ORFANDAD Y ALIENACIÓN
POR: EDUARDO SANGUINETTI,
FIlÓSOFO
A
días de haberse cumplido el 50º aniversario del asesinato del heroico Ernesto
“Che” Guevara, se torna preciso y necesario preguntarnos ¿qué ha quedado cual
sedimento de memoria de las enseñanzas de este hombre, referente ineludible del
“deber ser”? Sus palabras resuenan aún en quienes sabemos que lo esencial no ha
sido llevado a cabo.
El
Che nos dijo: “Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra
la alienación”, su visión apabullante de lo porvenir, deviene en que no pueda
dejar de manifestar a modo de réplica dolorosa, que el estado de orfandad
devenida en violencia en que se encuentra empantanada la humanidad es atroz,
nadie está inmunizado de sufrir patologías del más diverso tipo y gravedad,
incluyo, por supuesto, a los ignorantes e inútiles gobernantes que pretenden
administrar el horror en que se debaten los pueblos.
Como
heredero de la modernidad, fraguada en encuentros y desencuentros, pero siempre
fiel a la tradición de manifestarme en verdad y libertad, indispensables para
llevar a cabo una concienzuda investigación del pasado reciente, tan arbitrario
y mezquino en quienes debieron en tiempo y forma, escribir sobre él. Soy un
contemporáneo de esta actualidad crítica y de riesgo extremo, y pareciera que
todo se ha fundido en un pantano, eliminando los principios éticos, que hacen
al ser y la comunidad… impedir que quienes han estafado, robado, asesinado,
violado, mentido, desde sus funciones ejecutivas, legislativas, utilicen la
palabra “Justicia”, en torpes y oportunistas discursos de mesa de dinero,
simulando un simulacro de gobernabilidad, que no es tal.
Somos
hijos de la desolación y del fraude, de la mentira y del simulacro. Estamos
legitimados en la deslegitimación por los diversos gobiernos que se han
sucedido a lo largo de nuestra historia. Historia fraguada en las usinas de
imperios en plena vigencia de fragmentar, destruir, descalificar, difamar y
eliminar los derechos individuales, la libertad de expresión y la igualdad… el
demonismo, como medio y mensaje, ha sentado reales en Argentina, en España y en
cuanta nación sentó reales la tendencia neoliberal genocida… el fachismo ha
retornado uniformado, cantando sus vetustos himnos de discriminación,
homologación del crimen y brutalidad en acto, basta ver las imágenes de las
huestes de alienados marchando por las avenidas de las más diversas ciudades
europeas, apuntalados por los milicos, siempre diestros en su tarea de asesinar
y “romper” cabezas. Una tragedia sobrevuela el mundo, nada debajo del éxtasis y
el delirio.
La
publicidad abyecta -proyectada desde las corporaciones mediáticas mercenarias-
que acompañan toda esta puesta en escena del espectáculo de la política
procedimental, aniquiladora de todo lo que de maravilloso tiene la aventura
humana, es una tendencia degenerada de la revelación, la única que puede
concebir el pensamiento mercantil, que prostituyó al mundo. Bajo la mirada de
Sion, siempre alerta, la demoníaca mirada de quien llevará a la humanidad a su
exterminio. ¡Y!: ¿de qué hablan los movimientos, partidos o gobiernos de la
región, cuando se autodenominan ser la izquierda?… ante el estado de las cosas,
en una sociedad consumista al extremo, avara de sus placeres, farandulera,
deviene pensar, que un relato absurdo de la existencia, se metaforizó en un
metalenguaje porno, divinizado.
Ningún
movimiento o partido político que se considere a sí mismo de izquierda, ha sido
claro exponiendo de manera categórica, la convicción de que América Latina, no
es ni fue jamás una nación constituida, en la unión de los Estados Unidos de Sur
América, fundamentados en fines y principios socialistas, en palabra y acto en
economía y política.
La
fragmentación y balcanización de América Latina es la esencial y puntual razón,
un prerrequisito, para que el imperialismo siga existiendo en estas tierras,
devastando nuestras tradiciones, nuestras culturas en franca desaparición e
imponiendo su política de vasallaje y esclavitud, implementada por las
multinacionales de tendencia neoliberal, que tienen sitio de honor en nuestros
territorios y nuestras comunidades.
Hace
unos años, en Congreso de Filosofía y Comunicación, en una ponencia acerca de
los derechos humanos, manifesté: “Los Derechos Humanos parece que solo basta
proclamarlos y regodearse en promocionarlos, desde los más diversos organismos
e instituciones del poder, que los dejan de lado en el preciso instante, en que
deben ser aplicados, ante los más diversos atropellos a los pueblos, en su
dignidad de “ser”, del derecho irrenunciable de permanecer, en igualdad,
solidaridad y fraternidad. El silencio opera de manera sistemática, en quienes
los publicitan, dando lugar a un continuo atropello a dichos derechos humanos,
en nombre de intereses políticos de dominación que dificultan la relación de
las comunidades empobrecidas y cada día más cerca del automatismo como modo de
vida”.
Una
humanidad resignada al “estado de las cosas”, que ya no presenta ni resistencia
ni oposición a un sistema sádico, criminal, con los instintos bajos en acto,
que nos llevaron a un estado de existencia donde crímenes sin explicación
aparente pueden llamarse suicidios o ‘asesinatos por piedad’, la disolución de
la lógica permite investigaciones y procesos simulados que caen en lo
irracional e irrisorio y que, desde el inicio, son falseados por extravagantes
autopsias, discursos mediáticos que todo lo malogran y “singulares expertos”
que manipulan “el secreto” que será historia, donde la incertidumbre reina y la
impostura es norma y regla.
Y
la educación que se promete y no llega, salvoconducto a un mundo mejor. Me
refiero a la que se promete y está por venir, no terminando de llegar, no de la
degradada educación para habitantes del siglo XIX que ya fue y la Cultura que
no tiene referentes que puedan crear corrientes de opinión, simplemente se
remite a personeros del poder disfrazados de torpes escribas de baja estofa,
que regurgitan lo ya pensado, lo ya construido, lo ya descubierto, una cultura
y una educación con programas obsoletos, manipulada por “oportunistas del
conocimiento prêt-à-porter”, y los pueblos, ¡pobres pueblos!, cocinándose un
porvenir, sin huellas.
Los
hombres y mujeres puros, valientes, dignos y éticos, no se asimilan a ser parte
de una instancia lúdica, en la que está en juego el futuro de la humanidad y su
permanencia en este planeta, no nos separa, la política, la economía y menos
aún la mentira. Las fronteras son mentales y aplicadas por los mercaderes de la
vida… que persista la memoria.
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