1º DE MAYO 2024: ASÍ
NOS QUIERE LA PATRONAL
Desorganizados,
divididos, inconscientes y corrompidos. Corrompidos, aunque sea con migajas:
por permitirnos sentarnos en su mesa a comer con ellos un día, cuando nos están
camelando en reuniones para que le vendamos el paquete encintado a nuestros
compañeros; por aparecer en los medios, copa en mano, brindando por una firma
de traición, por dejarnos explotar más permitiéndonos hacer horas extras; por
ascendernos de categoría, etc. Así nos quiere el capitalismo, porque de esta
forma pueden seguir dividiéndonos y explotándonos fácilmente.
La clase obrera ha conocido organizaciones con dirigentes honestos que defendían sus intereses frente a la clase burguesa explotadora. Organizaciones políticas de izquierdas y sindicatos obreros, estaban consecuentemente de su parte. En muchos momentos presentaron batalla y crearon serios problemas al capitalismo, confrontándole con éxito en muchos casos.
Por eso,
hemos visto cómo en las últimas décadas, el capitalismo supo corromper a los
dirigentes de las organizaciones obreras más grandes para debilitarlas, cosa
que logró hasta el punto de anularlas y convertirlas en sus colaboradoras
necesarias. Así, el capitalismo está resolviendo sus contradicciones. Unas
contradicciones que cada vez le son más difíciles de sortear, por lo que
precisan en todo momento dominar a su principal enemigo antagónico que es la
clase obrera.
El
capitalismo, una vez, transcurridos los primeros años, tras del “final” del
régimen franquista, con la traición de importantes partidos políticos de la
izquierda y de los principales sindicatos, provoca la desorganización de los
trabajadores. De esta manera al estado capitalista le ha sido fácil imponer
regresiones en las condiciones de trabajo y vida de los trabajadores con bastos
subterfugios de los qué destacaba el de dar facilidades y confianza a los
empresarios para que crearan empleo. Con este burdo argumentario se inventaron
tropecientos mil tipos de contratación laboral, marcaron flexibilizadoras leyes
laborales para que las empresas manejaran a su antojo a los asalariados y los
llevaran de un lado para otro, así como poder despedirles cuando les diera la
gana con costos irrisorios. Con este panorama no sólo no se ha generado más
empleo, sino que se ha generado más rendimiento en las empresas con menos
trabajadores.
Pero además
los salarios desde entonces han venido perdiendo poder adquisitivo, siendo
escandaloso en los últimos dos o tres años, en los cuales la vida se ha
encarecido de manera espantosa. Los artículos de primera necesidad son los que
más se han incrementado: los precios de productos básicos han subido un 40% en
los tres últimos años, mientras que los salarios sólo se han elevado en un 6%.
Como decía,
las contradicciones del sistema capitalista son tan enormes que arrasan con
todo lo que les sirva para mantener y alargar su sistema aberrante de rapiña y
crimen contra la humanidad. Sus sicarias administraciones gubernamentales, les
están facilitando apropiarse de los servicios sociales públicos. Para ello los
están obstaculizando para que estos no puedan funcionar adecuadamente, siendo
la sanidad a la que peor están tratando. Del mal funcionamiento de la sanidad,
depende el éxito de la privatización y la garantía de negocio de las empresas.
Como digo al
principio, desorganizados, divididos, inconscientes, así nos quiere el
capitalismo y ha hecho cuanto ha podido para que en estos momentos así sea.
Por todo
ello, si la clase obrera quiere salir de esta situación de ir de mal en peor,
tendrá que hacer un esfuerzo por comprender que se ha de organizar, luchar para
acabar con este sistema de maldad ilimitada y transformarlo en una sociedad
solidaria y verdaderamente socialista.
José Estrada
Cruz
29/4/24
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