ERES UN MISERABLE Y UN COBARDE
(PEDRO MORENÉS)
LUIS GONZALO SEGURA
Es
difícil alcanzar el nivel de mezquindad que has conseguido en estos casi veinte
años de carrera profesional. Primero estuviste ocho años en el gobierno de José
María Aznar (de 1996 a 2004), después pasaste por las industrias relacionadas
con las áreas que ocupaste (Grupo Segur, Construcciones Navales del Norte, MBDA
e Instalaza) y, por último, llegaste a la cumbre siendo ministro de Defensa
(2011-2015).
Impulsaste,
en tu primera etapa, la compra de los planes especiales de armamento (PEAs) por
los que España debe más de 21.000 millones de euros de un total de más de
30.000 (Constantino Méndez, Secretario de Estado de Defensa en el año 2011:
“Hemos comprado material que no necesitamos, para escenarios que no se van a
producir y que no podíamos pagar ni antes ni ahora“).
Gracias
a ti y a otros como tú (Aznar, Zapatero, Trillo, Bono y Chacón incluidos), la
deuda es prácticamente impagable. Con todo ese dinero, compramos un submarino
que no flota (S80), un avión que no vuela (A400M, varios muertos en accidente
en Sevilla), material inservible como carros de combate (Leopard) y aviones
(Eurofighter, dos accidentes con víctimas mortales de un total de tres)…
En
tu paso por la empresa privada te hiciste famoso porque Instalaza, en la que
trabajabas, vendió bombas de racimo a Gadafi y este las usó contra población
civil. Hasta en el New York Times se han contado tus proezas. Por si no fuera
suficiente, tu empresa tuvo la desfachatez de pleitear contra el gobierno
porque este no le permitió seguir fabricando las temibles bombas de racimo. A
ti la muerte te da igual, lo que te importa es el dinero.
Volviste,
ya como ministro de Defensa, y durante ese periodo se cayeron dos helicópteros
del SAR. En ambos viajaba el sargento Ojeda, que sobrevivió al primer accidente
con víctimas mortales y pereció en el segundo (aunque entre las dos desgracias
padeció otro accidente). No hiciste nada por remediarlo, ignoraste las
denuncias de muchos, entre ellos de Sebastián Ruiz, padre del teniente del
mismo nombre fallecido en el primer accidente aéreo. Si le hubieses escuchado
después del primer accidente, si hubieses evitado que los helicópteros
canibalizasen las piezas con un aumento del gasto en mantenimiento (algo que
muchos te pedimos desde hace tiempo), el sargento Ojeda y sus compañeros es muy
probable que siguieran vivos. Pedro, no es que no sobreviviesen al accidente es
que no te sobrevivieron a ti, a tu nefasta gestión y a la complacencia y
mediocridad de la cúpula militar. Para rematar el despropósito, las gestiones
que realizaste después del accidente fueron un auténtico insulto a las familias
y a todos los españoles, un escupitajo en la cara.
Eso
sí, no olvidaste comprar por valor de otros 10.000 millones de euros en
noviembre de 2014, ni adjudicar contratos a tus antiguas empresas por más de 30
millones de euros. Tampoco dejaste de dar contratos a El Corte Inglés, dirigido
por Dimas Gimeno (tres veces candidato a Falange), tanto que hoy Bruselas
investiga contratos otorgados por valor de 190 millones de euros. Eso por no
hablar de las supuestas investigaciones de los servicios de inteligencia de
media Europa, que están intentando verificar si los uniformes que llevan los
combatientes del ISIS son de este centro (Mil21). El tal Dimas es otro patriota
como tú.
Tal
era la situación, la infamia, que llegaste a ser apartado de la adjudicación de
compras porque el tufo se volvió insoportable hasta para un gobierno, como el
del PP, que está más que acostumbrado a rodearse de corrupción. Diría yo, con
más precisión, que se ahoga en ella.
Te
importó un pimiento que la embajada española en Kabul estuviera situada en una
zona peligrosa en la que no se encuentran la mayoría de las embajadas (el
embajador duerme en la zona segura junto a casi todas las legaciones
importantes) y dio lo mismo que ello fuera por dinero. Lo principal era, y es,
que se pudieran comprar las fragatas F-110 en las que, casualmente, se montan
misiles de tu antigua empresa, MBDA. Lo principal era, y es, gastar más para
intentar que el submarino que no flota, flote. Nuevamente, murieron personas,
Pedro, personas, y volvisteis a intentar engañar a todos pensando en los votos
(por poco, según vuestra versión, no hubo ni ataque). Nueva tragedia, nuevo
escupitajo en la cara.
El
día antes de abandonar el cargo, o quizás dos días antes, firmaste la no
indemnización de los accidentados en Hoyo de Manzanares (2011): cinco muertos y
tres heridos por minas en mal estado. No fueron los únicos, en total diez de
los últimos once militares expertos en explosivos han fallecido por manejar
minas en mal estado y solo uno por las minas del enemigo. ¡Nuestras minas son
más peligrosas que las del enemigo!
No
solo eres una persona infame, también eres un cobarde. Podrías haber firmado
esa orden hace meses y asumir las consecuencias de ello, pero te escondiste
demostrando tu naturaleza reptil para aparecer unos días antes de las
elecciones. Lo hiciste así para no perder votos, que al fin y al cabo es lo
único que te interesa junto al dinero.
Lo
cierto es que no puedes mirar a la cara de este militar, ni de muchos otros. No
puedes mirar a la cara de los familiares de los civiles masacrados en Libia con
tus bombas de racimo ni a los que resultaron heridos. No puedes mirar a la cara
de los familiares de los militares muertos por tus negligencias ni a los
heridos a consecuencia de estas. No puedes mirar a la cara de la sociedad
española porque tienes los bolsillos llenos de dinero manchado de sangre y
muerte.
Nunca
olvides que cada vez que un refugiado fallece en el Mediterráneo o de camino a
Europa se debe a la labor que has hecho junto a otros para conseguir
multiplicar la industria armamentista en España por 44 (200 millones de euros
en el año 2000 a 8.800 millones en el año 2014). Eres responsable de ello. Ni
más ni menos que dos millones de refugiados están al borde del drama o han
encontrado la muerte, la desgracia o la mutilación por negocios tan miserables
como el tuyo.
Espero
que algún día se haga justicia contigo y con los que son como tú, mientras
tanto muchos lucharemos para que no se olvide tu legado.
Luis
Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra y autor de las novelas
“Código rojo” (2015) y “Un paso al frente” (2014).
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“Código
rojo le echa huevos al asunto y no deja títere con cabeza. Se arriesga,
proclamando la verdad a los cuatro vientos, haciendo que prevalezca, por una
vez, algo tan denostado hoy en día como la libertad de expresión” (“A golpe de
letra” por Sergio Sancor). ¡Consíguela aquí!
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