martes, 17 de octubre de 2017

GUERRA A MUERTE A LA CULTURA

GUERRA A MUERTE A LA
 CULTURA
Los fascistas, la Inquisición y otros criminales de la Historia, declararon su guerra al mundo y millones de libros fueron quemados y muchos autores ardieron con ellos en la hoguera. Los nuevos gobernantes, los nuevos analfabetos de la historia tienen sus manuales para acabar con la literatura, para acabar con los libros y de rebote con sus autores. No voy a hablar de países distantes y de civilizaciones criminales, como Arabia Sauidi, Qatar o similares, voy a hablar de hechos que están sucediendo en Canarias que de verdad dan pena, que la prensa no los publica, pero los que nos dedicamos al mundo del libro lo venimos sufriendo desde hace muchisimo tiempo.
Ayuntamientos como el de La Laguna o Arona por no citar a otros tienen centros culturales o ciudadanos, que se supone que están dedicados a actividades culturales y en ellos se persigue a la cultura. Se han sacado unas ordenanzas municipales, que aquellos que las han aprobado se les puede tachar y así lo hago, de inquisidores de analfabetos y de enemigos publicos de la cultura. Ayuntamientos donde navegan los casos de corrupción, de machismo, de funcionarios en la cárcel y cobran, casos de verdadero escandalo, los juzgados están llenos de casos y muchas condenas ya son firmes.
Ustedes se estarán preguntando: ¿de qué coño va esto? Empiezo por Arona, donde durante años se celebraba una Semana de Novela Negra en el Centro Cultural de Los Cristianos, pero donde nunca se permitió vender una puñetera novela, estaba prohibido por las ordenanzas municipales ¿qué cerebro las aprobó? Los funcionarios aconsejaban a los editores que instalaran un puesto de venta en una churrería que estaba a 200 metros para que aquellas personas que tenían interés en adquirir el libro se desplazaran hasta allí y lo compraran. ¡Me cago en las putas ordenanzas y la madre que las parió! Creo que de esta Semana de Novela Negra no queda nada y lo que me extraña es que nadie protestara por ello. Yo lo denuncié en determinadas ocasiones en la radio donde trabajaba y me prometieron que se iban a revisar las ordenanzas para cambiarlas. Con tanta corrupción como había en el Ayuntamiento de Arona y que parecía no importarles, le daban tanta importancia a cuatro cagados libros que se pudieran vender en las presentaciones.
Confiado en que las cosas iban a cambiar me fui a presentar dos libros de dos autores, que a la vez eran funcionarios del Ayuntamiento, me dijeron que todo estaba arreglado, pero me engañaron como a un chino y aunque la sala estaba llena, la prohibición estaba en vigor, arremetí contra el teniente alcalde que nos acompañaba y al final el malo era yo. Una funcionaria me dice que nuestro vendedor lo hiciera disimuladamente. Los mandé a la mierda literalmente y me mandé a mudar.
Una amiga pintora se arriesga a montar una exposición en el dichoso centro cultural, los cuadros tienen el precio que tienen y no están al alcance de todo el mundo, por lo que ella en todas las exposiciones que había hecho tanto en las islas como fuera de ellas, acostumbraba a pintar retratos a bajo precio para que la gente se pudiera llevar un recuerdo y ella sacarse unas perras, aún recuerdo sus lágrimas en la emisora ante tremendo atropello, porque nadie le había advertido de este detalle y la exposición resulto un fracaso -al menos para ella-.
Ahora es el Ayuntamiento de La Laguna el que se saca normas inquisidoras, prohibiendo la venta de libros en sus centros vecinales, lo que me parece un verdadero atropello. Presenté varios libros en el Centro Ciudadano de Valle de Guerra y nunca hubo problema al igual que en el Centro Ciudadano de El Cardonal -menos de tres meses- y tampoco tuvimos ninguna pega, presentamos el libro, vendimos lo que la gente quiso comprar y todo de lo mas normal del mundo. Hemos vuelto a solicitar el Centro Ciudadano de Valle de Guerra y la funcionaria nos ha advertido -menos mal- que nos dejaba el local para la presentación, pero que quedaba totalmente prohibido vender libros. La verdad que me resultó chocante y una postura inquisidora. ¿De qué sirve presentar un libro, si se prohibe su venta¡ Todo el que quiere y puede cuando asiste a una presentación le gusta llevar el libro firmado por el autor, lo que hacen en Arona y La Laguna me parece un atentado contra la cultura, una postura inquisidora y como dije antes, en otros tiempos se quemaban los libros, ahora simplemente nos prohiben su venta. Ayuntamientos donde la corrupción es el pan nuestro de cada día.
Llevo escribiendo y editando desde 1976, en una u otra función he presentado libros en salones de plenos de Ayuntamientos y Cabildos, nunca he tenido una prohibición de venta de libros, cuento estos casos porque los tengo muy frescos, pero seguro que hay muchos mas. Parece mentira que en pleno siglo XXI exista una GUERRA A MUERTE A LA CULTURA.

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