DUNIA SANCHEZ
Toc-toc…Toco la
puerta , qué se esconderá bajo tu techo. Mis manos acarician tu puerta, dentro
no se escucha pasos sino un viento desposeído de fuerza. Toc-toc... arrimo mi
oreja la vieja puerta de madera e intento escuchar algo, no sé el que y solo
las pisadas de un viento que debe entrar por tu balcón. Tu balcón de geranios,
de rosas, de claveles alimentando las paredes de tu ajada casa. Toc-toc..noto
que la vecina mira por la mirilla y silenciosa se va, la puerta se abre y un
viento nostálgico atraviesa mi rostro. Te vas y me dejas, hoy, en el presente,
donde el verano presenta una llovizna débil con sus nubes grises pesadas, muy
pesadas. Paso y cierro, me nutro de ti, de tu olor mezclado de geranios, de
rosas, de claveles. La noche viene, una luna abultada y grandiosa de asoma
desde tu balcón. Me quedo ahí, en el
balcón donde geranios, rosas y claveles aromatizan nocturno. Un piano suena, la
duda se me incrusta y entre bajo tu techo, dejo la luna abultada y grandiosa.
En el salón, en la
soledad aguda , el piano canta, solo. No me extraño y me siento ante él. Sus
teclas mezcla tonalidades que te describen , que configuran la ida y vuelta de
tu existencia. Se detiene. Las notas callan pero yo, suavemente, soy dedos que
se mueven al ritmo de un recuerdo. Tu recuerdo, mi recuerdo…mi recuerdo, tu
recuerdo ¿Te acuerdas¿ No, no me digas que no, cuando abrazadas éramos hijas de
una luna abultada y grandiosa, dejábamos nuestros cuerpos en el romper de las
olas y el beso….el beso con sabor a geranios, a rosas, a claveles imantaba el
canto de las ballenas. Ahora callas y callas, eres navegante de paraísos
indescifrables, sibilinos con el tintineo de tu fragilidad. Porque eres
frágil…muy frágil como esta tonada que suena en tus paredes. No sé porqué me
viene ese beso, ese beso de luna abultada y grandiosa que conversa con las
almas. Dejo el piano y vuelvo al balcón, una anciana con rosas raídas vende a
los enamorados, a las enamoradas estación en estación. Observo tu balcón de
geranios, de rosas, de claveles que me nutren y te hallo. Hola , ¿cómo estás?
El tiempo no pasa, solo nosotros aliados a la vejez. Me das un beso con sabor a
geranios, rosas y claveles y me siento explosionar en el sentido de la luna ,
una luna abultada y grandiosa ¡Qué bella eres¡ lo eterno queda en el rastro que
dejamos a medida que nuestras manos se rozan. Toc-toc…toco la puerta y una
bocanada de inexistencia me embriaga hasta desfallecer. Despierto ante un piano que suena, solo.
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