jueves, 11 de junio de 2020

MIENTRAS TANTO: "SUSURROS DE SOLEDAD"


MIENTRAS TANTO: "SUSURROS DE SOLEDAD" 
TEODORO SANTANA
Estimado Víctor Ramírez: Perdone que le escriba abiertamente esta carta y no me dirija a usted privadamente. Pero es que mi intención es, precisamente, contradecir el título de su columna, y que hoy uso como título de mi artículo. Me conmueve esa sensación de soledad desde la que escribe porque yo tampoco soy ajeno a ella. Parece como si nos hubiéramos metido en una trampa y, por alguna oscura maldición, ninguna mano acude a sostener nuestras ideas.

        Muy probablemente, si nos sentáramos a discutir sobre opciones políticas concretas, tendríamos una buena agarrada. Pero usted escribe: "Que conste: yo soy independentista por internacionalista y no por nacionalista; pero internacionalista desde la soberanía de mi Patria canaria y no desde esta denigrante situación colonial". Y, amigo, no puedo sino decir amén. Carajo, en esto no está usted solo, aunque por ello no recibamos invitaciones doradas a la mesa de los poderosos...

        …Aunque, por otra parte, ¿cómo no sentirse solo en un país en que sesudos articulistas se oponen a nuestra independencia debido a su preocupación por el futuro de unos grandes almacenes? ¿Cómo no desesperarse si cuando uno propone la interdependencia cultural frente al colonizaje, va el listillo de turno y dice tan pancho que interdependencia es negociar la dependencia, trabajar en la dependencia, mendigar desde la dependencia?

Como usted probadamente sabe, no puede haber interdependecia si no se parte de la igualdad y no del sometimiento, de la independencia y no de la sumisión. Miedo tiene uno de soltar una idea porque los que se dedican a ponerle una vela a Dios y  otra al Diablo la hacen propia para descafeinarla, para apuntarse tantos descafeinándola. Quieren vestirse de "nacionalistas" y a la vez seguir propagando la ilusión de que somos "españoles".
        "Estimados camaradas descendientes –decía –Maiakovski en “A plena voz”: “cuando hurguen la mierda petrificada de hoy y estudien las tinieblas de nuestros días, ustedes tal vez pregunten también por mí”. Pues bien: algunos preguntamos ya por Víctor Ramírez. Somos muchos los que seguimos con atención lo que escribe.
        Muchas veces discreparemos de usted. Otras aplaudiremos en silencio, conscientes de que el viento sopla en contra y que las cosas amadas se pudren…, de que estamos amarrados a esta tierra con pesadas cadenas amargas.

Extraños a estas cosas, escribimos con el alfabeto aprendido en los institutos, donde nadie nos habló de nuestra historia y nuestra lengua. Somos los espejos que devuelven la imagen odiosa del pantano en que han varado los islas.
        No es cómodo leer estas cosas. Es más fácil taparnos con el velo del ninguneo y confinarnos a las tinieblas exteriores de actitudes hoscas y desprecios densos. No importa: eso nos forja como el acero.
        “Nadie estrecha en sus brazos a una novia –dice Omar Jayyan- sin que el tiempo le clave una espina en el alma. El peine no acaricia el pelo de una hermosa sin que antes lo recorten en multitud de dientes”. Ni está usted solo ni su voz diáfana es un susurro: la opresión no triunfa eternamente y de nosotros depende impedírselo.
        Un día de estos, el círculo perfecto del tiempo se trazará sobre estas rocas y los cerdos se transformarán de nuevo en hombres. Mientras tanto…

Diario de Las Palmas, el 27-Agosto-1996


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