JM AIZPURUA
Siempre que llueve;
escampa. Y con ese lema, el batallón de los 500 años y hoy Cacerolita Azul,
aguantan lo que les echen, pues la gente se cansa, pasa a otra cosa, y ellos
siguen con su murga España, España, España, que es lo que les vale para
conservar privilegios, marquesados, y mamandurrias varias en Consejos de
Administración.
Y ahora llovió C19
y el facherío conquistó al Gobierno que sigue zombi con la Unidad Territorial
(asombroso cambio de Coleta Morada) y esa falsa nacionalidad española, no “ve”
que Baleares y Canarias, no participan de esa territorialidad y que la mar
protege sus fronteras, que sus peligros de rebrote le vienen más de Madrid que
de Berlín. La “españolidad” no vacuna a Baleares y Canarias del contagio
peninsular.
Por eso yo sigo “lloviendo”
con la canariedad, sin escampe, y cuando yo no escriba otros seguirán lloviendo
hasta que el godo tire el paraguas y se siente a reconocer a la Nación Canaria,
su historia, su reparación y el diseño de su futuro.
Cuando las barbas
saharianas veas pelar, canario; ¡pon las tuyas a remojar!
La “Marca España”
históricamente es sinónimo de ardid, de incumplimiento de promesas con
argumentos varios, y en la actualidad sigue igual, tratando de justificar un
pasado innoble, prometiendo “autonomía” a quien le deben nación.
Pero llueve: ¡Viva
la Nación Canaria!
Y al Estado
(España) le importa un bledo Canarias, como el Sahara, mientras tenga su
Madrid. Son los mediocres miserables caciques que aplicaron sangre y fuego en
las islas sin guerra civil, los que temen consecuencias penales y económicas, e
impiden el desarrollo canario para seguir en una pequeña economía de siglo
pasado como cabeza de ratón. Su red es muy tupida (y estúpida) y ahí; ya no
entra nadie.
Pero el móvil hace
que los jóvenes de Artenara y los del Macizo Anaga, interactúen, sepan de lo
que pasa en Europa y en sus islas, vean su incierto futuro de pobre progreso y
razonen con criterios. No les gusta, pero no saben cómo cambiarlo y los
partidos perdieron su atractivo.
A todos nos pasó lo
mismo, y cada generación tuvo su muralla que derribar. Yo nací y viví mi
juventud en dictadura fascista y nunca perdí la esperanza en volver a la
democracia republicana; y seguí luchando. No lo conseguí del todo y voy a morir
en Monarquía Constitucional, donde los fascistas, que de la noche a la mañana
traicionaron sus valores y se acostaron fascistas y amanecieron “demócratas”,
conservan sus organizaciones y se incrustan en la sociedad para que no avance
en derechos y conocimientos; su Dios el de los 500 años, su única Patria el
dólar.
Pero llueve, sigue
lloviendo en la tierra de Menceyes, y se intuyen rayos y truenos.
No repetir la
Historia es clave para el interés popular canario. El enfrentamiento es
nefasto, justificativo del “castigo” institucional, y freno a las conquistas
sociales y nacionales. Bolibar sacó a la falsa nobleza y su régimen españolista
colonial y esclavista de Sudamérica en el siglo XIX, y con distintas
generaciones en el siglo XXI esa lacra que se oculta entre las islas será
eliminada por la Democracia sin apellidos; simplemente democracia. No harán
falta revoluciones.
Solamente hace
falta que los jóvenes canarios piensen, no se conformen con el “siempre fue
así” y sueñen con fuerza en una patria canaria en la que nada quede fuera.
Hay mucho totufo,
pero también grandes pensadores canarios que indican el camino.
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