo III a. C., quiero decir–
tras el discurso del 3-O de 2017.
5. Es ridículo
vetar a Iglesias. Con ello se consigue liberar a una persona –un secre general,
además– del desgaste gubernamental, se le ofrece un rol cercano a Moisés.
Moisés, vetado por Yahvé a entrar en la Tierra Prometida es, si se fijan, el
nombre propio de un mindundi más repetido en el Viejo Testamento. Además, con
el veto no se consigue vetar las cosmovisiones que entrarían en un Gobierno si
entra UP.
6. Si es ridículo
vetar a Iglesias, es posible que sea ridículo, por consiguiente, todo lo demás.
Estas negociaciones.
7. Hoy no va a
haber Gobierno, me dicen. Queda por ver si lo habrá mañana y el jueves, que es
cuando se vota.
8. Queda por ver,
por tanto, si hay ganas de una coalición por parte del PSOE. Indicios de que
no: por lo visto hay verdaderas reticencias a entregar a UP ministerios con
chicha. Y una vicepresidencia con chicha. Lo que es un símbolo de que el PSOE
no quiere chicha.
9. ¿Qué quiere?
10. La comunicación
desde las elecciones es nefasta. A menos que se piense que liarla y empeorar el
clima es un éxito comunicacional. Hay quien llama a esto ajedrez. Y, en efecto,
es el ajedrez al que jugábamos cuando éramos pequeños y no sabíamos jugar al
ajedrez, de manera que poníamos las fichas en el suelo y les arrojábamos
peones. Al que le quedaba la última en pie, ganaba. No hay indicios de lo que
quiere el PSOE, vamos. No informar es un hecho reaccionario, aquí y en Lima. No
informar es un hecho no democrático, llegado a un punto. Es inquietante que un
Gobierno provisional no informe. Imagínate cuando sea un Gobierno Zumosol.
11. ¿Qué quieren?
Hay tres posibilidades a estas horas. a) Una coalición simbólica, no
problemática, sin sentido profundo. b) Ir tirando hasta septiembre, cuando un
C’s que haya tocado fondo en su giro derechista reacciones y facilite una nueva
posibilidad. Algo poco probable. Los partidos fundamentados en idealismo no
tocan nunca fondo. Cuando llegan a él, siguen excavando. Y, finalmente, c),
elecciones. A las que se llegaría con un UP debilitado y acosado por la
competencia. Cualquiera de esas posibilidades ilustran, tal vez, lo que está
pasando. La catalanización de la política. El interés partidista por encima de
otros intereses, por minúsculos que sean –por aquí nunca fueron muy amplios,
por otra parte–. Y, todo ello, sustentado en la comunicación. A la que llaman
ajedrez, cuando podría denominarse ruleta rusa.
12. Ya veremos. Hoy
será un día importante para ver, entre líneas, si hay alguna línea que lleve a
algún sitio. Rayos, empieza a hablar Sánchez. Hasta la próxima.
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