LAS TERESITAS, A PUNTO DE RECUPERAR SU BELLA IMAGEN
CÁNDIDO QUINTANA
Vuelvo de nuevo
a Las Teresitas, lo vengo haciendo regularmente para ver cómo sigue la
demolición del mamotreto. Las obras continúan a buen ritmo, “a toda vela” como
el otro día comentaba yo en Facebook, a pesar de lo laborioso que es desmontar
todo ese hormigón armado plagado de hierros por todas partes. Me pude hacer con
otro pedacito, como recuerdo de algo que jamás se tendría que haber hecho, de
algo que ha dilapidado unos buenos millones de euros públicos, que tanta falta
nos hacen para otras carencias. Todo un emblema de corrupción como se afirma de
forma generalizada.
Aún recuerdo como el Ayuntamiento de Santa
Cruz de Tenerife vendió su empresa más rentable, Emmasa, para, según el
entonces alcalde Miguel Zerolo, destinar los dineros a un muy necesario “Plan
de Barrios”, que finalmente se desviaron hacia el mamotreto, como no podía ser
de otra manera en aquel momento en ese affaire maquiavélicamente orquestado. Es
por ello, que siempre he creído que los culpables de haber malgastado tantos
millones en esa obra ilegal -desde su comienzo-, no solo deberían responder de
los gastos de demolición, sino también de los de construcción, por esa
ilegalidad manifiesta que no hacía ninguna falta, más allá de lo que sabemos.
Ya falta poco para que desaparezca esta
canallada que ha impedido en los últimos años, por obra y gracias de un simple
pelotazo, la visión mutua que siempre ha existido entre San Andrés y la Playa
de Las Teresitas. Hoy en las fotografías que he captado ya ambos se pueden ver
un poquito más. Cuando se desmonte la trasera y el entullo depositado en el
suelo, la visión será total. Y digo canallada, aunque son válidos muchos
adjetivos. Me encanta el de “adefesio”, tal y como lo catalogó nuestra querida
luchadora compañera Lola Schneider, que tanto ha trabajado para que el derribo
se haga realidad. Así que “adefesio ilegal y corrupto” le viene al dedo, sin
olvidar la asquerosa barrera infranqueable en la que se ha convertido.
Esperemos que no se repitan nuevos mamotretos,
ni nuevas deleznables formas de actuar desde el poder político/empresarial,
aunque muchos de estos se nieguen a admitir sus ilegalidades y echen balones
fuera en su propio beneficio. Para ello utilizan todo tipo de triquiñuelas,
como ha sucedido en este caso. Llegaron a extremos de manipular a -sus- medios
de comunicación para comernos el coco y trasladar a la gente mensajes como,
¿para qué tirarlo con lo mucho que hemos gastado? Incluso -amenazar- con hacer
otro en su mismo emplazamiento, para que nos ablandemos ante un nuevo gasto millonario,
etc.
No, las Leyes están para cumplirlas, ¡todos!,
incluso las Administraciones Públicas, y que paguen los responsables, que en
este caso los hay con condenados en la cárcel. Así se comporta la Justicia con
cualquier persona, sin piedad, el que lo hace lo paga. Personalmente estoy muy
satisfecho con este fallo y con que desaparezca de la cabecera de la playa esta
mole tan negativamente impactante, que se apropió de un gran espacio de arena y
cercenó, como ya dije, la visión que siempre ha existido desde San Andrés.
Ahora “en guardia” para que la historia no se vuelva a repetir, ningún pelotazo
ni ninguna barrera más en nuestra única e insuficiente playa.
© Cándido
Quintana
Integrante de la Plataforma por el Derribo del Mamotreto y
Contra la Corrupción
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