LA INTEMPESTIVIDAD
ROBERTO CABRERA
Dada la importancia
que tienen el reajuste y la reinterpretación de una obra tan intempestiva como
la que nos ocupa, es preciso comenzar por el primer texto que dio a conocer a Olga Rivero Jordán como autora; un escrito
donde afianzaba sus primeros pasos en su
afán literario, algunos datos biográficos y ese transcurso histórico‒cultural por el que la poesía canaria se
trasladaba de lo social a lo intimista, si ello pudiera expresarse de este
modo.
Se ha publicado que
la poeta, con su familia, se traslada a su isla natal, Tenerife, a la vuelta de
su matrimonio en la isla de La Palma, pero quizás no se ha precisado con
claridad la situación emergente de fuerzas políticas entonces clandestinas, que
operaban en esa coyuntura. Una furia declarada era el territorio, y unos
jóvenes comprometidos, incluidos parientes e hijos, con el giro político social
de aquellos primeros años 70, fueron los protagonistas. Es entonces cuando de
la mano del postista Casanova de Ayala, Pedro García Cabrera o Fernando García
Ramos, interviene en diversos recitales contestatarios por la isla. El régimen
está dando bandazos, la música protesta está en alza, y las páginas literarias
se hacen eco del valor incuestionable de los artistas para el cambio. Los
canales editoriales se abren, las lecturas y revistas de todo tipo nacen,
floreciendo en este nuevo escenario predemocrático una pléyade de creadores,
sucediéndose así las publicaciones, las tertulias, los homenajes, los
escenarios, los discos, las emisiones y la cultura baila con las primeras
danzas libertarias.