A contracorriente
MÁS INFORMACIÓN Y PEOR INFORMADOS
Enrique
Arias Vega
No hace falta ser un lince para saber
que hoy día tenemos más información que nunca, hasta sobre cualquier nimiedad.
No digamos ya sobre acontecimientos realmente importantes o meramente morbosos,
como el juicio de Ana Julia Quezada,
que está cubierto por 150 periodistas de 35 medios convencionales.
Además de los reporteros
tradicionales, cualquiera puede convertirse actualmente en informador, por
medio de Facebook, YouTube, WhatsApp, Messenger, Instagram, Linkedin,… y varios
cientos de redes sociales. Con decirles que la que ocupa el puesto número 30 en
el escalafón tiene 80 millones de usuarios está todo dicho.
Así que no tenemos información
propiamente tal, sino que en realidad estamos anegados por ella. Y aun así no
estamos bien informados en absoluto.
Por ejemplo, a pesar de los millones
de noticias que hemos recibido sobre los infectados por la listeriosis,
¿sabemos de verdad cuáles son sus causas, sus síntomas y sus efectos sobre la
salud? Eso, en el supuesto de que el informador no meta simplemente la pata,
confundiendo lugares, hechos o personas, o simplemente ignorándolas.
Estos dos últimos días, al azar, he
oído en televisión hablar de “cadáveres sin vida” —¿es que hay otro tipo de
ellos?—, citar las provincias de “Castellón, Benicasim y Peñíscola”, en un
totum revolutum geográfico, hablar de un presunto testigo presencial que
explica tal cual que “me dijeron dos vecinas”… ¿Desde cuándo un testimonio de
oídas es un testimonio presencial?
Así podríamos seguir indefinidamente.
Y es que si todo el mundo llega a meter baza, la información se convierte en
confusión, interpretación, manipulación, interés,… Y acabo con una anécdota
personal: en un almuerzo, un amigo me rebatió una información que yo conocía de
primera mano. “Eso no es así”, arguyó, y para eso echó mano de la inefable Wikipedia.
“Pues sí” —acabó diciendo con cara de sorprendido—, en Wikipedia pone lo mismo
que tú dices”.
Menos mal que en esta ocasión
coincidimos la enciclopedia virtual y yo, porque se trataba de una biografía y
mi amigo ignora que la mayor parte de las de Wikipedia son escritas por los
propios interesados, sin un atisbo de crítica y con escamoteo de hechos
inconvenientes para el personaje. Pero es que la mala información de hoy día es
así.
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