UN GOBIERNO QUE NO GOBIERNA…
SALVO PARA ALGUNA COSA
PEDRO
HONRUBIA
Tenemos un Gobierno
en stand by. Porque aunque en apariencia está apagado, sigue gastando energía…
para servir a los de siempre
Cada día que pasa de legislatura parece más evidente: tenemos actualmente un Gobierno que se encuentra en situación de parálisis legislativa. O dicho de otro modo: desde que Podemos fue expulsado por Sánchez y Yolanda Díaz del Gobierno, tenemos un Gobierno que, salvo para cuestiones concretas, no gobierna.
Les voy a dar un dato que habla por sí mismo: durante el primer año del Gobierno de coalición anterior se aprobaron 54 iniciativas legislativas (entre ellas unos PGE y diversas medidas de carácter social como fueron todos los decretos relacionados con el primer escudo social en pandemia, la ley de eutanasia, el IMV, la prohibición del despido a personas en situación de baja laboral, la regulación de la publicidad de las casas de apuestas, etc.). En lo que llevamos de este Gobierno se han aprobado solamente tres (dos decretos-ley y una reforma constitucional).
Para más inri, otro
de los decretos aprobados inicialmente por el Gobierno en Consejo de Ministros
y Ministras, que pretendía servir, entre otras cuestiones, para aumentar las
cuantías de los subsidios por desempleo, fue finalmente derogado (no
convalidado) porque entre sus contenidos traía, como bien recordaremos, un
recorte en las pensiones futuras de las personas mayores de 52 años
beneficiarias del subsidio por desempleo. Queda menos de un mes para el 1 de
Junio, fecha en las que debían entrar en vigor las mejoras que sí traía ese
Real Decreto Ley en algunas de las medidas que contemplaba, y, de momento,
seguimos sin conocer que se haya tomado la decisión de volver a llevar el texto
al Congreso ya sin el recorte.
Tenemos, pues, un
Gobierno que ha dejado de gobernar. Un Gobierno en stand by. Los esfuerzos,
hasta ahora, han estado centrados en sacar adelante la ley de amnistía, que
avanza pero que todavía no ha podido ser definitivamente aprobada como consecuencia
del filibusterismo parlamentario del PP en el Senado, así como en cumplir,
faltaría más, con las exigencias en materia de gasto militar impuestas por los
EEUU y la OTAN. En ambos casos sí se han dado pasos significativos. Mientras,
se han dejado completamente de lado el resto de problemas existentes.
Pero si el asunto
ya era grave antes de los cinco días de meditación zen de Pedro Sánchez, ahora
lo es todavía mucho más. Hasta que Sánchez decidió tomarse esos cinco días para
reflexionar, teníamos un Gobierno incapaz de gobernar en clave social. Ahora
tenemos además un Gobierno que sabe perfectamente el daño que el lawfare y la
desinformación hacen a nuestra democracia, pues así lo han reconocido sin
matices, pero que tampoco parece estar dispuesto a gobernar para hacerle frente
a esta embestida reaccionaria. Un Gobierno que además de paralizado parece
decidido a dejar que el Bloque reaccionario pueda seguir secuestrando el CGPJ,
impulsando impunemente estrategias de lawfare contra cualquier adversario
político y mintiendo cada día a través de pseudomedios financiados con nuestro
dinero allí donde Gobierna el PP. ¿Tanta meditación para esto, Querido Pedro?
Eso sí, lo que
parece que no está precisamente en parálisis es la vinculación de este Gobierno
con determinados intereses privados. En materia social no se cumple siquiera
con el acuerdo de Gobierno entre PSOE-Sumar, pero la defensa de la mezcla de
intereses entre lo público y lo privado, el negocio para los y las de siempre a
costa del estado, sí que parece estar funcionando a pleno rendimiento. Por eso
decíamos lo del Gobierno en stand by. Porque aunque en apariencia es un
Gobierno que está apagado, sigue gastando energía… para servir a los de
siempre.
El “aquí hay
negocio” de la ministra de Vivienda. De un 5% de rentabilidad, concretamente.
Que no se vayan a creer que es poco, o a pensar que la gente pobre que tenga
que vivir en alquiler social no son buen nicho para forrarse.
El aumento del
gasto militar anunciado por Sánchez durante su última comparecencia en el
Congreso (1129 millones de euros), para que las empresas armamentísticas sigan
aumentando sus cuentas de resultados y su valor en bolsa. Y para que los EEUU
estén satisfechos con su Presidente títere en materia militar. Aunque con Sánchez
ya se sabe, no da puntada sin hilo. Veremos qué pasa finalmente en el futuro
con eso que se habla de aspirar a cierto carguito en la OTAN.
La propuesta de
reforma de “Ley del Suelo” para favorecer los intereses de la especulación
inmobiliaria y, entre otras cosillas, desbloquear la operación Chamartín, que
pronto se votará en el Congreso. Para esta ley sí ha habido prisa en cerrar los
plazos de enmiendas, todo lo más rápido posible para que pueda seguir su
tramitación parlamentaria sin más demora. ¿Lo negociaría in situ algunos de los
7 ministros presentes recientemente en el palco del Bernabéu?
La “mezcla del
ibuprofeno y el paracetamol” en materia farmacéutica/sanitaria de la que nos
habló la Ministra de Sanidad. Ya saben, un dinerito de aquí (lo público), se
mezcla con una empresa de allí (lo privado), y zas, ciencia, negociazo para lo
privado y ruina a corto, medio y largo plazo para lo público. Está to inventao.
Y para terminar,
las alabanzas hechas por tu ministro rojo, malote y canalla de referencia, el
señor Puente, a las inversiones buitres de Blackrock en España. Total, si
deciden venir aquí a invertir para jodernos la vida, es que algo bien estará
haciendo el Gobierno. Lo llaman socialcomunista, y ya ven, no. Jiji, jaja, qué
risa.
En fin,
parafraseando al señor aquel de barba que nos gobernó durante unos cuantos
años: “que todo está parado, salvo alguna cosa”. Casualmente, la cosa de
siempre. La cosa negocio privado a costa de lo público. Ahí sí que no hay que
tomarse días de reflexión ni periodos de descanso, eso va solo, fluye solo.
Y ya sin Podemos
jodiendo desde dentro del Gobierno, pues ni te cuento…
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