JM AIZPURUA
Hay algo que se
está instalando en la sociedad y que es necesario señalar, advertir, y subsanar
bajo pena de volver a caer en la violencia profunda y el odio. Es el proyecto
político de la casta, que infiltrado en VOX, PP, FyCySdE, FAES y Aznar y
jaleados por el bufón de las ondas, intentan que su imaginaria finca “españa”
vuelva a su redil y se corte su evolución europeísta democrática. Su intención:
subvertir.
Lo hicieron en
1936, recularon en 1978, y al parecer 2020 es un año propicio para acometer su
liberticidio, camuflados tras el Coronavirus 19. La cúpula eclesiástica y el
capital se ocultan, pero creo que no están en esta maniobra pues sus lazos
internacionales les aconsejan otros caminos.
Los actores del
intento son personajillos ególatras que buscan el Poder para usar a su antojo
los nichos institucionales que dan comisiones y prebendas, sostenidos por la
pasta gansa de los de siempre.
A una sociedad
despolitizada e ignorante, como la española, es fácil asustarla con peligros
inexistentes, y el “comunismo” que avanza desbocado con el Gobierno Sánchez-Iglesias,
el “social-comunista”, según la falsa comunicación de los aliados frikifachas,
es algo que cae por su peso cuando se ve la soledad de Garzón en el Gobierno,
en el partido, y en la sociedad. Después de Carrillo, el eurocomunista que
terminó en el PSOE, nadie ha conseguido que un proyecto comunista tuviera
respaldo electoral. Su presencia es simbólica y su comunismo no es
revolucionario pues renunció a la lucha armada en los 70.
En el 36 el
comunismo tampoco era un problema electoral con un porcentaje de votos exiguo,
no llegaba al 1%, (concejales comunistas 67 y nacionalistas vascos 267) pero
sirvió de excusa a Franco para camuflar su fascismo e implantar una dictadura.
¿Comunismo? ¡que viene el coco!
A otro perro con
ese hueso.
En 1978, se cortó
con la ilegalidad revolucionaria fascista y su dictadura. ¿Dictadura
terrorista? Esto ya deben asumirlo los ciudadanos de frágil memoria que no
quieren analizar el periodo 1939-1978, como un paréntesis de la democracia que
se inicia en 1931 con la Republica por abdicación y huida a Italia del monarca
Alfonso, y que se interrumpe su legalidad por golpe de Estado, fracasado de
primeras, y mantenido hasta el 39 en guerra revolucionaria “terrorista” fascista
por muy bendecida que fuera por la Iglesia.
Hoy en 2020, venir
con involuciones y falsos análisis pseudo-históricos, es escupir al cielo y no
debe alarmar a los poderios electorales que, en base a la izquierda, las
naciones, los demócratas profundos, intentan conducirnos hacia un Estado del
siglo XXI, con bases de dignidad popular y repudio de la España Imperial con su
genocidio americano, su esclavitud y su corrupta monarquía, y en contra del
fascismo de Franco y su dictadura, que son los dos pilares básicos de los
involucionistas. Esa es su España idolatrada que imaginan de 500 años. ¡Qué
horror!
Ladran luego
cabalgamos; no se paren a ladrarles, sigan, sigan adelante que el camino
emprendido es el que llega a la
Democracia y déjenlos abandonados a su suerte en la miserable senda del odio y
la injusticia que representan.
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