CARTA A
NUESTROS
MAYORES
CARLOS HUERGA
Queridos
mayores: os escribo porque, una vez más, volvéis a ser decisivos para nuestro
futuro.
Este
domingo, elegimos al gobierno que gestionará aspectos cruciales de nuestra vida
en los próximos años. Votamos, tras estos años tan duros, para decidir si
estamos en el camino correcto o si queremos hacer las cosas de otra manera. Las
encuestas dicen que lo mejor a lo que podemos aspirar es seguir como estamos
hasta ahora.
Cuando
leáis estas líneas, no quiero que penséis que os escribo con arrogancia. Sé que
he podido estudiar, educarme, formarme, disfrutar, divertirme y tantas otras
cosas buenas gracias a vuestro trabajo. Nos habéis criado, nos habéis
alimentado, nos habéis cuidado y habéis hecho todo lo posible porque todo nos
fuera bien en la vida. Pero os quiero pedir que reconsideréis si de verdad
vamos bien. Os pido que penséis en cómo hemos llegado a la situación en la que
estamos.
Llevamos
ya muchos años de crisis y los habéis sufrido igual que nosotros. Puede que
incluso más que nosotros. A muchos os cuesta llegar a final de mes porque
tenéis una pensión que no os da para vivir. Muchos otros no estáis en esta
situación, pero os habéis tenido que encargar de vuestros nietos para que
vuestros hijos puedan estar todo el día trabajando. Otros habéis tenido que
arrimar el hombro con vuestras pensiones porque los vuestros están en el paro.
Son muchos los casos, pero estoy seguro de que, de una forma o de otra, a la
inmensa mayoría no os ha pasado desapercibida la dureza de la situación que
vivimos.
Este
domingo, cuando metamos la papeleta en la urna, no sólo estamos dando un voto a
un partido. En esta ocasión la cita electoral es mucho más. El próximo domingo
con nuestro voto estaremos decidiendo cómo viviremos las próximas décadas.
Escogeremos entre repartir el empleo, de forma que las generaciones jóvenes
puedan trabajar y aspirar a una vida digna en nuestro país, o que vosotros
prolonguéis vidas laborales que ya han sido larguísimas, sacrificando vuestro
merecido descanso. No sólo es justo, también es más racional, que nos demos la
oportunidad de intentar hacer las cosas de otra manera.
También
os quiero pedir que no tengáis miedo a un cambio, porque es precisamente eso lo
que necesitamos. Lo más arriesgado, en esta situación, es seguir profundizando
las mismas políticas que nos han empobrecido. Ya tenemos la prueba de algunos
ayuntamientos como el de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Cádiz. Estos casos
demuestran que las cosas se pueden hacer de otra manera, priorizando los
derechos y las condiciones de vida de la gente corriente.
Puede
que hasta aquí, todo lo que os diga os suene a propaganda. Dejadme entonces que
os hable de mí. Yo siempre discutía de política con mi abuelo, casi hasta el
punto de hacernos daño con nuestras palabras. Creedme que sé lo difícil que
sería convencerle a él de todo esto y lo difícil que es convenceros a vosotros con esta carta. Pero
sé que hay una posibilidad. Lo sé porque, a pesar de todo lo que nos
diferenciaba y todo lo que nos separaba, siempre teníamos algo en común:
queríamos que los nuestros estuvieran lo mejor posible. Por eso creo que os
puedo convencer. No leáis la propaganda, no os agarréis a números que han
torturado hasta que digan lo que ellos quieren: mirad a vuestro alrededor, ved
cómo están las cosas y quién nos ha traído hasta aquí.
Yo
voy a votar a Podemos porque creo que con ellos en el Gobierno habrá una
oportunidad de tener una vida digna. Pero no os voy a pedir el voto. Solo os
voy a pedir que reflexionéis. Que miréis a los que más queréis, que veáis en
qué situación se encuentran. Resulta lógico que apostemos por un cambio que
abra mejores posibilidades para todos.
Muchas
gracias mayores
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