A contracorriente
VIVIR ENTRE
LA EMOCIÓN Y EL ABURRIMIENTO
Enrique
Arias Vega
No podemos quejarnos de vivir
aburridamente. Por no saber, ignoramos hasta qué Gobierno tendremos y, ni
siquiera, si algún día llegará a formarse un Consejo de Ministros, de repetirse
una y otra vez los mismos resultados electorales.
Por si eso no les pareciese
suficientemente emocionante, piensen en qué será de sus pensiones, los que ahora
las disfruten; cómo van a ser cimbreados a impuestos; la subida de alquileres
por un lado y la “okupación” de sus viviendas, por otro, en cuanto salgan a
hacer la compra o a visitar a su madre; los nuevos precios de la gasolina y las
limitaciones a la circulación de vehículos, etcétera, etcétera.
Nos movemos, pues, en un mar de
incertidumbres, que diría el cursi, Eso, si tenemos empleo o posibilidades de
tenerlo. Si no, ya saben, al paro, a la emigración, al mileurismo temporal y
rebajado con sifón y a una serie de nuevas situaciones para las que no estamos
preparados.
Menos preparados, aun, están los
británicos del Brexit, algunos de los cuales ya piensan en nacionalizarse
españoles; pero también los iraníes y árabes, que no saben si están comenzando
o no una nueva guerra; los subsaharianos que huyen hacia tierras de sus
antiguos amos y señores —¡vaya paradoja!— y, en general, todos los que sufren
la violencia y la delincuencia en gran parte del mundo.
No sé si fue sir Winston Churchill
quien dijo que “la democracia es aburrida” y ponía el ejemplo que si alguien
llama a la puerta de tu casa a las cinco de la mañana es el lechero y no la
policía política. Entre nosotros, ése no es el caso, ya que, entre otras cosas,
a esas horas estamos de marcha. Pero ése es el síntoma de que la democracia ya
no es aburrida y de que, de sobresalto en sobresalto, no sabemos si iremos a
parar al desastre, a la inanidad o a ese mundo feliz en el que se acabará por
controlar el más mínimo de todos nuestros movimientos.
De momento, eso sí, vivimos en Jauja,
sin darnos cuenta de nada de lo que está sucediendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario