¿SE ESTÁ TEJIENDO UN PACTO DE ESTADO PSOE-PP PARA SEPTIEMBRE?
POR GERMAN GORRAIZ LÓPEZ
Tras el paréntesis
veraniego, no sería descartable que Pedro Sánchez lograra ser investido como
Presidente del Gobierno en septiembre al contar con la abstención del PP, fruto
del Pacto de Estado PP-PSOE que se estaría ya tejiendo entre bambalinas y que
se terminará de perfilar para septiembre.
La desafección
política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de
corrupción del PP (cuyo paradigma sería la sentencia del Caso Gürtel), generó
un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de
valores originando un caos constructivo que facilitó la presentación de una
moción de censura por parte de Pedro Sánchez, quien tras lograr el apoyo del
resto de partidos de la oposición (excepto Ciudadanos), consiguió finiquitar el
Gobierno de Rajoy y abrir un horizonte limitado en el tiempo que podría suponer
el retorno del Bipartidismo. La estrategia electoral de Pedro Sánchez se basó
en el mantra de la recuperación económica edulcorada con sibilinas promesas de
aumento del techo de gasto autonómico, subidas salariales a funcionarios y
jubilados así como reducciones fiscales al estar la sociedad española integrada
por individuos unidimensionales que no dudaron en primar el “panem et
circenses” frente al vértigo que suscitaba VOX, consiguiendo el PSOE una
holgada victoria.
¿Se está tejiendo
un Pacto de Estado PSOE-PP para septiembre?
La negativa de
Pablo Iglesias a facilitar la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del
Gobierno ante la negativa del PSOE a conformar un Gobierno de Coalición con
ministros de Unidas Podemos, dejaría abierta la posibilidad de unas nuevas
elecciones en el otoño que tendría como efecto colateral la inestabilización de
la economía española al subir de forma desbocada la prima de riesgo. Descartado
un Gobierno de Salvación PSOE-Ciudadanos por la intransigencia y miopía
política de su líder, Albert Rivera,la mass media del establishment habría
iniciado la cruzada mediática para presionar a Pablo Casado y convencerlo “en
aras del interés general de España” de la necesidad imperiosa de una abstención
del PP en la sesión de investidura de Pedro Sánchez .
En esta coyuntura,
el PP estaría revisando su actual estrategia política para incorporar a su
bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente el uso de
comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores
posibilidades de adaptación en función de una situación concreta. Asimismo, la
inteligencia mediática se distingue por una extraordinaria capacidad para
encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio así como de
realizar acciones complejas que pueden no ser entendidas en un principio por
sus votantes pues sus metas se proyectan hacia un futuro mediato (léase
abstención en la investidura de septiembre de Pedro Sánchez).
Así, tras el
paréntesis veraniego, no sería descartable que Pedro Sánchez lograra ser
investido como Presidente del Gobierno en septiembre al contar con la
abstención del PP fruto del Pacto de Estado PP-PSOE que se estaría ya tejiendo
entre bambalinas y que se terminará de perfilar para septiembre. Dicha
abstención lograría esquivar la dependencia de Pedro Sánchez tanto de ERC como
de Bildu, contaría con las bendiciones del establishment financiero y
posibilitará futuros acuerdos de Estado entre PP y PSOE para escenificar la
metamorfosis del Régimen del 78 mediante una reforma edulcorada de la actual
Constitución siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada
cambie”). Asimismo, Pablo Casado pasaría a ser el interlocutor válido de Pedro
Sánchez como líder de la oposición, no siendo descartable que el otrora partido
estrella de la regeneracion democrática (Ciudadanos), se vaya diluyendo en sus
contradicciones siguiendo la estela de la extinta UCD. El acuerdo PSOE-PP para
facilitar la investidura de Pedro Sánchez incluiría la implementación del 155
en Cataluña en el supuesto de Declaración Unilateral de Independencia por el
Parlament catalán y la posterior reforma del artículo 99 de la Constitución que
otorgara un plus de diputados al partido vencedor de las elecciones y que
tendría como último objetivo el retorno del Bipartidismo en un futuro mediato y
condenar al ostracismo a Ciudadanos, Podemos, Vox y los nacionalismos vasco y
catalán.
GERMÁN GORRAIZ
LÓPEZ-Analista
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