Una pareja de arquitectos técnicos jubilados
pide parar de una vez el expolio de la histórica casa del corsario Amaro Pargo
en Machado (El Rosario)
Ángel y Beatriz, vecinos rosarieros, mantienen contactos con las Administraciones públicas y el dueño del inmueble, para que se tomen medidas contra la destrucción de esta hacienda BIC por los buscadores de un tesoro inexistente, y en pos de su rehabilitación
_______________________________________________________________
Ángel Adán Peñalosa y Beatriz García Puertas, una pareja de arquitectos técnicos y profesores jubilados del IES Geneto, se han propuesto poner un grano de arena para concienciar sobre la necesidad de frenar el “salvaje” deterioro de la histórica casa del corsario tinerfeño Amaro Pargo en Machado (El Rosario) e intentar recuperar lo que se pueda del inmueble, de propiedad privada y declarado de Bien de Interés Cultural (BIC).
Ambos, vecinos de El Rosario, denuncian
que esta hacienda es desde hace muchos años punto de mira de los buscadores de
tesoros “llevados por la falsa leyenda de que entre sus muros el famoso
personaje lagunero que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII escondió
una fortuna”.
«NO HAY OTRO TESORO QUE LA PROPIA CASA»
Ángel enfatiza que «no solo no hay
tesoro sino que el tesoro es la propia casa, por lo que esta gente que viene a
destruir un bien patrimonial lo que debería hacer es ilustrarse con libros
sobre este corsario, del cual sabemos ya muchas cosas gracias a catedráticos e
historiadores, como Manuel De Paz Sánchez y Daniel García Pulido, de la
Universidad de La Laguna, y escritores como Alfredo López Pérez, que ha escrito
una magnífica novela sobre este personaje histórico».
Junto a una de las esquinas de gruesas
piedras en añejos muros de la hacienda, Beatriz diagnostica que “la casa
todavía se ve con un valor y una riqueza de materiales de construcción antigua
y sólida, por lo que aún se puede recuperar lo que queda; y no olvidemos que se
trata de un BIC, que no se debería abandonar, y hay que tomar medidas para que
no se deteriore más”.
“DEBE HABER YA UN ACUERDO PARA
RECUPERARLA”
Este matrimonio de jubilados cree que ha
llegado el momento de que el propietario y las Administraciones públicas puedan
alcanzar algún acuerdo «para que esta casa florezca de nuevo, tras el cruento
asedio” de los buscadores de tesoros inexistentes que la han ido desmontando
piedra a piedra “sin piedad”.
Para tal fin, Ángel y Beatriz se proponen
servir de “cemento o aglomerante” y mantener contactos con todas las partes,
las públicas y la privada, para favorecer este deseado entendimiento que
permita la recuperación de esta hacienda, y casa histórica.
CONVERTIRLA EN CENTRO DE INTERPRETACIÓN
La casa de Amaro Pargo en la Hacienda de
Toriño, se encuentra además en un enclave de gran valor desde el punto de
vista del Patrimonio Histórico, ya que muy cerca se localiza la ermita de
Nuestra Señora del Rosario y frente a la hacienda pasa el Camino Viejo de
Candelaria, declarados también BIC.
Por todo ello, esta pareja de
profesionales de la arquitectura técnica consideran que las Administraciones
públicas tendrían que hacer un esfuerzo por recuperar la casa y convertirla en
un centro de interpretación del propio Camino Viejo de Candelaria (donde
cuentan las crónicas que en las peregrinaciones que hacía la Virgen de
Candelaria, los miembros del Cabildo pernoctaban en esa hacienda previo pago
establecido) y también mostrar la vida de Amaro Pargo, comerciante y
corsario que tanto hizo por la sociedad necesitada de la época.
UN VÍDEO
REIVINDICATIVO
Para concienciar sobre
la importancia de esta casa del corsario y de frenar su destrucción ha
colaborado con un vídeo el periodista y locutor Manuel Herrador, en
respuesta a la petición hecha por Ángel y Beatriz. En esta obra audiovisual
colaboran también la poetisa Paulina Medina, vecina de El Rosario, la empresa
Drone_ando13 (que ha cedido las imágenes aéreas) y la diseñadora gráfica y
publicista Nuria Adán (autora del logo).
El vídeo puede verse
en el siguiente enlace de Youtube: https://youtu.be/uynui7QHlvs?si=LvBuEE179e0UhyO8 y
también a través del código QR que se adjunta.
¿QUIÉN FUE AMARGO PARGO?
Nacido en La Laguna el 3 de mayo de 1678
de padres labradores y comerciantes, perteneció a una familia de siete
hermanos, de los que tres se hicieron monjas. Con 14 años se hizo a la mar, y
ya con 21 era alférez. Acumuló una gran fortuna, con 900 fanegadas y 60
casas. Fue corsario y capitán de mar y tierra por designación real.
Poseyó barcos con los que comerció con
México, Venezuela, Cuba y el Mediterráneo, exportando malvasía y aguardiente de
sus propiedades, y compraba y vendía cacao, telas, tabaco… Aunque en la época
se comerciaba también con esclavos, nuestro corsario apenas lo hizo, y además
facilitó la fuga de alguno de ellos.
Dejó como herederos a Amaro González de
Mesa y Ana Josefa Rodríguez Felipe, sus sobrinos. La finca de Toriño, en
Machado, figura entre las propiedades que recibieron del corsario.El inmueble
ya existía al menos desde 1642. El último habitante de la casa fue Felipe
Trujillo, hasta 1975; falleció con 99 años y solía comentar con los vecinos que
era descendiente del corsario.
Amaro Pargo fue amigo de sor María de
Jesús, la conocida como “La Siervita o la monja incorrupta”, debido a que tres
hermanas suyas fueron monjas de clausura. Fue el corsario quien le compró el
sarcófago para que se custodiaran sus restos mortales, que hoy se puede ver en
el convento de las Catalinas en San Cristóbal de La Laguna.
También hizo mejoras en el Convento de
Santa Catalina de Siena, donde estaban sus hermanas, así como aportaciones a
diversas iglesias y ermitas de la isla entre lo que destaca el trono de plata
del Señor Difunto en La Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en donde fue
enterrado en octubre de 1747, pudiéndose visitar su lápida.
Y TAMBIÉN RECUPERAR LA HACIENDA LA
MIRAVALA (TEGUESTE)
Ángel y Beatriz también esperan que un día se pueda recuperar y reconstruir la hacienda La Miravala, en El Socorro, municipio de Tegueste, dado que fue la hacienda agrícola principal del corsario adquirida en 1727, cuando ya había regresado a la isla para establecerse (tres años antes, en 1724), lugar donde pasó buena parte de su tiempo, mientras atendía sus viñedos y sus plantaciones de caña de azúcar, cereales y otros cultivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario