LA PASTILLITA AZUL
GUILLEM MARTÍNEZ
No ha habido
Gobierno de coalición o de progreso. Lo que no es una novedad. Lo novedoso son
las razones. Las ignoramos. Absolutamente. Quien diga lo contrario, miente o
improvisa. Que viene a ser lo mismo. Quien apunta una razón, literalmente
apunta una razón, entre muchas. Y, en efecto, son muchas las razones. Y, en su
conjunto construyen una decisión cara, complicada, peligrosa, arriesgada y, por
encima de todo, incomprensible. Los actos incomprensibles usualmente son
culturales. Obedecen a reglas de juego inconfesables, invisibles e
informulables. Pero sí analizables y verbalizables. Me atrevo, a estas horas, a
organizarlas en una. Esta: el vértice de la pirámide del PSOE –por otra parte,
un partido absolutamente vertical, como todos los que nos ofrece el mercado– ha
apostado por un cambio cultural. Descomunal. Ha decidido tomarse la pastillita
azul que consumen las derechas y ultraderechas europeas y americanas.
No hay que
confundir la pastillita azul con la pastilla azul de Matrix, aunque sea su
prima hermana. La pastillita azul es la de viagra. Con ella, las derechas han
ganado fortaleza, electricidad, épica y diversión. Las derechas son,
actualmente, el único discurso revolucionario en el planeta. Pretenden un
cambio revolucionario: un giro hacia la libertad más absoluta, dejando atrás
toda la opresión que suponía la corrección de la pobreza, el reparto de la
riqueza, el enojoso pago continuado de impuestos. Aparte de toda esa
liberación, ofrecen la diversión de una vida peligrosa, repleta de enemigos de
Occidente, malvados, y de sus cómplices locales, personas que no entienden la
ola continua de libertad que supone pertenecer a este país milenario,
comprometido con la democracia y la igualdad varios millones de años antes de
que la democracia y la igualdad se formularan en el resto del mundo. La
pastillita azul te permite decir eso por horas, días, años. Crear, elaborar,
multiplicar ese relato. Y reducir las alusiones a la realidad, en la que hasta
hace poco se integraba, en ocasiones, la política. Permite no hablar de una
política real cara, incomprensible, invisible e informulable.
Apostar por la
pastillita azul es una decisión trascendente. Consiste en asentar, en el grueso
del arco parlamentario local, la idea de relato –esto es, el uso desmesurado de
la propaganda, de la centralización informativa, de la desinformación– por
encima de la idea de política. En un momento de crisis de la socialdemocracia,
en el que solo emiten la socialdemocracia nórdica y la belga y holandesa,
consiste en una revolución en la socialdemocracia. Apostar por los
descubrimientos de las derechas. Fundir sus discursos, introduciendo en ellos
cotas y cuotas simpáticas y anecdóticas sobre la igualdad de sexos, sobre la
cosa género, sobre lo triste que es que los alquileres sean tan altos, o sobre
el hecho de que la próxima crisis la pagarán los menos favorecidos por la diosa
Fortuna, una situación que, si quieres trabajar en serio, siempre puede
cambiar. Consiste en asumir que la izquierda puede ser asumida si asumes
aquello en lo que se ha convertido. Identidades.
Supone un gran
cambio cultural, que tendrá consecuencias. Hasta ahora, para mentir, las
izquierdas tenían sus propios mecanismos. Ahora, el mayor partido no derechista
de España ha optado por las herramientas que las derechas han ido inventando
desde 1973, y con las que han entrado, impolutas, victoriosas, en el siglo XXI.
Cabe suponer que, como en las derechas, su nuevo discurso será revolucionario y
arrinconará a otras izquierdas, tristes, que defienden objetos tristes, como
que el mundo no pita. Cabe suponer también que esta operación puede llevar a la
inutilidad funcional a toda izquierda que participe del nuevo discurso de las
derechas.
El sentido de esta
carta es el de hacerles partícipes de este punto de vista, así como el de
darles las gracias por dejarnos investigar ese cambio cultural en el PSOE.
Decían los chinos que describir un ejército era la primera forma de combatirlo.
Gracias por permitirnos describir el proceso de no-investidura, iniciado en
mayo. Y gracias por permitirnos describir los nuevos fenómenos que se dibujan
hasta, se supone, las próximas elecciones.
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