JM AIZPURUA
No cabe duda de que
el pánico a soltar la hucha real está haciendo estragos en la comunicación de
la que llaman Casa Real. Están desconcertados, atónitos, incrédulos a que el
preparado esté siendo la rechifla del Pueblo que era tan monárquico que no
hacía falta preguntarle.
Se han metido en
unas campañas de imagen, que ni yo, republicano esencial, las habría mejorado.
¿Qué profesional tuvo la idea de proclamar el acoso escolar real?
Retratarse con todo
lo que se menea en medios, hacer discursos como si fuera una eminencia, poner
cara de rey, etc.; vale, ¿pero el bullying real, a que viene?
Buscar la pena no
es atributo útil a la realeza.
Lo primero que se
piensa es que el niño real era un poco bobalicón, del que todos se choteban,
que no es el caso pues era un niño primoroso. Es cruel, pero es así. Le comerían
la merienda porque seguro era la mejor del recreo ¡buena era la griega! No ha
mejorado demasiado pues sigue teniendo aspecto del que no ha roto un plato, tan
diferente de papi con su astucia y picardía. Pero ese bullying suena falso,
mendicante, incompatible con la policial custodia real.
Es un rey de
transición, espero que por su abdicación digna y no arrastrado por los
acontecimientos como es tradición familiar. Sería un síntoma de inteligencia y
dignidad una abdicación pactada para que nadie debiera posicionarse y no se
produzcan fisuras sociales.
Seguir como hasta
ahora, de buscador de popularidad, utilizado como si fuera un vendedor de
peines en la Feria, es algo ruin e impropio de un cincuentón que nunca dio un
palo al agua y que merece mejor fortuna. Es una familia bien preparada y no
tiene que verse utilizada de mascarón de proa de una casta corrupta y
neofascista, que en cuanto caiga pasaran a proclamarse republicanos de toda la
vida: al tiempo.
Rey o Presidente de
República, no tiene efectos reales sobre la mejora de vida de la población que
es el objetivo de la política y la administración, pero es algo necesario con
los tiempos y mucho más económico y meritorio que la herencia y con menos
riesgos, por ejemplo, con los novios de las niñas.
Señor Rey, no deje
que lo manipulen y coja las riendas de su destino para llevar a su familia por
la senda del mérito y el trabajo para que ello lo ponga en su lugar. Su padre
acabó con el prestigio de la monarquía, que aquí nunca lo tuvo, y crear una
buena imagen es misión imposible. Ni lo intente.
Su posicionamiento
político, la educación de sus niñas, su proyecto, es sesgado hacia la parte
enriquecida de nuestra sociedad, y eso se nota mucho y le coarta para ejercer
una posición de equilibrios. Usted ya no sirve para el 2020.
Mire a su papi, ¡cómo
vive! o a sus hermanas que debieran ser las reinas sin Ley Sálica, y deje de
representar una pantomima real que no se la cree ni usted mismo. Cuando se vea
solo y abdicado, pero feliz, me lo agradecerá. De nada.
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